Crónica del Lunes Santo

El riesgo de lluvia rompe una tarde de esplendor en Córdoba

La Merced y La Estrella renuncian a volver a sus templos tras alcanzar La Catedral y La Sentencia, Ánimas y El Vía Crucis desisten de salir ante la previsión de fuertes chaparrones al final de la jornada

La Estrella estrena el frontal del respiradero de su palio

Manuel Murillo

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Córdoba

El nubarrón que en la mañana del Lunes Santo dejó una manta de agua en el Este de la ciudad, algo de lluvia en el Centro y ni una gota en Poniente ya lo decía todo: iba a ser un día difícil para la salida de las hermandades del día. Y no porque se viera venir la lluvia de lejos, al contrario, sino por esa espada de Damocles de que cualquier chubasco tan puntual y como localizado arruinase las procesiones. Una jornada en la que era poco posible repetir el pequeño milagro del magnífico, aunque agitado, Domingo de Ramos, en el que todas las cofradías del día completaron sus recorridos.

Y es que esa amenaza de lluvia pesaba especialmente en las corporaciones del Lunes Santo tras la desastrosa y lluviosa Semana Santa 2024, en la que sin embargo La Sentencia así como El Vía Crucis, encontraron un hueco entre chubasco y chubasco para culminar su itinerarios. O de otros Lunes Santos pasados, como el de 2022, del que mejor ni hablar ni casi ni acordarse porque la lluvia se cebó sobre algunas hermandades.

Un esperanzador comienzo

Con todos esos mimbres, y con un sol radiante a la hora de la salida de la primera hermandad, La Merced puso su cruz de guía fuera del cocherón de la hermandad, vecino a la iglesia de San Antonio de Padua, justo a las 15.48 horas. Ya la ‘Marcha Real’ inspiró un magnífico trabajo (qué arte) de los cuarenta costaleros de Nuestro Padre Jesús Humilde, que sorprendían con el cambio de ritmo al andar. Era una de las primeras imágenes de un Lunes Santo cargado con toda la ilusión del mundo. 

Poco después, justo a las 16.11 horas, los 35 costaleros bajo las órdenes de Ismael Brenes y Alfonso Casero sacaban el paso de palio, exornado por Rafael Barón con flores de tonos blanco roto y marfil, con pinceladas rosadas y pastel muy evocadoras de la iconografía mercedaria. Laterales y piñas tan exhuberantes como contenidas, valga la antítesis. En el paso del Señor, ramas de acacia con espinas, para evocar la corona de Nuestro Padre Jesús Humilde, enmarcaban una variedad de todo tamaño de flores rojas y moradas.

Hay que decir que el bordador cordobés Antonio Villar celebraba sus 20 años como vestidor de La Merced, en el que sustituyó en su día a nada menos que Fray Ricardo. Y también puede recordarse que La Merced estrenaba la finalización de los bordados de los respiraderos traseros del palio, obra de Francisco Pérez Artés, y que el Señor de la Coronación de Espinas lucía en todo su esplendor tras la restauración realizada el año pasado por Ana Infante de la Torre. Incluso es posible hablar de una ‘despedida’, si es que puede usarse este término, para el palio azul sobre La Merced, si es que para el próximo año culmina el proyecto de reforma integral del palio.

En todo caso, La Merced procesionó ligera en su andar hacia la Catedral, como es el carácter que le imprime venir de sde tan lejos, solo condicionada por unas rachas de viento que conforme avanzaba la tarde parecían más fuertes y frías. Entre los gestos para el recuerdo estuvo en la carrera oficial ese pequeño giro con el que el paso de Nuestra Señora de la Merced pareció esperar para ver, a través de la abierta puerta de Deanes, al paso de su Hijo, ya dentro del Patio de Los Naranjos. Las dos bandas, Coronación de Espinas en el misterio y Tubamirum tras el palio, se coordinaron para darle relevancia al momento.

Dentro de La Catedral, y justo a las 20.26 horas, en un rincón se reunía discretamente, como correspondía a la situación, el cabildo de aguas de la corporación de San Antonio de Padua para determinar qué se hacia, todo ello tras la constancia de haberse multiplicado el riesgo de lluvia.

La salida de La Estrella

Para hablar de la otra hermandad que procesionó ayer, retrocedamos un poco en el tiempo. Poco después de que La Merced pusiera su cruz de guía en la calle, en Huerta de la Reina se personaba la amplia escolta de la Guardia Civil para acompañar a sus pasos.

