LA PASIÓN EN CÓRDOBA

Las marchas históricas de Córdoba

¿Cuál fue la primera gran marcha compuesta en la capital cordobesa? ¿Cuál es la que tiene un mayor éxito? En las próximas páginas se recorre la evolución histórica que ha seguido la música cofrade desde el siglo XIX hasta las composiciones más recientes

VIERNES SANTO. UNA DE LAS PRIMERAS MARCHAS CORDOBESAS FUE PARA LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO, OBRA DE EDUARDO LUCENA. EN LA IMAGEN, MÚSICOS DE CAPILLA CON EL SANTO SEPULCRO. | CÓRDOBA

VIERNES SANTO. UNA DE LAS PRIMERAS MARCHAS CORDOBESAS FUE PARA LA PROCESIÓN DEL SANTO ENTIERRO, OBRA DE EDUARDO LUCENA. EN LA IMAGEN, MÚSICOS DE CAPILLA CON EL SANTO SEPULCRO. | CÓRDOBA / Mateo Olaya Marín Investigador de música procesional

Mateo Olaya Marín

Son todas las que están, pero no están todas las que son. Si nos afanamos en realizar una selección histórica de marchas cordobesas, será inevitable omitir un buen número de ellas si queremos hacer una enumeración lo más sintética posible y no alargarla en demasía. Por eso este listado pretende ofrecer una aproximación con catorce composiciones que a lo largo del tiempo han destacado en el género de la marcha procesional, considerando varios factores como son: valor histórico, calidad artística, representatividad de una época y trascendencia.

‘Un recuerdo’ (Eduardo Lucena, 1883)

El origen de la marcha cordobesa respira vientos filarmónicos y de una Córdoba decimonónica en continuo auge musical. El fundador del centenario Centro Filarmónico de Córdoba que hoy lleva su nombre, el violinista Eduardo Lucena, firma una de las primeras marchas de Semana Santa de la historia dedicadas expresamente a una estación de penitencia y sitúa a Córdoba entre una de las ciudades imprescindibles para entender la génesis de este género en Andalucía.

«Eduardo Lucena firma una de las primeras marchas de Semana Santa de la historia dedicadas expresamente a una estación de penitencia»

La composición está dedicada a la procesión oficial del Santo Entierro, que entonces era prácticamente el único acto penitencial que transcurría en el triduo sacro tras el decreto del obispo Trevilla. Musicalmente es una marcha que se enmarca claramente en la estética romántica, de melodía grácil y sencilla, siendo reestrenada por la banda de música de la Esperanza en noviembre de 2004, habiéndose llevado a estudio de grabación en dos ocasiones: por parte de la banda de música del Carmen de Salteras y de la banda sinfónica de Córdoba.

EDUARDO LUCENA ESTATUA SITUADA EN LA PLAZA RAMÓN Y CAJAL QUE RECUERDA AL MÚSICO Y COMPOSITOR CORDOBÉS, AUTOR DE LA MARCHA ‘UN RECUERDO’.

EDUARDO LUCENA. ESTATUA SITUADA EN LA PLAZA RAMÓN Y CAJAL QUE RECUERDA AL MÚSICO Y COMPOSITOR CORDOBÉS, AUTOR DE LA MARCHA ‘UN RECUERDO’. / MANUEL MURILLO

‘Marcha Fúnebre OP. 35’(Cipriano Martínez Rücker, 1898)

Incardinada en este movimiento musical romántico se encuentra esta gran marcha fúnebre finisecular escrita, nada más y nada menos, por uno de los músicos más importantes que ha dado Córdoba: Cipriano Martínez Rücker. Se encuentra dedicada, como la anterior, a la procesión oficial del Santo Entierro de Córdoba. Rücker compone dos inconmensurables marchas fúnebres, la opus 21 y la 35, que deberían nombrarse juntas por ser por sí mismas dos joyas musicales de la Semana Santa. La que nos ocupa es de grave expresión, lacerante en determinados compases, lenta y patética en su expresión, hasta el punto de que entre los músicos de la banda se conocía como la llorona.

CRISTO DE LA MISERICORDIA DÁMASO TORRES COMPUSO EN 1948 LA MARCHA ‘MISERICORDIA, SEÑOR’, DEDICADA A LA IMAGEN CORDOBESA.

