LA PASIÓN EN CÓRDOBA

Una Semana Santa con personalidad y aromas propios

Montilla atesora una de las semanas de pasión más singulares de la provincia. La importancia de la ciudad durante el siglo de oro y la relevancia histórica de muchos de sus vecinos han contribuido a configurar, a lo largo de los siglos, un rico patrimonio cofrade que, cada año, se exhibe en las calles

LA PARROQUIA DE EL SANTO ACOGE CADA AÑO LOS CULTOS DE LA PONTIFICIA HERMANDAD DEL SANTO ENTIERRO, CON EL SEÑOR YACENTE Y LA VIRGEN DE LA SOLEDAD

LA PARROQUIA DE EL SANTO ACOGE CADA AÑO LOS CULTOS DE LA PONTIFICIA HERMANDAD DEL SANTO ENTIERRO, CON EL SEÑOR YACENTE Y LA VIRGEN DE LA SOLEDAD / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

Juan Pablo Bellido

Juan Pablo Bellido

Con muchas las particularidades propias de la Semana Santa de Montilla: ricos actos religiosos en Cuaresma, actos culturales únicos en España -como la Sentencia a Jesús que promueve la Centuria Romana Munda-, pregones, recitales de saetas, muestras gastronómicas... Y aunque la agenda cofrade se vuelve especialmente intensa desde el Miércoles de Ceniza, en Montilla, la Semana Santa comienza oficialmente el Viernes de Dolores con la Ronda de los Romanos y de la Agrupación Musical La Unión, que visitan todos los templos de la ciudad para ofrecer flores y marchas a las vírgenes titulares de las distintas cofradías.

SANTÍSIMO CRISTO DEL AMOREL CRUCIFICADO ES OBRA DEL IMAGINERO VALENCIANO AMADEO RUIZ OLMOS.

EL SEÑOR RESUCITADO PROTAGONIZA EL DOMINGO DE PASCUA EL ENCUENTRO CON LAS TRES MARÍAS, OBRA DEL IMAGINERO CORDOBÉS ANTONIO BERNAL REDONDO. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

Al día siguiente, el pabellón municipal de deportes acoge la representación dramática de La Pasión, un espectáculo inconmensurable en el que, desde el año 1992, más de 400 personas ponen en escena, en 17 actos y tres escenarios imponentes, los momentos clave de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Como en otros muchos puntos de la provincia, los niños son los encargados cada año de inaugurar la Semana Santa de Montilla. El paso de La Borriquita, portado por alumnos del colegio salesiano San Francisco Solano, salva el arco de la iglesia-santuario de María Auxiliadora poco después de las doce del mediodía para abrir de manera oficial los desfiles procesionales en la localidad. La hermandad, considerada escuela de cofrades, abre el tarro de las esencias del Domingo de Ramos que, por la tarde, disfruta de la salida procesional de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Juventud en su Presentación al Pueblo, Nuestra Madre María de Nazaret y San Juan Bosco, una cofradía de marcado espíritu salesiano, que celebra en la calle el acto de la Presentación de Jesús al Pueblo, durante el cual, los penitentes que forman parte del cortejo, proclamaron su fe cristiana exclamando: «Cristo vive entre los jóvenes».

EL PRENDIMIENTO DE JESÚS LA FIGURA DE JUDAS SOBRESALE EL JUEVES SANTO.

TRONOS CON CARGADORES Y PASOS A COSTAL. MONTILLA BEBE DE LAS INFLUENCIAS DE MÁLAGA Y SEVILLA. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

Variedad de pasos

Tras el intenso Viernes de Dolores, el Llanete de San Agustín vuelve a convertirse en epicentro de la Semana Santa montillana de la mano de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, que cada Lunes Santo celebra la primera de sus estaciones de penitencia -la segunda tiene lugar el Viernes Santo- con el Santísimo Cristo del Perdón, un hermoso crucificado atribuido al retablista Cristóbal de Guadix que, durante muchos años, celebró su estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo, bajo la advocación de la Misericordia.

NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENOEL «SEÑOR DE MONTILLA», JUNTO A SU AZULEJO.

SANTÍSIMO CRISTO DEL AMOR EL CRUCIFICADO ES OBRA DEL IMAGINERO VALENCIANO AMADEO RUIZ OLMOS. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

El Martes Santo constituye desde hace años uno de los días grandes de la Semana Santa montillana. Hasta tres cofradías celebran en esta jornada sus estaciones de penitencia, comenzando en la parroquia de Santiago Apóstol, desde donde sale la cofradía penitencial de la Santa Vera Cruz, la más antigua de la localidad, que permite contemplar, junto a Nuestra Señora del Socorro, la impresionante imagen del Santo Cristo de Zacatecas, uno de los mejores exponentes del patrimonio colonial que llevaron los españoles a las Indias y que está vinculado a Hernán Cortés, principal artífice de la denominada «conquista de México», entre 1519 y 1526.

REPRESENTACIÓN DRAMÁTICA DE LA PASIÓN EL PABELLÓN DE DEPORTES ACOGE ESTA OBRA DESDE 1992.

EL PRENDIMIENTO DE JESÚS. LA FIGURA DE JUDAS SOBRESALE EL JUEVES SANTO. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

En el otro extremo de la ciudad, en la barriada de El Gran Capitán, tiene lugar la salida penitencial de la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas, cuya sede canónica -la parroquia de La Asunción- congrega cada año a decenas de montillanos que no quieren perderse el recital de saetas dedicadas a las imágenes titulares de esta cofradía, fundada en 1956 por un grupo de personas relacionadas con las bodegas, las vides y el vino.

Por último, la casa natal de San Francisco Solano, patrono de Montilla, se viste cada año de gala para arropar a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y Paciencia y María Santísima de la Caridad en sus Tristezas, una cofradía de inequívoco carácter franciscano, que tiene bien presente a su consiliario perpetuo y fundador, Rafael Cerrillo, y a uno de sus hermanos mayores más recordados, Francisco Tejedera, fallecido hace más de una década en un trágico accidente de tráfico.

SANTÍSIMO CRISTO DE LA JUVENTUD  LA TALLA ES OBRA DE MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ JURADO.

NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO EL «SEÑOR DE MONTILLA», JUNTO A SU AZULEJO. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

Un día más tarde, el interminable paso de penitentes que acompañan en silencio al Cristo del Amor, obra del imaginero valenciano Amadeo Ruiz Olmos, marcan el Miércoles Santo en Montilla. Los cientos de faroles rojos que manan desde la Cuesta del Silencio delimitan esa Vía Dolorosa por la que discurre el paso del Santísimo Cristo del Amor, que dispone de un mecanismo que permite abatir la imagen para hacer posible la salida y entrada a la iglesia-santuario de María Auxiliadora.

La estación de penitencia del Santísimo Cristo del Amor supone cada año el broche de oro a la participación de las cofradías salesianas en la Semana Santa montillana, pues esta hermandad, fundada en 1940 gracias a la iniciativa de Manuel Luque Velasco, es la última que sale en procesión desde el colegio salesiano.

SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN EL CRUCIFICADO SALE EN LA NOCHE DEL LUNES SANTO.

SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN. EL CRUCIFICADO SALE EN LA NOCHE DEL LUNES SANTO. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

Ya en la recta final de la Semana de Pasión montillanas, sobresale el acto del Prendimiento, una singular muestra de la teatralidad barroca, en la que destaca la figura bíblica de Judas. Ante la atenta mirada de centenares de vecinos, la imagen de Jesús Preso recibe el beso traidor del apóstol traidor mientras los lanceros de la cofradía realizan tres genuflexiones para escenificar el prendimiento de esta talla concebida también por Amadeo Ruiz Olmos.

El cortejo de la hermandad de Jesús Preso, uno de los más coloridos de la localidad, se completa con el paso de la Oración en el Huerto, así como con el centenario Cristo de la Columna y el deslumbrante palio plateado de María Santísima de la Esperanza.

