LA PASIÓN EN CÓRDOBA

El Sepulcro, 450 años de historia con la mirada en el futuro

El 450 aniversario de las primeras reglas conocidas de la Hermandad del Sepulcro ha supuesto un relevante paso en un largo proceso de búsqueda de la propia identidad de la hermandad, refrendado por el año jubilar que ha concedido la Santa Sede a la cofradía y a la iglesia de la Compañía

EN LA CATEDRAL. UNA IMAGEN DEL SOBERBIO PASO DEL SEÑOR YACENTE DURANTE LA ESTACIÓN DE PENITENCIA EN LA CATEDRAL. | MANUEL MURILLO

EN LA CATEDRAL. UNA IMAGEN DEL SOBERBIO PASO DEL SEÑOR YACENTE DURANTE LA ESTACIÓN DE PENITENCIA EN LA CATEDRAL. | MANUEL MURILLO / JUAN M. NIza Periodista

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Los grandes eventos cofrades, aquellos destinados a ser recordados años y años, pueden tener (o no) un buen respaldo por parte de la Historia, con mayúsculas. Que en el caso del 450 aniversario de la aprobación de las primeras reglas del Santo Sepulcro de Córdoba, no hay duda. También hay conmemoraciones que trascienden por ir acompañadas de un extenso y serio programa de actos culturales y de culto. El ciclo organizado por El Sepulcro este año cuenta con ese aval. Otro factor para merecer el recuerdo es que el evento implique desde lo humano, y sus instituciones, a lo divino. Y el nombramiento por parte del Vaticano de un año jubilar en la iglesia de la Compañía, junto al calor que ha recibido del mundo cofrade el aniversario, lo deja todo claro. Pero para conocer si un evento pasará a la posteridad de la pequeña-gran historia de las cofradías cordobesas hay un indicador aún más claro: el corazón y la pasión de los implicados. Y al respecto, basta con hablar unos minutos con el hermano mayor, Alfonso Orti Baquerizo, para detectar un entusiasmo auténtico que hasta resulta contagioso.

A PLENA LUZ DEL DÍA EL PASO DEL SANTO SEPULCRO, EN EL PATIO DE LOS NARANJOS, ANTES DE LA ACTUAL CARRERA OFICIAL EN EL ENTORNO DE LA MEZQUITA-CATEDRAL. | JUAN MANUEL VACAS

A PLENA LUZ DEL DÍA EL PASO DEL SANTO SEPULCRO, EN EL PATIO DE LOS NARANJOS, ANTES DE LA ACTUAL CARRERA OFICIAL EN EL ENTORNO DE LA MEZQUITA-CATEDRAL. | JUAN MANUEL VACAS / JUAN M. NIza Periodista

«¿Lo que me hace más ilusión desde el plano personal de este 450 aniversario? Quizá sea tomar conciencia de que nosotros estamos de paso en las hermandades, de que ellas deben perdurar en el tiempo. Tomar conciencia de esa historia, de que lo que hoy presentamos a Córdoba en la calle o en nuestros cultos se debe a todos los que han pasado por la cofradía», resumía recientemente para Diario CÓRDOBA Alfonso Orti.

El caso es que el 450 aniversario de las primeras reglas se ha convertido en un referente de este 2023, año por otra parte clave para unas cofradías que comienzan a reponerse del revés que supuso para sus vidas los dos años de las duras restricciones por la pandemia. Todo un acontecimiento con un aval extraordinario: la concesión por parte de la Santa Sede de un año jubilar a la hermandad del Sepulcro y a su sede, la iglesia del Salvador y Santo Domingo de Silos, La Compañía.

Pero miremos a cómo se ha fraguado la conmemoración. Al respecto, hay que destacar que este 450 aniversario no es una mera celebración con un programa que gire en torno a ella. Su origen hay que buscarlo en un largo proceso de investigación en el que la efemérides es solo el cénit (o mejor dicho, un eslabón más) del trabajo investigador y de recopilación de Enrique León Pastor, hermano mayor del Sepulcro hasta 2021, y de otros cofrades y expertos como Juan Carlos Jiménez Díaz y Francisco José Mellado Lucena. Este trabajo, próximo a presentarse pero del que ya los autores han adelantado contenidos, ha descubierto numerosos aspectos, algunos importantes, otros curiosos y todos muy interesantes, sobre la historia de la hermandad que permanecían enterrados por el tiempo y por la falta de un archivo histórico y, en ocasiones, eclipsados por otros condicionantes. Entre ellos, la implicación y relación, que llegó a ser forzosa en algunas épocas, entre la hermandad del Sepulcro y la institución de la procesión del Santo Entierro (organizada por los estamentos religiosos pero también civiles) y que ni mucho menos son la misma cosa, recuerda León Pastor en el número 25 de la revista informativa de la hermandad del Sepulcro.

