Puntualmente, el negro cortejo de la hermandad de Jesús Nazareno se puso en la calle. A escasos metros, la calle Yerbabuena se volvió a ensanchar para dejar pasar los pasos de la cofradía, que, lentamente, llegaban a las puertas del Hospital de Jesús Nazareno, donde le esperaba un palco de honor, los ancianos residentes en dicho hospital. Con cara de expectación miraban a la secular imagen de Jesús Nazareno, que caminaba solemnemente sobre su caoba paso exornado para este Jueves Santo con un elegante monte de iris morado. En el paso del Señor se pudieron ver varios estrenos. Por un lado, los cuatro evangelistas de las esquinas del paso, así como la restauración de los ángeles ceriferarios que escoltan la peana de plata obra del orfebre Cristóbal Sánchez Soto sobre la que procesiona el Señor.
Aún el paso de Jesús Nazareno en Arroyo de San Andrés, el palio de la Virgen cruzaba la calle Yerbabuena, María Santísima Nazarena fue avanzando lentamente, la belleza de la Virgen iba acaparando la atención del gran número de personas que se aglutinaron a las puertas de la residencia de ancianos de Jesús Nazareno. La Virgen caminó por las calles con un elegante exorno de rosas blancas dispuestas a modo de piñas.
En la presidencia del palio, la madre María del Carmen Pérez, superiora de la Casa de Jesús Nazareno de Córdoba, una congregación muy unida a la hermandad que este año cumple el 350 aniversario de su fundación, de ahí que han preparado un interesante programa de actos que se celebrará durante este año y en el que incluye una procesión del Padre Cristóbal de Santa Catalina prevista para el mes de julio.
Tras una breve parada a las puertas de la residencia, el paso de la Virgen Nazarena comenzó su elegante a caminar adentrándose por el barrio de San Andrés para buscar por la calle San Pablo la carrera oficial.
Ya de vuelta, la cofradía dejó momentos sublimes como el paso de la cofradía por la calle San Fernando o, ya más cerca de su sede, Arroyo de San Andrés o la plaza del Padre Cristóbal de Santa Catalina.
