DOMINGO DE RAMOS

Turismo profano y cofrade se dan la mano en Córdoba al inicio de la Semana Santa

La zona centro y casco histórico copan la ocupación hostelera, que ingresa más dinero "sin mayores beneficios por el aumento de los costes" / Los hoteles están al 73% y hay "buenas ofertas de alojamiento aún"

Público en el zoco municipal de Córdoba.

Público en el zoco municipal de Córdoba. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Turismo cofrade y turismo profano se mezclan desde hoy en las principales calles del casco histórico de Córdoba. El primer tramo de la Semana Santa 2023, presidido por un tiempo primaveral de temperaturas agradables y cielos despejados, ha atraído a miles de turistas nacionales y extranjeros que desde el viernes por la tarde se han lanzado a disfrutar de la ciudad, impregnada en el aroma del azahar. Según la Asociación de Empresarios de Hospedaje de Córdoba (Aehcor), los hoteles están este fin de semana al 73,3% de ocupación, con una previsión para el siguiente que en este momento alcanza el 77,4%, aunque se espera un incremento con la reserva de última hora. Los hoteleros no creen que se alcance el lleno este año, pero aseguran que sigue habiendo muy buenas ofertas de alojamiento para disfrutar del periodo festivo en Córdoba.

Con o sin pernoctación de por medio, no hay más que dar una vuelta por la Judería para comprobar el bullicio, amplificado en esta zona por la instalación de palcos y sillas que reducen la movilidad de los paseantes en zonas habitualmente destinadas a su tránsito. Esta mañana, personal de seguridad colocaba las vallas en la calle Torrijos y los carteles que recuerdan cuáles son las vías de evacuación para que nadie se pare en ellas. "La gente se queja porque creen que no dejamos que se paren aquí para que no vean las procesiones, pero es una cuestión de seguridad, tenemos que garantizar vías libres y de paso fluido por si hay una emergencia", explican. También indican que cada año se producen en la zona uno o más infartos en estos días, no entre los turistas o visitantes sino entre los propios vecinos del entorno, y que los sanitarios deben poder acceder a ellos para atenderlos.

Monumento de Maimónides, en la calle Judíos de Córdoba.

Monumento de Maimónides, en la calle Judíos de Córdoba. / FRANCISCO GONZÁLEZ

Mientras los alrededores de la Mezquita-Catedral (que el Domingo de Ramos se abre al turismo por la tarde entre las 14.30 y las 18 horas) se preparan para la llegada de la Borriquita y el resto de pasos del Domingo de Ramos, otras zonas permanecen con la actividad propia de un fin de semana de temporada alta. En la Sinagoga, el segundo museo más visitado de la ciudad, las colas son continuas durante todo el día. Según el personal, el sábado, abierta mañana y tarde, pasaron por allí más de 2.000 personas y el domingo, que cierra a las 15 horas, la afluencia ha sido constante, con grupos grandes de turismo principalmente extranjero. "Están viniendo muchos grupos de franceses y alemanes, muchos estudiantes Erasmus que están de intercambio y también muchos mayores que viajan con el Imserso", explican. Habitualmente, los días grandes durante la semana son los martes y jueves por el impacto de los cruceros de Málaga, aunque prevén que el puente festivo del jueves al Domingo de Resurrección se disparen las visitas, en una Semana Santa libre ya de cualquier resto de la pandemia. Otros puntos de interés de la calle Judíos como el Museo Andalusí, el Zoco municipal o la Casa Sefarad también están viviendo un fin de semana de alta intensidad. "El sábado fue un día de muchísimo público", asegura Sebastián de la Obra, director de Casa Sefarad, "tuvimos un grupo grande de alemanes, otro de israelíes y otro de franceses, además de los turistas que vienen por su cuenta". Las tiendas de la Judería hacen su agosto estos días, vendiendo abanicos en las tardes de más calor y todo tipo de souvenirs para los que vienen de fuera y buscan un recuerdo de su paso por la ciudad.

Tiendas de la Judería de Córdoba, llenas de público.

Tiendas de la Judería de Córdoba, llenas de público. / FRANCISCO GONZÁLEZ

El Patio de los Naranjos ha sido punto de encuentro este Domingo de Ramos de multitud de turistas, que aprovechan para hacer la parada de rigor a la sombra, refrescarse en la fuente y, a ser posible, ver en primera persona una procesión de Semana Santa. "Es la primera vez que vengo a Córdoba y me gustaría ver al menos una antes de irme", explica una pareja de franceses en perfecto español, "nosotros no somos católicos, pero si tienes la oportunidad de estar aquí, es algo que hay que ver, una tradición muy llamativa". El olor a incienso, la música de las bandas procesionales, el paso de los nazarenos, los costaleros saliendo bajo el paso, los ciriales, los estandartes, los gritos de los capataces y las filas de penitentes atraen las miradas de los extranjeros, que encuentran en el fervor cofrade un elemento exótico ancestral muy fotografiable y llamativo.

En el entorno de la Ribera, por donde hoy pasaba la Borriquita, se comprueba la mezcla de turistas de aquí y de allá y de locales. Mientras los cordobeses detienen su paso para esperar la procesión, grupos guiados por un paraguas de un color intenso, procedentes del otro lado del Puente Romano, se cruzan de lado a lado en dirección a la calle Cardenal González. "Estamos a tope estos días", confirma uno de los guías, "vienen de todas partes, del norte de España y también de distintos puntos de Europa y Estados Unidos". Quieren verlo todo, indican. "Empiezan temprano con los monumentos y dejan la tarde para pasear y ver procesiones".

La parada gastronómica es indispensable. Según Hostecor, el fin de semana está siendo de alta ocupación en los restaurantes del centro y del casco histórico principalmente, aunque la gente de Córdoba que no se va fuera y tampoco quiere la bulla opta estos días por emigrar a zonas menos turísticas, por lo que todos salen ganando. "Aunque vemos un incremento de los ingresos por la mayor ocupación", explica el presidente de la patronal, Fran de la Torre, "los beneficios no aumentan, al contrario, porque seguimos sufriendo la subida de los costes".

A diferencia de otras ciudades, lo que no tiene tirón es el turismo de comercio, entre otras cosas, porque tras un sábado de gran afluencia, pocas son las tiendas que han abierto, más allá de El Corte Inglés. El Centro, antiguo punto de referencia en Semana Santa, por la Carrera Oficial, vive un Domingo de Ramos mucho más light este año, con terrazas llenas por el buen tiempo y poca actividad en la zona comercial. Dice la tradición que en Domingo de Ramos, a quien no estrena, se le caen las manos. La mayoría de los que estrenan hoy, hicieron las compras con antelación.

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