Entrevista | Alfonso Orti Baquerizo Hermano mayor de la hermandad del Santo Sepulcro

«El Santo Sepulcro es una forma diferente de vivir la Semana Santa»

Alfonso Orti, frente al paso del Señor del Santo Sepulcro.

Alfonso Orti, frente al paso del Señor del Santo Sepulcro. / NATALIA ROMÁN

Juan M. Niza

Juan M. Niza

El año jubilar de la hermandad del Sepulcro, con motivo del 450 aniversario de sus primeras reglas conocidas, permite ganar la indulgencia al entrar en la iglesia de La Compañía, al cruzar su Puerta Santa. ¿Hago bien usando esos términos: «Puerta Santa»? 

Bueno. Así es durante este año. Y sí, hay que entrar en la iglesia con ánimo de ganar el jubileo, escuchar la eucaristía, ofrecer oraciones por las intenciones del Papa y estar en estado de gracia o confesar en los siete días posteriores. Y con ello nos restaura las faltas que tengamos (sonríe), que es importante para todo cristiano.

¿Cómo se ha gestado el programa conmemorativo?

Sabíamos que se aproximaba este año destacado y una serie de hermanos estuvieron trabajando muy duro para recabar información acerca de la efeméride y la historia de la hermandad. La providencia también ha intervenido ahí, porque un hermano de la cofradía, que es historiador y con el que hablé casi por casualidad, me informó de que para su tesis doctoral había encontrado material histórico muy importante, y nos pusimos a trabajar juntos para un libro: Del Carmen Calzado a La Compañía. Historia y exégesis de la hermandad del Santo Sepulcro. 1573-2023. Es una obra que queríamos haber presentado en 2022, pero la aparición de una cantidad abundantísima de material llevó a la junta de gobierno a posponer la edición. El número de páginas se ha triplicado desde lo previsto en el inicio. Una intensa historia con momentos de esplendor y otros más, digamos, bajos. 

«Una cosa es el Santo Entierro y otra la hermandad, son dos realidades históricas»

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Aunque grandes hitos nunca han faltado en El Sepulcro. Incluso fue la hermandad que menos acusó momentos tan duros como los del decreto del obispo Trevilla.

Sí, ciertamente, la única procesión que se permitía era la del Santo Entierro. Pero todo eso hay que matizarlo mucho, como se hace en el libro que vamos a publicar. Una cosa es el Santo Entierro, la procesión, y otra la hermandad. Son dos realidades históricas. 

La conmemoración empezó el mismo día de apertura del Año Jubilar, el pasado Miércoles de Ceniza, en una ceremonia encabezada por el obispo, Demetrio Fernández. Pero hay más citas ¿no?

Sí, tanto culturales como cultuales. Por ejemplo, hemos querido dotar a los cultos de una relevancia especial. El quinario estuvo predicado por el obispo, que también efectuó la apertura de la Puerta Santa en una ceremonia solemnísima y emocionante, con una procesión que partió desde la capilla del colegio de Santa Victoria. Todos los viernes de Cuaresma hemos tenido el ejercicio de las Cinco Llagas, que seguiremos los últimos viernes de cada mes del resto del año; además del triduo en honor de la Virgen del Desconsuelo, nuestra titular mariana, en octubre; y luego en diciembre, los cultos a nuestra titular letífica, la Inmaculada Concepción, que tendrán una solemnidad especial por la efemérides. En torno a la festividad de Todos los Santos haremos una veneración extraordinaria al Señor en el Sepulcro. También habrá charlas formativas con un gran calado. Ya en el aspecto cultural, además del libro del que hemos hablado, vamos a presentar un cuadro conmemorativo que va a realizar el reconocido pintor Fernando Baquero Valero, una obra hiperrealista de corte historicista sobre la hermandad. También contaremos con charlas y conferencias de peso como la del catedrático de Historia del Arte Alberto Millán Movellán sobre La iconografía del Señor Yacente en el Sepulcro, y la del exhermano mayor Enrique León, el también exhermano mayor Francisco José Mellado Lucena y Juan Carlos Jiménez Díaz, que hablarán sobre los pasos de El Sepulcro a lo largo de su historia.

«En cierta forma somos partícipes de una historia mítica, de un legado legendario»

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Le pongo un ejemplo: los documentales divulgativos de Historia sobre el Santo Sepulcro, la Jerusalén antigua o el papel de instituciones legendarias como el Temple se han multiplicado en los últimos años. ¿Puede decirse que ese poso casi de leyenda, de misterio, también impregna un tanto a la hermandad?

Pues quizá sí. De hecho, la hermandad está agregada a la basílica de la Santa Cruz de Jerusalén y a la de San Juan de Letrán de Roma. En cierta forma somos partícipes de una historia mítica, de un legado legendario.  

Entrando en un plano personal, ¿qué es lo que más le mueve en este 450 aniversario?

Tomar conciencia de que nosotros estamos de paso en las hermandades. Las hermandades deben permanecer y perdurar en el tiempo. Nosotros somos depositarios de un legado del que hay que tomar conciencia, tras muchas vicisitudes, con mucha gente que ha trabajado por la hermandad. Lo que presentamos en la calle, con la estación de penitencia, o en nuestros cultos se lo debemos a todos los que han pasado por aquí.

Los que fundaron El Sepulcro, ¿habrían podido imaginar una hermandad como la actual en un mundo como este?

Pensarían en algo ajustado a su época, con buenas intenciones y seguro que sin esperar a lo que se ha llegado. Sobre todo le debemos mucho a ese grupo de jóvenes que en 1973 reorganizó la hermandad tras un tiempo languideciendo y diluyéndose, haciendo posible lo que es la cofradía hoy en día.

¿Estamos viviendo otro momento así, de reimpulso cofrade?

Ha habido y hay un resurgir en el movimiento cofrade muy importante. Lo vemos con los costaleros, con las bandas de música... Lo vemos también nosotros en el número de hermanos. Y eso es muy importante tratándose de una cofradía de negro y de centro, con sede en una feligresía en donde se ha desplomado el censo de vecinos. Y, sin embargo, somos ya más de 600 hermanos.

¿Qué llamamiento hace a los cordobeses desde la hermandad?

Que quieran a su Semana Santa. Porque las hermandades, aparte de la catequesis andante que son las procesiones, hacemos una gran labor tanto en la formación espiritual, de la cual estamos todos muy necesitados, como en la acción social, solidaria y caritativa. Y respecto a nosotros, que se acerquen a conocer al Santo Sepulcro, que es una forma diferente de vivir la Semana Santa.

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