CRISTO DE LA MISERICORDIA. DÁMASO TORRES COMPUSO EN 1948 LA MARCHA ‘MISERICORDIA, SEÑOR’, DEDICADA A LA IMAGEN CORDOBESA. / SANCHEZ MORENO

La opus 35, de la que en este año se cumplen 125 años de su estreno, nos adentra en una atmósfera oscura, abordando unos pasajes de complejidad instrumental y texturas propias de un auténtico maestro de la composición que deja para la eternidad una pieza de valor extraordinario. La marcha se encuentra también escrita a piano por su propio autor y ha sido grabada en tan solo una ocasión, a cargo de la banda de música de la Soledad de Cantillana en su disco Ottocento.

«‘Saeta cordobesa’ es una de las grandes marchas de nuestro país, con un portentoso diseño armónico y contrapuntístico, y un aire marcial que recorre la composición...»

‘Misericordia, Señor’(Dámaso Torres García, 1948)

Tras la Guerra Civil, una generación de músicos contribuye de forma sobresaliente al resurgimiento de la marcha procesional tras un período de tiempo donde experimentó un letargo. En un primer momento, aparece el granadino Dámaso Torres cuando alcanza la dirección de la Banda Municipal de Córdoba en los años cuarenta, firmando una de las grandes marchas que jamás se hayan podido escribir titulada Misericordia, dedicada al Cristo de la Misericordia y que años más tarde se retitularía con el nombre definitivo de Misericordia, Señor.

El maestro Dámaso deja para la historia una marcha de grandes dimensiones artísticas, con un desarrollo armónico denso y un uso de los recursos instrumentales de la banda al alcance de pocos. La obra, de evidentes rasgos wagnerianos, se inspira en su parte central en la melodía de la saeta vieja de Córdoba y constituye junto con la siguiente que nos ocupa, una dupla musical muy significativa para la época. Fue grabada por la Banda Municipal de Córdoba dirigida por Luis Bedmar en 1981 en una doble cinta.

VIRGEN DE LA PAZ EN 1951, FRANCISCO MELGUIZO COMPUSO LA RECONOCIDA MARCHA ‘PALOMA DE CAPUCHINOS’.

VIRGEN DE LA PAZ EN 1951. FRANCISCO MELGUIZO COMPUSO LA RECONOCIDA MARCHA ‘PALOMA DE CAPUCHINOS’. / AJGONZALEZ

‘Saeta cordobesa’(Pedro Gámez Laserna, 1949)

Coetánea de la anterior, esta marcha estrenada en 1949 bajo el primigenio nombre de Cristo de la Buena Muerte, es dedicada a la homónima imagen del crucificado de San Hipólito por su autor, Pedro Gámez Laserna, que dirigía entonces la banda de música del Regimiento de Lepanto número 2, la otra gran banda en aquella etapa y que junto con su compañero en las labores directorales, Dámaso Torres, formaron un binomio brillante para la Córdoba de la postguerra.

Saeta cordobesa es una de las grandes marchas de nuestro país, con un portentoso diseño armónico y contrapuntístico, y un aire marcial que recorre la composición de principio a fin, donde se incluye una saetilla exquisitamente expuesta por las maderas desembocando en un final alegre y triunfal que contrasta con los dramáticos compases anteriores. Llama poderosamente la atención el parecido de la saetilla que usa el autor en esta composición, con la que empleó Dámaso en la anterior marcha, lo que refuerza sin duda el hecho de que era una saeta típica de Córdoba, muy cantada en la época y que ambos directores usaron casi al mismo tiempo para sendas marchas. De hecho, es sabido que Gámez Laserna se inspiró para ello en una saeta que le escuchó cantar a María La Talegona, un Miércoles Santo al Cristo de la Misericordia, a la sazón la imagen a la que dedicó su marcha el maestro Dámaso. Saeta cordobesa es, sin duda, la marcha más conocida de Córdoba y la de mayor trascendencia histórica. Considerada por muchos como el himno de la Semana Santa cordobesa, esta excepcional composición ha sido interpretada por numerosas bandas en Andalucía y registrada en muchos trabajos discográficos, adaptada a orquesta y versionada en otros grupos instrumentales. Su influencia ha sido tan grande, que con posterioridad han sido varias las marchas que han bebido claramente de su fuente. Incluso su mismo autor, utilizó la forma o estructura de esta marcha para componer en Sevilla en 1967, cuando dirigía la banda del Soria 9, El Cachorro -Saeta sevillana-.

