El fiasco en el preestreno de la línea de alta velocidad Lérida-Madrid ha provocado un terremoto político en el Ministerio de Fomento. Su titular, Francisco Alvarez-Cascos, relevó ayer de la gestión de la línea férrea a la empresa pública Gestor de Infraestructuras Ferroviarias (GIF) y ordenó a Renfe que se hiciera cargo de la misma de modo inmediato.

Además de la más que probable dimisión del desautorizado presidente del GIF, Juan Carlos Barrón, diversas fuentes dan por seguro que la decisión comportará un nuevo retraso en la inauguración del tren que ostenta el dudoso honor de ser el AVE más lento del mundo.

Quizás escarmentado por la confianza ciega que depositó en sus subordinados en el caso Prestige , Cascos optó ayer por tomar la riendas de la nueva crisis. Se puso en contacto con el presidente del GIF, Juan Carlos Barrón, y le ordenó que se olvide de la gestión de la línea, según explicaron fuentes de Fomento. El ministro culpa al GIF de todos los despropósitos en los trayectos promocionales del AVE Madrid-Lérida.

SUPUESTA OCULTACION

"Las obras se han hecho correctamente, con un retraso normal en este tipo de infraestructuras, pero los técnicos del GIF han demostrado que no tienen capacidad para gestionarlas correctamente, quizás por falta de experiencia", explicaron fuentes próximas al departamento. "Y, lo que es peor --añadieron-- no han advertido a quien debía saberlo (el ministro) de que la línea no estaba en condiciones de ser inaugurada, preestrenada ni nada de nada".

El GIF obligó, por ejemplo, a retirar un andamiaje de las obras a su paso por Zaragoza el pasado viernes, para evitar que el número dos de Fomento, Benigno Blanco, descubriera la precariedad con que se iba a abrir la línea. Las mismas fuentes explicaron que "cosas tan básicas" como las comunicaciones no funcionan en muchos puntos y varias subestaciones eléctricas saltan por el exceso de tensión que exigen los trenes Alstom. Este sería uno de los motivos por los que los convoyes se detuvieran bruscamente.

Ante esta tesitura, Cascos ha optado por la alternativa más fiable. Renfe dirigió la construcción del AVE Madrid-Sevilla y lo lleva explotando 11 años con éxito. Sus técnicos pasarán a ocuparse ahora del Madrid-Lérida.