Los médicos practicaron ayer un aborto a la niña nicaragüense de 9 años que quedó embarazada tras ser violada en Costa Rica, informaron fuentes de la Red de Mujeres contra la Violencia. La interrupción se realizó en una clínica de Managua y el estado de la pequeña Rosa, tras la intervención, es bueno. Tanto la Iglesia nicaragüense como los responsables gubernamentales se habían opuesto a la interrupción del embarazo de la pequeña. Este extremo hizo que los padres de Rosa barajasen la posibilidad de llevarla a abortar a otro país. Una clínica española se ofreció a practicarle un aborto, médicos estadounidenses estaban dispuestos a trasladarse a Managua para interrumpir ese embarazo in situ y ayer, durante todo el día, se especuló con la posibilidad de que la pequeña y sus padres viajasen a La Habana para practicarle la intervención. Pero, finalmente, no fue necesario y se practicó el aborto en una clínica privada de Managua. Una vez resuelta la situación de la pequeña, Ana Quiroz, dirigente de la Coordinadora Civil, una federación que engloba a más de 300 ONG y que ha asumido la representación de los padres, anunció ayer que se va a demandar a los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica --en este país fue violada mientras sus padres trabajaban en la recogida del café-- ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. La causa de la demanda será por "negar atención médica y una justicia pronta para la niña", dijo la portavoz.