Días que se viven con la esperanza de la Resurrección

La Semana Santa de Villa del Río se remonta al siglo XVI. Un testamento de 1581 da constancia de la existencia de la Cofradía de la Santa Vera-Cruz, siendo su hermano mayor Antón Ruiz Molleja. Por lo que se puede determinar que su origen es anterior. No es descartable que, como en los pueblos vecinos hubiera procesiones de varios titulares, que en siglos posteriores se constituyeran como cofradía propia.

Entre los siglos XVII al XVIII surgieron otras hermandades. Es el caso de la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, hermandad de la que se sabe que se funda con anterioridad al 12 de diciembre de 1697. Posteriormente, se constituyen las de Nuestra Señora de la Soledad, el 29 de enero de 1749, y la de San Juan Evangelista (1773).

Se instauran en estas décadas tradiciones en las que interactuaban los titulares y cofrades, representando momentos pasionales que han pervivido en el tiempo como el Sermón de la Plaza. Un evento que invita a ser presenciado en la mañana del Viernes Santo. En 1790 el vicario de la localidad, siguiendo las directrices del obispo de la diócesis, prohíbe algunas de esas representaciones, como son El paso del descendimiento y el Rasgamiento del velo.

El auge religioso del primer cuarto del siglo XIX, así como la creciente burguesía del municipio, hace que surjan nuevas hermandades, como las de Nuestro Señor Resucitado, Oración en el Huerto, Jesús Humilde, Santa María Magdalena y Nuestra Señora de los Dolores. Sumando así nuevas representaciones, como el Prendimiento, la procesión del Silencio o despedida de la Virgen o la tradicional Caída del Manto, el Domingo de Resurrección que, sin duda, es el momento crucial de esta Semana Santa. Hasta bien entrado el siglo XX, se mantuvieron cuatro procesiones: la del Jueves Santo, la mañana del Viernes Santo, la procesión oficial del Santo Entierro y la del Domingo de Resurrección. Tras las fuertes pérdidas producidas por el incendio de la parroquia en el verano de 1931 y, sobre todo por la Guerra Civil española, se inicia una incipiente recuperación de actos y la fundación-refundación de hermandades. Entre las nuevas, destacan el caso de la Paz y Esperanza (1950) y del Cristo de los Estudiantes (1965). Este esplendor se prolongaría hasta los años 70, en los que se da una gran crisis, como consecuencia del llamado canon parroquial.

La fundación de la Hermandad de la Borriquita (1986), para la mañana del Domingo de Ramos, fusionada más tarde con la Paz y Esperanza, trae nuevos aires y se produce una verdadera revolución cofrade. Se restablecen cultos, se compran enseres, nuevos pasos, formación de misterios, contratación de agrupaciones musicales y bandas y se produce la formación de cuadrillas de hermanos portadores y costaleros.

En la actualidad, esta pujanza ha llevado a la Semana Santa de Villa del Río a transgredir fronteras, por la calidad de su patrimonio y por la importancia de sus estaciones de penitencia, que ha ampliado los días tradicionales al Miércoles Santo. Se ha hecho realidad una carrera oficial en el interior de la plaza y se trabaja en la declaración de la Semana Santa de Villa del Río como Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.

Los desfiles

La Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Nuestra Madre y Señora de la Paz y Esperanza, que procesiona el Domingo de Ramos, estrena este año en el paso de Cristo, la túnica y manto del Cristo, confeccionado en los talleres de la hermandad. El paso de la Esperanza estrena la cuarta fila de la candelaria, con 4 ciriales y 2 guardabrisas, de Orfebrería Juan Angulo, de Lucena.