«Pocas melodías en el recuerdo cordobés son tan reconocibles como la de ‘Paloma de Capuchinos’, preciosa marcha de corte sencillo y elegante, con una característica llamada de los metales»

‘Paloma de Capuchinos’ (Francisco Melguizo, 1951)

Pocas melodías en el recuerdo cordobés son tan reconocibles como la de Paloma de Capuchinos, preciosa marcha de corte sencillo y elegante, con una característica llamada de los metales. Su hijo Miguel Ángel recuerda a su padre junto a su amigo Enrique Báez, haciendo correcciones al piano y definiendo algunos pasajes de la marcha. Aunque la partitura original tiene instrumentación de Gámez Laserna, probablemente porque al ser estrenada por la banda de música del Regimiento de Lepanto nº 2 que él mismo dirigía, realizó todo el trabajo de instrumentación acorde a la plantilla con la que contaba la formación militar.

El motivo de su composición encierra una curiosa anécdota. Entonces, ante la escasez de bandas, los pasos eran acompañados en carrera oficial por la propia banda municipal en años alternos, de forma que cada año tocaban en una cofradía u otra. Un año antes, en 1950, la cofradía de la Misericordia estrenaba el palio siendo Francisco Melguizo su hermano mayor, y según los turnos establecidos la banda municipal debía tocar con la cofradía de la Paz; pero ante el hecho tan extraordinario del estreno Melguizo pidió el favor de alterar ese orden para que tocaran con el palio de la Virgen de Lágrimas y Desamparo, para la que precisamente compuso su primera marcha. La cofradía de la Paz accedió a esta petición, solicitando al hermano mayor que compusiera una marcha para la Virgen al año siguiente, como contraprestación. La composición ha sido llevada a registro discográfico en varias ocasiones, siendo una de las marchas cordobesas más difundidas: la misma Banda Municipal de Córdoba la incluyó en su doble trabajo en 1981, también la banda del Soria 9 bajo la dirección de Abel Moreno, la banda municipal de Huévar o la banda del Cristo del Amor de Córdoba han sido algunas de las formaciones que la han grabado.

JESUS DEL CALVARIO. ABEL MORENO DEDICÓ EN 1992 UNA DE SUS COMPOSICIONES A LA IMAGEN CORDOBESA. BAJO EL TÍTULO DE ‘NUESTRO PADRE JESÚS DEL CALVARIO’, SE TRATA DE UNA GRAN MARCHA

JESUS DEL CALVARIO. ABEL MORENO DEDICÓ EN 1992 UNA DE SUS COMPOSICIONES A LA IMAGEN CORDOBESA. BAJO EL TÍTULO DE ‘NUESTRO PADRE JESÚS DEL CALVARIO’, SE TRATA DE UNA GRAN MARCHA / AJ GONZALEZ

‘Virgen de las Angustias’(Enrique Báez Centella, 1952)

El cuarto protagonista para entender correctamente aquella época dorada de la música cordobesa que se dio en la postguerra es Enrique Báez: gran músico, compositor y violinista. Entre sus grandes marchas destaca, sin duda, su ópera prima Virgen de las Angustias, célebre composición dedicada al grupo escultórico de Juan de Mesa en la que Báez se descubre como un compositor de profunda inspiración, efusividad lírica y dominio absoluto de la instrumentación. Con su inconfundible comienzo, la marcha transita por unos pasajes de notable voluptuosidad sonora, terminando con un trío final de bellísima factura que su autor concibió también para la interpretación con violín. El dramatismo, la opulencia sonora, la gravedad, el patetismo y la desbordante dulzura son distintas características que pueden adjetivarse para describir sus compases.

Se ha registrado en disco tan solo en dos ocasiones: en la antología de marchas cordobesas de la mítica banda del Soria 9 en 1992 y en el disco de la banda del Círculo Cultural Calíope de Fernán Núñez de 2007, formación musical que acompañó musicalmente al paso de las Angustias durante varias décadas.

