La casualidad propició su detención. Tony Alexander King, un camarero británico de 38 años, fue arrestado ayer en Alhaurín el Grande (Málaga) como presunto asesino de Sonia Carabantes, la joven de 17 años fallecida en agosto en Coín. La Policía Nacional, que lo estaba investigando por un simple robo, lo involucra también en el asesinato, en 1999, de Rocío Wanninkhoff. Las pruebas del ADN y las huellas dactilares lo incriminan en ambos crímenes.

La persona más buscada por las fuerzas de seguridad españolas en las últimas semanas fue apresada a las 11.30 horas al salir de su domicilio de Alhaurín, a pocos kilómetros de Coín y de Mijas, los lugares en los que aparecieron los cadáveres de ambas jóvenes.

ANALISIS DE ADN

Las sospechas sobre el camarero británico nacieron hace una semana. Fue entonces cuando fue detenido por robo. Las huellas dactilares pusieron sobre aviso a los agentes. Eran idénticas a las recogidas en el arroyo de Monda, donde el 19 de agosto apareció el cuerpo sin vida de Sonia Carabantes, y se encontraban en la base de datos de la Policía Nacional.

La revelación hizo que los agentes decidieran realizar un análisis de ADN, cuyos resultados llegaron a la Comisaría de Málaga ayer por la mañana, procedentes de la Universidad de Granada. La prueba genética había dado positivo. Una simple muestra de saliva en un bastoncillo de algodón, el procedimiento más habitual, sirve para aclarar el ADN de un sospechoso en casos como el de los crímenes de Málaga. El ADN coincidía plenamente con los restos hallados en las uñas de Carabantes y con la saliva que había en una colilla de un cigarrillo de la marca británica Royal Crown situada junto al cadáver de Wanninkhof.

A las pocas horas de conocer los resultados de las pruebas de ADN, un grupo de agentes esperaba a King en la puerta de su casa. Lo cogieron por sorpresa. En una primera declaración, el británico se autoinculpó del crimen de Coín. Sin embargo, nada dijo sobre Rocío Wanninkhof.

Tras el arresto, la policía requisó otra prueba determinante: un utilitario Mazda de color blanco. Sus características coinciden con el coche blanco que muchos vecinos aseguraron haber visto la noche en la que desapareció Sonia. El vehículo, además, tiene un piloto roto cuyos restos coinciden con los que se encontraron junto al cadáver de la joven, con manchas de sangre. El detenido poseía este vehículo desde hacía nueve meses. Su anterior coche, un Saab negro, está en el depósito municipal tras una avería.

Tony Alexander King fue trasladado a los calabozos de la Comisaría de Málaga. Poco después, alrededor de las 14.30 horas, volvió a su casa, acompañado por agentes que registraron la vivienda. La inspección duró más de cinco horas. Los policías portaban a la salida ocho grandes bolsas repletas de posibles pruebas y una caja cargada de material.

Las investigaciones se dirigen ahora a determinar la vinculación entre el detenido y la única acusada del crimen de Rocío Wanninkhof, Dolores Vázquez, cuyo juicio, previsto para el 14 de octubre, fue aplazado para estudiar las pruebas de ADN que vinculan este caso con el de Sonia Carabantes.

King residía en Mijas cuando murió Wanninkhof, pero su relación con Vázquez aún no está clara. Fuentes próximas al caso aseguraron ayer que el camarero trabajó entre 1994 y 1999 en el Hotel Sultán de Marbella. Vázquez dirigía entonces el establecimiento. No obstante, la investigación también baraja la posibilidad de que la relación surgiera en algún trabajo de mantenimiento en la casa de la acusada. El británico también se dedicaba a pequeñas reparaciones domésticas en Alhaurín.