Una Semana Santa con personalidad y aromas propios

SANTÍSIMO CRISTO DE LA JUVENTUD. LA TALLA ES OBRA DE MIGUEL ÁNGEL GONZÁLEZ JURADO. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

Cristo de la misericordia

Apenas unas horas más tarde, el Cristo de la Misericordia vuelve a expirar en el Llanete de la Cruz. La poderosa imagen que hizo brotar de la madera el artista montillano Francisco Solano Salido -que da nombre a la principal asociación de artesanos de la localidad- precede en el cortejo a María Santísima de la Amargura que, este año,, como consecuencia de la escasez de costaleros, saldrá en unas pequeñas andas.

El Viernes Santo, el Llanete de San Agustín se convierte cada año en el «kilómetro cero» de la Semana Santa de Montilla. Con las primeras luces del día, la calle Ancha recupera la certeza común de la memoria colectiva, en una mañana soleada, en la que los montillanos –llegados desde todos los confines del planeta– se echan a la calle para arropar a la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores.

Una Semana Santa con personalidad y aromas propios

SANTÍSIMO CRISTO DEL PERDÓN . EL CRUCIFICADO SALE EN LA NOCHE DEL LUNES SANTO. / JUAN PABLO BELLIDO Montilla

El cortejo se abre con la imagen dieciochesca de Jesús Rescatado, acompañado por el redoble rotundo de la Centuria Romana Munda que, en torno a las tres de la tarde, realiza el acto de La Lanzada al Cristo de la Yedra, el majestuoso crucificado que, según la tradición, habló a San Juan de Ávila. El desfile procesional lo completan los titulares de la hermandad, fundada en 1590 y afectada por la exclaustración de los agustinos en 1835. Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores bendicen cada año los campos en el Paseo de Cervantes y al propio municipio, ante las puertas del templo agustino que, unas horas más tarde, se vestirá de luto para asistir a la salida de la Pontificia Hermandad del Santo Entierro. Una cofradía que celebra estación de penitencia por las calles de Montilla con María Santísima de la Soledad y el Cristo Yacente, que recorre la localidad al lúgubre ritmo del Tambor de Viruta, seguido muy de cerca por la comitiva de autoridades. Noventa minutos antes de la salida desde San Agustín de la Hermandad del Santo Entierro, el centro de atención se sitúa muy cerca, en la calle Fuente Álamo, desde donde inicia su estación de penitencia la Hermandad del Sagrado Descendimiento de Nuestro Señor Jesucristo, Santo Nombre de Jesús, María Santísima de la Encarnación y San Juan de Ávila, que exhibe cada año el impresionante misterio, obra del imaginero cordobés Antonio Bernal, con el que Montilla pone el broche de oro a una jornada luminosa, en la que los vecinos reviven estampas repetidas durante décadas y que perviven atadas a la memoria colectiva de un pueblo que vibra cada Viernes Santo como si fuera el primero. Como si fuera el último.

Resurrección

Finalmente, la Hermandad del Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora de la Paz protagoniza cada Domingo de Pascua uno de los desfiles más coloridos de la Semana Santa montillana, gracias a la participación de hermanos de todas las cofradías de la ciudad con sus respectivos bordones y túnicas. La estación de penitencia permite disfrutar del paso del Señor Resucitado junto a Las Tres Marías y del palio de Nuestra Señora de la Paz, obra también del imaginero cordobés Antonio Bernal.

Por su parte, la imagen del Señor Resucitado, que este año protagoniza el cartel oficial de la Semana Santa, obra del joven artista Miguel Ángel Sánchez Jiménez, es una talla realizada en 1946 en los talleres Hermanos Bellido de Valencia, de donde salieron también tres imágenes señeras de la Semana de Puente Genil: Nuestro Padre Jesús Amarrado a la Columna (1908), María Santísima de las Angustias (1926) y Nuestro Padre Jesús Preso (1930).

Suscríbete para seguir leyendo