No condenar sin pruebas. Fue una de las respuestas más escuchadas ayer en el proceso de selección de los nueve ciudadanos del jurado popular que, desde hoy, deben juzgar a dos porteros de discoteca y un vigilante jurado acusados de provocar la muerte de Wilson Pacheco, ahogado en aguas del puerto de Barcelona, junto al Marem gnum. El caso de Dolores Vázquez, que ha pasado de ser declarada culpable por un jurado del asesinato de Rocío Wanninkhof a ser presunta víctima de un error judicial por una condena sin pruebas, caló muy hondo en los candidatos.

El ecuatoriano Wilson Pacheco falleció ahogado el 27 de enero del 2002 después de ser arrojado al agua. Presuntamente, la persona que le empujó fue James Anglada, portero de la discoteca Caipirinha, local ubicado en el Marem gnum, ayudado por Mariano Romero, portero del local Mojito, y por Fernando Quincoces, vigilante jurado del complejo. Los tres se enfrentan a una petición fiscal de 12 años de prisión por un delito de homicidio y al pago de una indemnización conjunta a la familia de la víctima de 130.000 euros (21,6 millones de pesetas).

De entre los 26 ciudadanos citados ayer en la Audiencia de Barcelona, 15 fueron interrogados por las distintas partes para escoger a los nueve jurados titulares y a los dos suplentes. Un interrogatorio que arrojó una significativa conclusión: la mayoría no quería ser seleccionado tras cuestionar su capacidad para juzgar. Solamente dos de las 14 personas expresaron su deseo de ser jurados como nueva experiencia vital. También hicieron mucho hincapié en que nunca dictarían un veredicto de culpabilidad sin tener las suficientes pruebas.

Fue la fiscal la que sacó a colación el caso de Dolores Vázquez a la hora de interrogar de forma individual a algunos de los candidatos. "A esta persona le hicieron mucho daño, se equivocaron todos", contestó una administrativa candidata. A continuación, una joven estudiante de turismo contestaba así a la pregunta de qué opinión le merecía la justicia: "A veces no todo el mundo es juzgado de forma justa". Cuando la fiscal le preguntó si se refería a un caso reciente, contestó afirmativamente.