‘Reciclaje’ cofrade de categoría

Sin duda, uno de los grandes programas cofrades extraordinarios conmemorativos de los últimos años es el 450 aniversario de las primeras reglas conocidas de la hermandad del Santo Sepulcro. Primero, ante los ojos de la Iglesia, que le ha otorgado un año jubilar por este motivo que arrancó el mismo Miércoles de Ceniza pasado. Con otras palabras, que la misma indulgencia plenaria, igual dones del cielo y perdón de los pecados se obtiene peregrinando en año santo a Santiago de Compostela que cruzando la puerta de la iglesia de La Compañía en este 2023. Pero con 998 kilómetros de por medio menos, claro.

Cuestiones estrictamente religiosas aparte, y dejando también de lado cierto debate creado tras la pandemia sobre la necesidad de, en cierta forma, moderar el número de salidas extraordinarias de las cofradías (algo que en todo caso no le afecta a esta hermandad del Viernes Santo), el 450 aniversario de El Sepulcro contempla una especial atención a la recuperación de la historia de la hermandad. Especialmente por el extensísimo libro, próximo a editarse según quiere la hermandad, con las profundas investigaciones del exhermano mayor Enrique León y de los también expertos y cofrades Juan Carlos Jiménez Díaz y Francisco José Mellado.

Entre los resultados de este trabajo, como ya ha trascendido a los medios y ha recogido el último número de la revista anual Semana Santa en Córdoba, que edita Diario CÓRDOBA, se encuentra la relación e implicación (que en algunas etapas llegó a ser forzosa) entre El Sepulcro y la institución de la procesión del Santo Entierro (organizada por estamentos civiles y religiosos), que no son la misma cosa y que, incluso, ha perjudicado a la cofradía en sus intentos de mantener una personalidad propia. Sorprendente. Casi tanto como la revisión histórica del papel que tuvo el obispo Trevilla, que, lejos de acabar con las cofradías, buscaba una modernización ilustrada y la pervivencia de la Semana Santa. Eso sí, con resultados que terminaron siendo todo lo contrario a lo que se pretendía. 

El esfuerzo realizado por El Sepulcro tampoco es extraño en un mundo cofrade cordobés, donde cada vez está más claro que el patrimonio de una cofradía, y el trabajo extra que supone mantenerlo, no se limita a las imágenes de los titulares. También son elementos valiosos de pasado y de obligada conservación para generaciones futuras la talla, los enseres, la orfebrería o los ajuares y otros más inmateriales, como el patrimonio musical, el devocional, el histórico...

En este último capítulo, además del ejemplo de El Sepulcro, encontramos señeros casos recientes como el de La Misericordia, recuperando y poniendo en valor no solo documentos antiguos sino también datando un fondo fotográfico moderno de cientos de fotografías. O El Resucitado, con las investigaciones de Antonio Cantero Muñoz que, por ejemplo, llegó a localizar en el lejano archivo de la Diputación de Vizcaya el documento fundacional de la hermandad, de 1562.

Imágenes restauradas

Por supuesto, ello no quita que la imaginería centre el esfuerzo por conservar piezas que son, no solo parte del patrimonio cofrade, sino incluso popular, devocional y hasta identitario de barrios y de la propia ciudad.

Hablamos, por ejemplo, de intervenciones como la que recuperó el año pasado las imágenes de El Rescatado y de la Virgen de Araceli en ese quirófano de Enrique Ortega y Rosa Cabello (Regespa), que, sin olvidar las técnicas artísticas, casi se aproxima más a la ciencia forense y a la arqueología que al trabajo experto que se le solía encargar a imagineros.

Así, también podemos citar las intervenciones de Regespa en la Virgen de Los Dolores (2008) y en su peana de dos siglos y medio (2021), el Señor de La Caridad y El Caído (ambos entre 2016 y 2017) o ya por parte del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, el conjunto de Las Angustias, por citar solo algunos hitos recientes de imágenes titulares restauradas.

Artes y artesanías cofrades

Sin embargo, y como ya se ha insistido, la recuperación del patrimonio se extiende a la totalidad de artesanías y artes cofrades y, en ocasiones, llega a ser tan importante o más que el más llamativo de los estrenos. El ejemplo más cercano son los reestrenos de los que han informado las cofradías cordobesas para este año, empezando el Domingo de Ramos, con la propia cruz de guía de El Rescatado, hasta el llamador del paso de palio de El Resucitado. Todo ello pasando por la corona de espinas del Señor del Buen Suceso, pértigas de orfebrería en La Caridad, los arbóreos del paso del Cristo de Gracia, la peana de Nuestra Señora Reina de los Mártires... Sin olvidar el gran reestreno tras un complejísimo proceso multidisciplinar de la reforma y restauración del paso de Nuestra Señora de las Lágrimas en su Desamparo.

Otro ejemplo más: en Sevilla, siempre un referente cofrade, la muestra del Círculo Mercantil e Industrial Estrenos y restauraciones de la Semana Santa de 2023 mostró 41 piezas de 26 hermandades hispalenses, constatándose claramente que las restauraciones superan este año en entidad a los estrenos.

A medio camino entre estos patrimonios materiales y los inmateriales y efímeros, como el arte floral y los altares de culto, está el ya comentado del patrimonio histórico y la música. En este capítulo, hermandades como La Esperanza o La Estrella, a través de sus bandas y de músicos y compositores tan jóvenes como ya consagrados, también están realizando un impagable trabajo de rescate de piezas clásicas cordobesas casi pérdidas.

Y unos últimos datos, los más oficiales de todos: esos 6,5 millones de euros destinados entre 2020 y 2022 por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía para subvencionar proyectos de conservación y restauración de bienes muebles del patrimonio histórico. Con solo 2,83 millones de la línea 1 de subvenciones de la última convocatoria se consiguieron restaurar 65 esculturas, 33 retablos, 16 piezas textiles, 14 pinturas y 10 murales, además de artesonado, platerías, yeserías, cerámicas, puertas y documentos, según informó la Junta de Andalucía.

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