LUIS BEDMAR. AUNQUE INICIALMENTE SE LLAMÓ ‘RESIGNACIÓN’, FINALMENTE SERÁ CONOCIDA COMO ‘NUESTRO PADRE JESÚS DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO’. ES UNA COMPOSICIÓN DE LUIS BEDMAR

AUNQUE INICIALMENTE SE LLAMÓ ‘RESIGNACIÓN’, FINALMENTE SERÁ CONOCIDA COMO ‘NUESTRO PADRE JESÚS DE LA ORACIÓN EN EL HUERTO’. ES UNA COMPOSICIÓN DE LUIS BEDMAR / CHENCHO MARTÍNEZ

‘Ntro. Padre Jesús de la oración en el huerto' (Luis Bedmar Encimas, 1973)

Luis Bedmar llegó a la dirección de la banda municipal de Córdoba en 1974 para cubrir una etapa histórica donde convivieron vicisitudes de diversa índole, hasta transformarse en una formación mixta entre banda y orquesta. Con anterioridad, había dejado su sello personal en alguna marcha para cofradías cordobesas, pero fue quizás con esta composición dedicada a la hermandad de la Oración en el Huerto, cuando el autor alcanza, hace ya cincuenta años, una de sus expresiones artísticas más elevadas.

Poco antes de ocupar el podio directoral de la municipal, Bedmar firma esta gran marcha fúnebre que en un principio tituló Resignación y con posterioridad la nombraría en honor del sagrado titular de la hermandad del Huerto. Es una obra muy profunda en su inicio, alternando con importantes llamadas de los metales y la búsqueda de un nuevo lenguaje musical aplicado a la marcha. En ella, Bedmar se revela como ese compositor que renovó estilísticamente el género.

Al cabo del tiempo, la marcha incorporó letra bajo la autoría del cronista oficial Miguel Salcedo. Tan solo fue grabada por la extinta banda municipal en 1981, dirigida por el propio Luis Bedmar, en la doble cinta que supuso un documento de vital importancia en la época para conocer buena parte de la música procesional cordobesa.

AGRUPACIÓN MUSICAL DE LA ESTRELLA CONCIERTO DE LA RECONOCIDA AGRUPACIÓN CORDOBESA QUE TANTO HA SIGNIFICADO PARA LA SEMANA SANTA.

AGRUPACIÓN MUSICAL DE LA ESTRELLA. CONCIERTO DE LA RECONOCIDA AGRUPACIÓN CORDOBESA QUE TANTO HA SIGNIFICADO PARA LA SEMANA SANTA. / Oscar Barrionuevo

‘Nuestro Padre Jesús del Calvario’ (Abel Moreno Gómez, 1992)

Existe un lapso de tiempo de la historia de la marcha cordobesa que lleva los nombres propios de una banda y un compositor: Soria 9 y Abel Moreno. El archiconocido compositor militar de Encinasola, encontrándose dirigiendo la prestigiosa banda militar del Soria 9 en Sevilla, compuso diversas marchas para Córdoba, dedicando a las cofradías cordobesas uno de sus afamados trabajos discográficos, bajo el doble disco titulado Antología de marchas cordobesas.

La marcha Ntro. Padre Jesús del Calvario aparece en el segundo volumen. Dedicada, como su propio nombre indica, al nazareno de San Lorenzo, la marcha fúnebre se sitúa a todas luces entre una de las mejores composiciones de Abel Moreno. Mantiene la estructura sencilla de sus marchas, con un despliegue sutil y solemnísimo de la melodía que es irrumpida por llamadas de trompetas para otorgar brillantez y majestuosidad a la obra en un trío final muy propio del que ha sido, hasta la fecha, el compositor más prolífico de la Semana Santa española.

‘Señor de San Basilio’ (Nicolás Barbero Rivas, 2001)

Sería injusto pasar por alto, en este listado de marchas históricas, la aportación tan decisiva de Córdoba al género de las agrupaciones musicales, formaciones musicales solamente nutridas de instrumentos de viento-metal cuyo estilo podría considerarse intermedio entre las bandas de cornetas y las de música.

Y esta contribución viene ante todo, en lo que se refiere al momento histórico en el que fue concebida tanto por el valor artístico de sus marchas como por la innovación que supusieron en su momento, por la agrupación musical Ntro. Padre Jesús de la Redención (la Banda de la Estrella) dirigida por Manuel Luque Bellido.

«El pontanés Antonio Moreno Pozo compuso ‘Desconsuelo’ en 2007, que está dedicada a la homónima imagen de la cofradía del Santo Entierro de Córdoba»

En 2001 Nicolás Barbero, uno de los compositores revolucionarios de las agrupaciones musicales, escribe Señor de San Basilio, un prodigio musical dedicado a la hermandad de Pasión del histórico barrio de San Basilio, del que toma su nombre. La composición fue registrada en el disco Redentor Nuestro, grabado por la banda cordobesa en 2002 y siendo la única grabación existente a día de hoy. En Señor de San Basilio nada se parece a lo anteriormente compuesto en agrupación.

