El sistema de control del AVE Madrid-Lérida tenía que estar listo y entregado al Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) la medianoche del pasado sábado, pero ayer los técnicos del consorcio que lo instala seguían efectuando pruebas y tienen previsto seguir durante esta semana. Fiel a la opacidad informativa que caracteriza a los organismos del Ministerio de Fomento, el GIF gestor se negó ayer a proporcionar cualquier dato oficial al respecto, pero otras fuentes ferroviarias hablan ya de un nuevo retraso en una obra que está resultando gafe.

Los portavoces del ente público remitieron a una comparecencia informativa que celebrará hoy su presidente, Ramón Escribano, y no quisieron aclarar si, tal como estaba previsto en el contrato suscrito por las adjudicatarias Ansaldo y Cobra, éstas habían entregado la documentación que certifica la finalización y el buen estado de la obra. Las citadas fuentes ferroviarias advirtieron de que, de haberla entregado, el informe estaría incompleto, porque quedan aún algunos "flecos" por resolver: hay algún enclave que aún no ha sido validado y otros detalles vinculados a la electrificación de la línea habrían impedido efectuar las comprobaciones definitivas.

LA ELECTRIFICACION

El problema es que, aunque el retraso en la entrega del sistema de señalización y control sea mínimo, para la puesta en marcha de la línea aún hay que superar otros obstáculos, especialmente la electrificación. No sólo porque la subestación de Montagut no funciona al no tener acceso a la red, sino porque durante las pruebas se han detectado, además, múltiples fallos en otras subestaciones. Una de ellas, incluso, ha sufrido un siniestro.

Superados estos obstáculos, aún restará un periodo adicional de pruebas que llevará a cabo la operadora Renfe. El secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, estimó que estas comprobaciones llevarían un máximo de "unas semanas". De cumplirse estos plazos, la apertura de la línea se produciría en el mes de julio. Hay que tener en cuenta que, como consecuencia de estos obstáculos, el tren que se inaugurará no puede llamarse propiamente de alta velocidad. Arrancará a medio gas. No podrá superar los 200 kilómetros por hora porque funcionará con el sistema de señalización convencional ASFA. El sistema ERTMS nivel 1, que le permitiría alcanzar los 300 kilómetros por hora --similar al Madrid-Sevilla--, no estará operativo hasta finales del verano. El sistema de control con el que inicialmente debía ponerse en marcha la línea, el ERMTS nivel 2, que permitiría circular a 350 kilómetros por hora, no tiene fecha de entrada en servicio.