SIGLOS DE HISTORIA DESDE LA INDUMENTARIA A LOS ENSERES Y EMBLEMAS HABLAN DE LA LARGA TRADICIÓN DE LA COFRADÍA. | JUAN MANUEL VACAS

SIGLOS DE HISTORIA DESDE LA INDUMENTARIA A LOS ENSERES Y EMBLEMAS HABLAN DE LA LARGA TRADICIÓN DE LA COFRADÍA. | JUAN MANUEL VACAS / JUAN M. NIza Periodista

Un poco de historia

Y es que, como defiende actualmente la hermandad, la historia de El Sepulcro ha estado marcada por una lucha por su autoafirmación y la reivindicación de su singularidad, ya desde sus primeras reglas conocidas que datan del 5 de marzo de 1573, con la hermandad ligada a los carmelitas de la antigua observancia. Por entonces, la Virgen de Las Angustias (La Quinta Angustia) era la cotitular de la hermandad hasta el cambio de advocación por Nuestra Señora de las Penas, en el siglo XIX.

Otro hito se produjo en 1836 con el traslado de la sede canónica desde el deteriorado templo del convento del Carmen de Puerta Nueva a La Compañía, una acción amparada por el gremio de los escribanos, siempre ligado a la hermandad hasta la propia reforma administrativa que terminó con la escribanía pública. Y todo ello en un siglo convulso en donde el decreto del obispo Trevilla (que los citados investigadores de El Sepulcro ponen muy bien en su contexto descartando que fuera un ataque frontal a las cofradías) no fue el único que, entre francesadas, exclaustraciones y desamortizaciones, dañó a las hermandades cordobesas, a veces de forma irreversible.

En este siglo, en 1849, El Sepulcro recibe la invitación a la procesión oficialista del Consistorio para asistir con su imagen a la procesión del Santo Entierro, creando una interacción de dependencia que se consolidaría en los años 60 del siglo XIX y se prolongaría en el siglo XX con tradiciones y protocolos ajenos a la hermandad y contra los que ya se posicionaba en 1861 y 1863 el hermano mayor Francisco de Paula López Illaurdy.

APERTURA DEL AÑO JUBILAR EL OBISPO DE CÓRDOBA, ANTE EL ALTAR DE CULTOS EN LA MISA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA DONDE SE ABRIÓ LA PUERTA SANTA EN LA COMPAÑÍA.

APERTURA DEL AÑO JUBILAR EL OBISPO DE CÓRDOBA, ANTE EL ALTAR DE CULTOS EN LA MISA DEL MIÉRCOLES DE CENIZA DONDE SE ABRIÓ LA PUERTA SANTA EN LA COMPAÑÍA. / MANUEL MURILLO

En las primeras décadas del siglo XX, y consumada la desafección del Colegio Oficial de Notarios de la hermandad, la institución entró en un periodo de refundaciones liderados por la condesa de Cárdenas o el conde de Torres Cabrera, con un modelo aristocrático que hacia 1930, de la mano de José Torres Molina, cuajaría en la corporación de caballeros del Santo Sepulcro.

Las siguientes décadas el estamento civil y eclesiástico, primando la procesión del Santo Entierro (que no a la hermandad), volvió a condicionar a la cofradía frustrando proyectos como la incorporación de un paso de duelo y a su Dolorosa, elaboración de nuevas reglas o, simplemente, tener un recorrido ajustado a los anhelos de los hermanos y no tanto a la oficialidad. Y a punto de desaparecer la corporación, la juventud del grupo de Guillermo Jiménez Linde inician en los años 70 el gran periodo de transformación y recuperación de la idiosincrasia del Sepulcro.