Por otro lado, la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de la Humildad en su presentación al pueblo y San Bartolomé Apóstol estrena este año la primera fase de faldones del paso de misterio delantera y trasera), realizada en terciopelo azul marino, que han sido bordados en aplicación de tisúes por Mercedes Fernández, bajo diseño de Enrique Sánchez Collado, y gestionados por la comisión Pro-Barrabás. La parte delantera ha sido donada por la familia Wenceslá Carabaño. El broche de plata, con el escudo de la hermandad para el cíngulo del Señor, es una obra del orfebre cordobés Rafael Rubio, que también ha realizado las medallas de la hermandad.

En el caso de la Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, incorpora como novedad este año las cartelas frontales del paso, elaboradas en metal repujado, cincelado y plateado por Paula Orfebres, de Lucena. También estrena la túnica en terciopelo verde, donada por una hermana.

La Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Santa María Magdalena presenta la imagen de su titular, obra del sevillano Ventura Gómez, así como el nimbo en metal, cincelado a mano con baño de oro, de Orfebrería Castilleja (Sevilla), donado por los padrinos de la bendición (Ángela Valera y Francisco Sendra) y la junta de gobierno. También estrena el libro de reglas de la hermandad, realizado por el hermano perabeño Rafael Molleja Moreno.

De otro lado, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de San Juan Evangelista y María Santísima del Amor presenta la terminación de los laterales del trono, realizados en metal cincelado y repujado, con acabado en dorado oro, por el orfebre Juan Ángulo. También adapta el paso a costal. Por otra parte, la Soledad ha sido resraturada por el imaginero Sebastián Montes, quien ha donado a la talla unos pendientes.

La Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de los Estudiantes y Nuestra Señora de los Dolores estrena el traje de pertiguero, realizado en terciopelo negro en los talleres de la hermandad. De otro lado, entre los momentos claves de la Semana Santa villarrense, destacan la salida del Domingo de Ramos, desde la iglesia de la Inmaculada, de la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Nuestra Madre y Señora de la Paz y Esperanza (Paso de Cristo). Este año el acompañamiento musical lo asumirá la banda de cornetas y tambores Los del Perdón (Pozoblanco).

El Miércoles Santo será cuando salga de la misma iglesia, a las 21.30 horas, la Franciscana Hermandad y Cofradía del Santísimo Cristo de la Humildad en su Presentación al Pueblo y San Bartolomé Apóstol.

El jueves

El Jueves Santo, a las 20.30 horas, comienza el desfile de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Oración en el Huerto de los Olivos de Getsemaní. Un rato más tarde, en torno a las 20.50, le toca el turno a la Franciscana Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén y Nuestra Madre y Señora de la Paz y Esperanza (Paso de Virgen). La Agrupación Musical El Carpio acompañará al paso del Cristo y la agrupación musical Puente Romano a la Virgen.

El Viernes por la madrugada saldrá de la capilla de Jesús la Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, que estará acompañada por la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús, de Marchena (Sevilla). El paso retornará al templo a las 12.30 de la tarde, tras el Sermón de Pasión.

Por la mañana irán saliendo distintas imágenes, que se irán incorporando a la carrera oficial, que preside Nuestro Padre Jesús. Desde la Parroquia de la Inmaculada, Santa María Magdalena será la primera en desfilar, seguida de Nuestra Señora de la Soledad y de San Juan Evangelista. Destaca el encuentro entre el Nazareno y la Soledad. El Viernes Santo por la tarde-noche saldrá en procesión, desde la Inmaculada, a partir de las 20.30 horas, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de los Estudiantes y Nuestra Señora de los Dolores. A las 21.00 horas, saldrá también de la parroquia la Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo. Le acompañará la banda de la agrupación musical Puente Romano, de Villa del Río. Casi en el cierre de los días más esperados, saldrá la imagen de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Señora de la Soledad.

El Domingo de Resurrección se produce un emotivo momento cuando la Soledad se encuentra con el Señor Resucitado y se le cae el manto negro, dando paso a un luminoso y alegre manto blanco. Un momento que, apenas dura 3 segundos, y que es uno de los más esperados de la Semana Santa.

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