Un anciano de 91 años, L.A.C.H., se encuentra detenido en los calabozos de la Policía Local de Martos (Jaén) como presunto autor de la muerte de su esposa, Gertrudis G.A.G., de 90 años, a la que descuartizó con un hacha. Según informó la Guardia Civil, el suceso se descubrió el pasado viernes sobre las 20.30 horas cuando una asistenta social del Ayuntamiento de Martos avisó a la Guardia Civil de que había encontrado el cadáver de la anciana en el momento en que acudió al domicilio, situado en el número 59 de La Teja para hacer una visita.

El cuerpo de la mujer se encontraba completamente destrozado, hasta el punto de que su cabeza fue localizada por la Guardia Civil en un contenedor de basura próximo a la vivienda de los dos ancianos. Fue el propio anciano quien dijo a la asistenta que había matado a su mujer para evitar que ésta siguiera sufriendo por su enfermedad. Sin embargo, fuentes de la investigación han descartado que la víctima padeciese algún tipo de patología y apuntan a que los únicos problemas que sufría la mujer estaban relacionados con la edad.

El anciano, que llevaba 30 años casado con la víctima pero no tenían hijos, permanece detenido a la espera de su puesta a disposición judicial, mientras se conoce que tanto él como su mujer se habían negado en varias ocasiones a ingresar en una residencia, según informó la concejala de Asuntos Sociales del municipio, Encarnación Muñoz.

Los servicios sociales del Ayuntamiento ayudaban a la pareja de ancianos desde hace unos siete meses, cuando la mujer, Gertrudis A. M., de 90, vio considerablemente mermada su movilidad como consecuencia de una diabetes que le había afectado la visión.

Precisamente, la pérdida de visión había llevado a la anciana a sufrir varias caídas, de ahí que los Servicios Sociales actuaran e integraran al matrimonio en el programa de ayuda a domicilio con una asistenta que se encargaba dos veces al día de la comida, la limpieza del hogar y el aseo personal. El anciano se encontraba en tratamiento por cuadros de depresión, al tiempo que, dijo Muñoz, se le estaban practicando exámenes para determinar si presentaba un cuadro de alzheimer o de demencia senil. La responsable de Asuntos Sociales rechazó que el carácter del hombre fuera violento y añadió que las únicas discusiones eran las propias de dos ancianos. "El siempre estuvo pendiente de ella, pero puede ser que se sintiera impotente ante la situación que vivían", concluyó.