La cruz de guía salía de la iglesia de San Fernando puntualmente sobre el horario previsto, entre el entusiasmo del barrio y con gestos como la lluvia de pétalos que se hizo descender sobre el palio de Nuestra Señora de la Estrella, con Rafael Giraldo de capataz, acompañada por su Banda de Música y exornada por flores rosas y malvas de suaves tonos. En el paso de misterio, era la agrupación musical de Nuestro Padre Jesús de la Redención la que acompañaba al titular de la hermandad.

También la corporación de la iglesia de San Fernando fue sufriendo conforme transcurría la tarde el aumento del viento y el frío en su numeroso cortejo, compuesto por 445 hermanos, 325 de ellos de nazareno.

A las 18.25 horas la jornada daba un giro al conocerse que la hermandad de La Sentencia cancelaba su salida

Suspensiones seguidas

Por su parte, en la casa de hermandad de La Sentencia, el cabildo de aguas (o mejor dicho, el ‘cabildo de aire’, a tenor de las desagradables rachas de viento mencionadas que ya soplaban anunciando lluvia) se reunía para decidir si, como el año pasado, retaban de nuevo al riesgo de lluvia. En este 2025, sin embargo, acordaron a las 18.25 horas, con apenas una venia de 15 minutos de retraso, no abrir las puertas de su nueva casa de hermandad, en la calle Pasaje Saravia. Por supuesto, salvo para lo devotos que quisieran mostrar su tributo a los pasos montados de Nuestro Padre Jesús de La Sentencia y María Santísima de Gracia y Amparo, que pudieron visitarlos hasta las 23 horas.

Sabiendo el buen tino que la hermandad de La Sentencia tiene al interpretar las previsiones meteorológicas, sin ir más lejos el año pasado y en sentido contrario no les importó desafiar con éxito a la lluvia, las otras cofradías que quedaban por salir y las que ya estaban en la calle parecieron tomar buena nota de la cancelación de La Sentencia en este 2025. 

La Merced, por ejemplo, a esa hora, incluso adelantaba un tanto su entrada en carrera oficial, aunque la Agrupación de Cofradías paró la marcha para que todo el dispositivo de seguridad y protección del Cecop estuviera totalmente operativo, informó el ente en un comunicado.

Ánimas y Vía Crucis

Apenas una hora después, a las 19.16, la hermandad de Ánimas, cuya esputación es de ser muy rigurosa si hay previsiones de lluvia, comunicó la decisión de no procesionar este año. Apenas un cuarto de hora más tarde abrían las puertas de San Lorenzo para las colas de devotos que esperaban visitar los pasos montados, mientras que los dos coros de hermanos, con el ‘Miserere Gregoriano’, y de hermanas, entonando el ‘Stabat Mater’, rendían su tributo al Santísimo Cristo del Remedio de Ánimas y a nuestra Señora Madre de Dios en sus Tristezas.

Quedaban así por estrenar en la calle las magníficas restauraciones de ambos pasos, también obra del taller de Ana Infante de la Torre. Valga una anécdota: solo cinco nazarenos de Ánimas salieron del templo, pero sin aventurarse más allá del pórtico. Fue sobre las 17.30 horas, cuando ya bullía en el interior templo fernandino los preparativos propios, y al paso de la hermandad de la Merced, a la que esta representación mostró así un cariño y respeto que fue correspondido por una chicotá de los costaleros del palio.

Las dos cofradías refugiadas en La Catedral fijarán un próximo día de regreso a sus sedes

Pero volviendo al final de la jornada, la ‘puntilla’, la dio la hermandad del Vía Crucis, que al contrario de Ánimas y por los escasos enseres que procesiona suele desafiar sin reparos el riesgo de lluvia. Sin embargo, a las 20.09 la Agrupación de Cofradías informaba de la decisión de la hermandad de quedarse en su templo de San Juan y Todos los Santos (La Trinidad). Será el próximo año, si Dios quiere y el tiempo lo permite, cuando puedan escucharse por la judería los tambores roncos junto al Santo Cristo de la Salud.

En todo caso, cuando La Merced y La Estrella se encontraban bajo el techo de La Catedral, y ya conociéndose las cancelaciones de las otras tres cofradías del día, puede que sus cabildos de agua lo vieran aún más fácil para pedir quedarse en el interior del primer templo de la diócesis y dejar su regreso para algún próximo día por decidir. Se quedaban por completar muchas ilusiones e, incluso, por estrenar algún ‘patrimonio inmaterial’. Por ejemplo, el ‘tramo de silencio’ de La Estrella (La Merced sí pudo realizarlo en Ronda del Marrubial), una incorporación a los itinerario con los que las hermandades quieren acercarse a colectivos sensibles al ruido como el de las personas afectadas por trastornos del espectro autista.

Para el Martes Santo la inestabilidad sigue marcando las previsiones meteorológicas de la jornada. Aunque eso será materia de la crónica de la jornada. 

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