Hasta tal punto es importante este giro en la historia de la hermandad que en el altar de cultos de este año de El Sepulcro hay más de un gesto en honor de aquella generación cofrade que encabezó Jiménez Linde, como se expone más adelante. La encarnación de este nuevo espíritu fue la llegada de Nuestra Señora del Desconsuelo en su Soledad, en 1977, con un modelo que se ratifica con la bendición de San Juan y María Magdalena y el estreno del palio en 1995, y se consolida en 2007 con el nuevo paso de la urna que sorprendió el mundo cofrade andaluz.

Un vigoroso presente para un aniversario

Valgan estas breves pinceladas históricas para situarnos en 2023, con una hermandad que va camino de recuperarse del varapalo que supuso la crisis sociosanitaria del covid para todas las cofradías, pudiendo el año pasado montar ya una cruz de mayo y una caseta en la Feria que «nos ha ayudado a avanzar en la independencia económica que debemos ambicionar como corporación para no tener que depender de las subvenciones», resume el tesorero, José María Mayoral, en la hoja informativa de este año. Así, y junto a una nómina de 620 hermanos (las papeletas de sitio y las cuotas supusieron el 44% de los ingresos del pasado 2022), la situación económica permite afrontar este 450 aniversario, si no con todos los recursos del mundo, con plena dignidad y mucho mejor ánimo.

IGLESIA DE LA COMPAÑIA ALTAR DE CULTOS DEL SANTO SEPULCRO

IGLESIA DE LA COMPAÑIA ALTAR DE CULTOS DEL SANTO SEPULCRO / A.J. GONZÁLEZ

El aniversario y los actos

De esta forma, y respecto al programa cultural, ya se ha celebrado la bendición de la lápida conmemorativa del 450 aniversario de las primeras reglas, que tuvo lugar el domingo 5 de marzo, mientras que está por cerrar la fecha para la presentación de la pintura conmemorativa de este evento, que está realizando el reconocido pintor Fernando Vaquero. También con fecha por determinar, pero en breve, será la presentación del libro Del Calmen Calzado a La Compañía, del que ya se han adelantado algunos de los sorprendentes descubrimientos que han trascendido.

Una vez pasado el verano, quedarán otras citas como la conferencia sobre La iconografía de Jesús Yacente, a cargo del doctor Alberto Villar Movellán (2 de octubre de 2023) y la intervención Los pasos procesionales de la cofradía del Santo Sepulcro a lo largo de su historia, de Juan Carlos Jiménez, Enrique León y Francisco José Mellado, que será el 6 de noviembre.

Sin embargo, y con nada menos que un año jubilar concedido por la Santa Sede por medio, lógicamente es el programa de cultos el eje de las convocatorias de la hermandad en este 450 aniversario.

El propio altar de cultos de este año ha rendido un tributo a la generación de jóvenes que en los años 70 reimpulsaron la corporación en busca de su amplia historia y su identidad

Unos cultos muy especiales

La primera cita, ya celebrada, fue el solemne quinario del pasado 21 al 25 de febrero, con un altar de cultos tan sorprendente como bello y cargado de simbolismo, más aún en una hermandad que se ha ganado las últimas décadas un bien merecido prestigio por la riqueza y gusto en el retablo efímero.

De entrada, el altar de cultos sintetiza la historia de la hermandad desde 1573, que antes se ha apuntado. Presidiéndolo todo, el Señor Yacente en la cornisa superior «recordando aquella etapa en la que como crucificado de brazos articulados protagonizaba el ritual del Descendimiento cada Viernes Santo antes de realizar estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral desde el Carmen de Puerta Nueva, donde se disponía un «tablado para hacer el paso» con un coste de «50 reales», dicen los escritos encontrados. El calvario se decoraba con «lentisco, cañas y tomizas sobre el que se colocaba un paño pintado que se pone encima del tablado para poner el crucifijo y bayeta del púlpito», citan las fuentes históricas.

En el nivel inferior y en el puesto central, Nuestra Señora del Desconsuelo también rendía tributo a la historia con vestimentas en blanco y manto negro, en recuerdo de Nuestra Señora de las Penas, la primitiva titular de cuyo talla se perdió la pista tras el traslado de la cofradía a la iglesia de El Salvador y Santo Domingo de Silos en el convulso siglo XIX.