Desde su comienzo, la marcha despeja cualquier aire convencionalista. Su autor utiliza recursos como el canon y la fuga, tejiendo un entramado de voces sobrecogedor que la convierten en una de las mejores marchas escritas, sin ambages. Cabe elogiar la construcción armónica tan compleja y premeditada, así como su estructura y diseño. La trama contrapuntística está siempre presente, migrando los motivos musicales en sus diferentes timbres a todos los instrumentos alcanzando una gran personalidad en su papel individual.

‘Desconsuelo’(Antonio Moreno Pozo, 2007)

Continuando con el oro musical de muchos quilates que ha ido legando la Estrella para la historia, no podíamos omitir el caso del pontanés Antonio Moreno Pozo y sus composiciones, para la que en este caso queremos destacar Desconsuelo, compuesta en 2007 y dedicada a la homónima imagen de la cofradía del Santo Entierro de Córdoba.

Completa esta marcha aquella primera década de este siglo, tan excepcional en la creación de nuevas marchas para agrupación, donde Antonio Moreno fue un exponente brillando en la excelencia musical. Desconsuelo es una marcha de exquisito gusto y calidad musical. El inicio impacta por la rotundidad del fortísimo instrumental de la banda, que poco a poco se desgrana para alcanzar un agudo y áspero solo de corneta.

La música entra en tensiones armónicas muy bien resueltas y progresiones melódicas que llevan a sentimientos de abatimiento o angustia, pero también reconfortantes y de paz y sosiego. La corneta es usada por el compositor como espejo donde se refleja el llanto de María en su desconsuelo, en tesituras muy agudas hasta el punto de parecer extenuante, como aquel dolor tan sobrehumano que padeció.

‘Ángeles, Reina’ (José de la Vega Sánchez, 2007)

José de la Vega fue un músico cordobés de proyección nacional. Violinista de la Orquesta Filarmónica de Madrid y de la Orquesta de RTVE, ejerció también de profesor de violín. Su obra procesional para Córdoba, paradójicamente, tardó en llegar. Y lo hizo cuando se dieron una serie de factores que coincidentes en el tiempo, desencadenaron a partir de entonces una serie de marchas cordobesas escritas en apenas un lapso de tiempo muy corto.

MOMENTOS ÁLGIDOS LA MÚSICA COFRADE DE CÓRDOBA SE ENCUENTRA EN UN PERIODO DE GRAN APOGEO EN LA ACTUALIDAD.

MOMENTOS ÁLGIDOS. LA MÚSICA COFRADE DE CÓRDOBA SE ENCUENTRA EN UN PERIODO DE GRAN APOGEO EN LA ACTUALIDAD. / CHENCHO MARTÍNEZ

La primera de todas ellas fue Ángeles, Reina -música para un ángel-, composición de tintes muy especiales, dedicada a la hermandad del Císter, en concreto a su titular mariana, y a una persona muy querida que atravesaba momentos duros en su vida, por los promotores de la composición: la asociación cultural Amigos de las Posadillas. A principios de siglo José de la Vega cobra especial protagonismo entre las bandas, con el reverdecimiento popular de su marcha Valle de Sevilla (1990). En ese contexto, llega su primer encargo, al fin, para su ciudad natal.

Se trata de un poema sinfónico de melodías dulces y gran prestancia armónica, que fue estrenada por la banda de música del Maestro Tejera en un inolvidable concierto ofrecido en la iglesia conventual de Capuchinos, como tributo a la figura del maestro.

La marcha fue llevada a disco por la Sociedad Filarmónica de Jaén en 2011, al año siguiente del fallecimiento de su autor, que tras esta ópera prima para las cofradías cordobesas, escribiría composiciones para hermandades como los Dolores o Calvario.

‘La Sangre y la Gloria’(Alfonso Lozano Ruiz, 2009)

En aquella Córdoba que se miraba a sí misma para recuperar marchas antiguas que habían caído en el olvido, estaba (y sigue estando) la que sin duda ha sido baluarte de este movimiento: la banda de música de la Esperanza. Esta formación musical cordobesa, en su apuesta por la conservación del patrimonio musical de Córdoba, fue el horno perfecto para que en ella nacieran también nuevos valores de la música, nuevos talentos. Y en esa generación de músicos de la Esperanza, uno de sus mejores ejemplos es Alfonso Lozano, quien fuera presidente de la entidad durante un buen tiempo y actualmente ejerce el cargo de director musical.

