El arrepentimiento no le sirvió de nada. Fernando Adalid Penas, de 32 años, ingresó anoche en prisión, sin fianza, acusado del asesinato de su novia, la médica Gloria Sanz. Hasta el último momento, la defensa adujo la tesis de que no hubo premeditación, pero el fiscal argumentó que el taxista barcelonés había actuado con alevosía y por lo tanto le imputa un delito de asesinato.

Adalid declaró durante más de dos horas ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Tarragona, Susana Montesinos. El detenido relató que el pasado 18 de enero, día en que desapareció la doctora, se presentó en el domicilio de los padres de ella, donde discutieron.

A pesar de que un día antes él mismo había dado por finalizada la relación, le pidió que la reanudaran, pero ella se negó y le propuso tomarse dos semanas de tiempo para reflexionar sobre su futuro.

ESTRANGULADA CON UNA MANO

Tras las palabras de ella, los dos se enzarzaron en una discusión, siempre según el relato del acusado. Entonces, él perdió el control, agredió a la joven y ella cayó al suelo, contra el que se golpeó. Adalid declaró que la estranguló con una sola mano.

En relación con los múltiples traumatismos que presentaba el cuerpo de la joven, sobre todo en la cabeza, el detenido indicó que "pudieron producirse en el traslado del cadáver" en el maletero de su taxi.

José Maria Parra, fiscal jefe de la Audiencia de Tarragona, explicó que "hubo un ataque violento y cobarde contra Gloria". El representante del ministerio público consideró que, al asfixiar a la víctima cuando se encontraba conmocionada en el suelo, el agresor se aseguró de que estuviera muerta y se benefició de la imposibilidad de defensa de la joven, circunstancias que concurren en una tipificación de asesinato.

Parra insistió en decretar prisión por la gravedad del delito y por el peligro de fuga. Recordó que tras el crimen, Adalid huyó primero a Estados Unidos (Detroit y Orlando) y luego a Holanda, donde fue detenido.

El encausado insistió ante la juez que siempre actuó por impulsos e intentó desarmar la teoría de que simuló un secuestro para despistar a la policía, asegurando que aparcó el coche de la médica en el barrio de Torreforta sin un motivo especial.

Adalid negó que 14 días antes de matar a su novia hubiera visitado el bosque de Vallirana (Barcelona) donde abandonó el cuerpo de la mujer, tras haberlo transportado en el maletero de su taxi. Rogó a su abogado, Fernando Corominas, que "lo desmintiera categóricamente". Dos vecinos de la zona denunciaron a la policía que se toparon con Adalid y que lo habían reconocido luego cuando vieron su foto en televisión.

A través de su abogado, el detenido quiso pedir disculpas a los familiares de la víctima. "Le sabe muy mal lo que ha pasado", reprodujo el letrado. Yolanda Buendía, portavoz de la familia Sanz, comentó que ya no se creían nada de él porque están "hartos de sus mentiras". Cristina, hermana de Gloria, sólo expresó un deseo: "Que pase el máximo tiempo posible en prisión".

La familia desconocía ayer cuándo podrían celebrar el entierro, porque aún deben practicarse algunas pruebas forenses. Cristina adelantó que deseaban celebrar un funeral "en la intimidad, sin periodistas".