Algo más que un detalle

A los lados, dos arcángeles del retablo del Perpetuo Socorro sostienen, uno, la bandela de las cinco cruces griegas (la Cruz de Jerusalén) y, el otro, la blanca con el anagrama del Ave María Reina, de la Inmaculada. Especialmente significativo es el detalle del ángel dando la mano a un pequeño con el hábito actual de la hermandad, en honor de aquella juventud que en 1973 recogió el testigo de los Caballeros del Santo Sepulcro.

Y todo ello en un altar donde ni siquiera el número de cirios de color tinieblas está dejado al azar, con 148 puntos de luz, ni uno más, ni uno menos, para reflejar el legado del hermano de la corporación Manuel Palomino González.

LA PROCESIÓN DE ESTE AÑO TENDRÁ UN CARÁCTER MUY ESPECIAL DE AFIRMACIÓN DE UNA IDIOSINCRASIA PROPIA Y DIFERENCIADA DE LA COFRADÍA

LA PROCESIÓN DE ESTE AÑO TENDRÁ UN CARÁCTER MUY ESPECIAL DE AFIRMACIÓN DE UNA IDIOSINCRASIA PROPIA Y DIFERENCIADA DE LA COFRADÍA / OSCAR BARRIONUEVO

Tampoco se quedó atrás la hermandad en la celebración en sí del quinario y de la solemne función final, un ciclo en el que participaron distinguidos oradores, entre los que estuvieron el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, y dos arzobispos tan ligados a la ciudad como el arzobispo emérito de Sevilla, Juan José Asenjo, o el arzobispo de Burgos, Mario Iceta Gavicagogeascoa.

La apertura de la Puerta Santa

Pero, además, justo en mitad del ciclo de cultos, y coincidiendo con el comienzo de la Cuaresma, el 23 de febrero se procedió a la inauguración del año jubilar y a la apertura de la Puerta Santa en La Compañía, acto que fue encabezado por el obispo.

Tras atravesar la Puerta Santa de La Compañía, el peregrino puede ganar la indulgencia oyendo misa, aunque la cofradía ha preparado 38 funciones jubilares específicas con ese fin

Antes, la propia noticia de la concesión del año jubilar a la hermandad de la Inmaculada Concepción y muy antigua cofradía de nazarenos de Nuestro Señor Jesucristo del Santo Sepulcro fue todo un revulsivo para la corporación del Viernes Santo, ya que la misma suponía, como afirman en la hermandad, un «reconocimiento a su trabajo y a su compromiso con la Iglesia y con la sociedad. En ese sentido fueron las palabras del obispo en la misa y ceremonia de apertura de la Puerta Santa, y que también impregnó la solemne misa de acción de gracias que tuvo lugar el 5 de marzo, al cumplirse justo los 450 años de las primeras reglas conocidas y tras la que se descubrió una lápida conmemorativa.

Además, y aunque todas las misas ordinarias en La Compañía tendrán la consideración de jubilares durante este periodo, que termina el 18 de febrero de 2024, los peregrinos pueden aprovechar un total de 38 celebraciones específicas organizadas por El Sepulcro, a las que pueden unirse individualmente o en grupo, misas cuya relación la corporación ha difundido a través de su web oficial. Paralelamente, al año jubilar va acompañado de un programa de obra social y de caridad específico, donde no se olvida los proyectos de las Madres Adoratrices, y un programa de formación espiritual sobre el Santo Sepulcro impartido por una decena de sacerdotes ligados particularmente a la hermandad.

Se trata de una prolongación en el tiempo del espíritu de este año que, eso sí, ha obligado a cambiar de fecha uno de los más sobrecogedores eventos de la Cuaresma cordobesa: el vía crucis en el interior de La Compañía, en el que en la decimotercera estación se procede al descendimiento de la cruz de la sagrada imagen para, posteriormente, en la última estación del rezo, efectuar en las tinieblas del templo el solemne traslado a la urna del paso procesional. La ceremonia tuvo lugar el pasado Domingo de Pasión, dejando más días para unas jornadas previas a la Semana Santa, en donde La Compañía será el referente cofrade, con Puerta Santa e indulgencia plenaria incluida para el visitante. Que no es poca cosa.

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