Lozano escribe en 2009 la marcha que a buen seguro lo consagró como compositor: La sangre y la gloria, a la sazón la marcha cordobesa de nueva creación más conocida allende las fronteras de lo local, con una repercusión en toda la geografía que fue asombrosa. Con anterioridad, Alfonso había compuesto alguna marcha para Córdoba, pero en ésta su autor consiguió cristalizar una partitura muy completa, bien estructurada e hilvanada en lo melódico y armónico, jugando con el contraste entre la expresión fúnebre y triunfal. De modo que nos sumergimos en unos compases lúgubres que luego migrarán a un pasaje triunfal y alegre con un final muy conclusivo entre cornetas. La composición tiene letra de Alfonso Muñoz Rodríguez, antiguo hermano mayor de la cofradía del Císter, a quien está dedicada. Llama poderosamente la atención que en tan solo catorce años ha sido grabada en cinco ocasiones, en trabajos discográficos de bandas como la Oliva de Salteras, Tubamirum de Cañete de las Torres o la Paz de Málaga.

ESPERANZA CONCIERTO DE LA BANDA DE LA ESPERANZA, FORMACIÓN A LA QUE PERTENECE PABLO MARTÍNEZ, AUTOR DE ‘NOCHE BORDADA EN PLATA’.

ESPERANZA. CONCIERTO DE LA BANDA DE LA ESPERANZA, FORMACIÓN A LA QUE PERTENECE PABLO MARTÍNEZ, AUTOR DE ‘NOCHE BORDADA EN PLATA’. / FRANCISCO GONZALEZ

‘La Vía Sacra’(Rafael Wals Dantas, 2013)

Otro músico de los corbatas verdes, como así se conoce a la banda de la Esperanza, es Rafael Wals, que ejerce de percusionista y que también es pianista. Wals Dantas compone en primer lugar Tras tu verde manto a la Virgen de la Esperanza, que contrasta con esta otra composición que firmó años más tarde y que sigue el patrón de marcha fúnebre, de cariz más grave y envuelto en una melodía que penetra directamente en el oído, con una entonación de las maderas sutil y lenta. Ha tenido difusión y predicamento más allá de Córdoba, siendo interpretada y valorada por formaciones de muchos rincones de Andalucía.

La Vía Sacra fue estrenada por esta misma formación, en un concierto ofrecido en Córdoba en 2013, en la iglesia de San Lorenzo. Está dedicada a la hermandad del Calvario y constituye la primera marcha de rasgo fúnebre de su autor.

De gran solemnidad, loable factura y con un trío magnífico que se desarrolla irresistiblemente bello, su autor sorprende con una secuencia de pasajes donde la tensión acumulada brota en el final jubiloso de cornetas. Rafael Wals firma una composición sobresaliente, digno de un músico vital para la música procesional contemporánea.

‘Noche bordada en plata’(Pablo Martínez Recio, 2020)

La marcha más reciente de esta selección lleva el sello de otro joven músico de la banda de la Esperanza: Pablo Martínez Recio, clarinetista principal de la misma y subdirector musical. Fue compuesta en aquel aciago 2020, para la coronación de la Virgen de la Paz y Esperanza, pero ante la crisis sanitaria que padecimos y la consecuente suspensión de la celebración, no pudo estrenarse hasta el pasado año.

Como si de una evocación musical se tratara, Noche bordada en plata es un poema sinfónico que nos transporta a una música donde pareciera brotar el mismo Turina componiendo para alguna escena andaluza. Pero lo hace un joven músico cordobés a través de tres temas, en una suerte de ensoñación donde aparece la parte solemne de una coronación, los quiebros melódicos de la saetilla que entonan las maderas entre clarinetes y flautas y con la participación de un violín en la partitura original, y una recreación del recorrido de vuelta del palio donde la plata de su bordado pareciera como si se ensortijara con las notas andaluzas de una melodía muy inspirada.

Todo un prometedor compositor cordobés se revela con esta marcha, que ha sido grabada por la banda de música de la Esperanza en el año 2022, dentro del disco Pasión y Gloria en Córdoba, que ha sido editado por la Agrupación de Cofradías de la ciudad.

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