La resistencia a los antibióticos mata a 2.000 españoles al año

España es el país de la Unión Europea con más ciudadanos afectados por resistencias bacterianas que los hace insensibles a los principales antibióticos que combaten las infecciones. Un estudio realizado por Sanitad cifra, por primera vez, las consecuencias de esta situación, conocida desde 1999, y asegura que cada año mueren al menos 2.000 españoles por esta causa. "Esas muertes están directamente relacionadas con la respuesta ineficaz a los antibióticos, provocada por la resistencia microbiana que sufrían los enfermos", indica el informe de Sanitad.

El consumo incorrecto y excesivo de antibióticos es la causa de esta indefensión biológica, explicó ayer Eugenio Sedano, responsable de Recursos Sanitarios. "El uso abusivo de estos medicamentos antiinfecciosos ha provocado que las bacterias se adapten a su presencia", añadió.

En Cataluña, esas resistencias se manifiestan sobre todo en tres importantes infecciones bacterianas: la del haemophilus influenciae, que provoca la meningitis tipo B, la escherichia coli, que afecta gravemente al intestino de los niños, y el streptococcus pneumoniae, que causa bronquitis y sinusitis. Entre un 30% y un 60% de quienes sufren estas infecciones no reaccionan a dos familias de antibióticos: las penicilinas y los macrólidos.

"La aparición de resistencias bacterianas a los antibióticos más habituales supone una amenaza para la salud pública, ya que obliga a variar las estrategias de tratamiento y buscar fármacos cada vez más selectivos, potentes y costosos", afirmó Sedano. Las cifras de afectados por estas resistencias se han duplicado en los últimos 10 años, y avanzan en paralelo consumo de antibióticos que registra España, el más elevado de la Unión Europea, con excepción de Francia. Según la Consejería de Sanidad catalana, cada día 100.573 personas consumen uno o varios antibióticos. En un 8% de los casos, son adquiridos por iniciativa del usuario, sin receta ni diagnóstico médicos que los aconsejen. Un 20% de esos consumidores de antibióticos los toman incluso cuando sufren infecciones víricas --gripe, por ejemplo--, aunque se trata de fármacos que no actúan contra los virus.