No hay nada más difícil que intentar valorar con frías cifras el arte, la devoción, la fe popular, el atractivo turístico o la riqueza patrimonial, antropológica y cultural. Sin embargo, si fuese posible aplicar al fenómeno cofrade conceptos de las matemáticas y la economía, sin duda la Semana Santa de La Rambla estaría en diversos ranking como la mejor y más intensa de Córdoba, y aún de Andalucía.

Y es que ¿cuántas localidades pueden presumir de procesionar desde el Domingo de Ramos al Domingo de Resurrección ocho tallas cada una de ellas con entre tres a cuatro siglos de antigüedad, que en conjunto suman más de tres milenios de historia? Por no hablar del número de hermandades de penitencia (fundadas y refundadas desde hace cinco siglos), las cuatro agrupaciones musicales locales o las horas de itinerarios de los cortejos procesionales, datos todos ellos que, si se dividiesen por el censo de la población (7.515 habitantes en 2021) pondrían a La Rambla, con toda seguridad, como una de las más antigua y mejor Semana Santa per cápita de Andalucía, si no la primera. Echen cuentas si no lo creen.

Pero sin necesidad de hacer números, y solo recurriendo al corazón y la pasión, ya hay razones para poner a la Semana Santa de La Rambla entre los grandes ciclos cofrades andaluces. Por ejemplo, por contar con una de las mejores tallas de Juan de Mesa, la de Nuestro Padre Jesús Nazareno; por la integración de lo cofrade en la vida de la localidad; por la antigüedad y vitalidad de sus hermandades; por el ‘boom’ registrado en los años 80 y 90 de nuevas cofradías; por el patrimonio incorporado desde el barroco a artistas contemporáneos, pasando por hitos del siglo XIX y XX. Sin olvidar una obra social clave en la localidad en tiempos de crisis para las familias… Pero, sobre todo, por ese futuro de la Semana Santa rambleña garantizado por el relevo de una juventud profundamente implicada, coincide en señalar el presidente de la Agrupación de Cofradías de La Rambla y hermano mayor del Nazareno, Antonio Raúl Raigón Nadales.

Lunes Santo, la Oración en el Huerto: El Señor de la Oración en el Huerto, de Ruiz Flores (2000). R. Casas

Pero adentrémonos en todo ello por partes. Así, desde la iglesia de la Santísima Trinidad, el primer día de la Semana Santa rambleña lo protagoniza la hermandad de la Entrada Triunfal. La corporación, en su día filial de la Expiración, cumple este año medio siglo, que para cualquier localidad la convertiría en una más que veterana cofradía, aunque en La Rambla medio siglo es hablar casi de ayer mismo, sin quitarle el más mínimo peso a su historia y, sobre todo, a ese entrañable cariño popular que despierta la Borriquita. De hecho, la corporación consta de 420 hermanos (uno de cada 17 rambleños es miembro de la cofradía) y ya, desde el Domingo de Ramos, permite contemplar una imagen histórica, de finales del siglo XVI o principios del XVII, la de la Virgen del Rosario, de autor desconocido y la primera que sale en Semana Santa rambleña con promesas a cuenta, dada su tradición de interceder en milagros. De hecho, tiene uno de estos prodigios reconocidos canónicamente. La imagen del Señor en la Borriquita, por su parte, es obra de José Traite (1973), mientras que las del misterio proceden de los talleres de Arte Cristiano de Olot. La procesión concluye a las 21.30 horas.

El Lunes Santo el protagonismo de la Semana Santa recae en la hermandad de la Oración en el Huerto, fundada en 1997. Aunque no se dejen engañar por la fecha, ya si en el mundo cofrade rambleño nada es viejo… todo es antiguo. Así, esta hermandad es resultado de una refundación que recoge el legado de la cofradía del siglo XIX de la patrona de la localidad: la Inmaculada Concepción. El Señor y el Ángel son obras de Enrique Ruiz Flores, tallados entre 1999 y 2001, y, cinco años después, la Virgen y San Juan, en el segundo paso, obras de Luis Sergio Torres Romero. La procesión sale a las 21.30 de La Asunción (aunque la hermandad tiene su sede canónica en la ermita de la Inmaculada Concepción) y se recoge pasada la medianoche.

Miércoles Santo. La Esperanza: Nuestra Señora de la Esperanza, de Venanco Marcos. R. Casas

El mismo horario tiene el Martes Santo la Cofradía de Nazarenos de la Caridad, el Santísimo Cristo de los Remedios y María Santísima de la Merced, conocida por una intensa obra social que en estos dos años de crisis sociosanitaria se ha disparado. Sin paso, con el Cristo de los Remedios a hombros de hermanos (obra anónima del siglo XVII), su caminar abruma y sobrecoge por las estrechas calles con el único acompañamiento de dos tambores roncos.

El relevo lo toma el Miércoles Santo la hermandad de La Esperanza, fundada en 1922 y que solo por eso merece ser felicitada en este año en su centenario, pero es que, además, la corporación reintegra y hace valer a través de sucesivos estatutos el legado de hermandades extintas, como la más antigua de la localidad, la del Cristo de la Vera Cruz. Así, el Miércoles Santo ofrece en La Rambla la posibilidad de admirar cuatro siglos de arte entre el grupo escultórico de cinco imágenes, obra de Francisco Romero Zafra (1992) en un paso del artista sevillano Juan Antonio Camacho Vega en madera de cedro; pasando por la decana de las imágenes rambleñas que procesionan, el Cristo de la Veracruz (siglo XVI), portada a hombros por tres hermanos, y llegando al paso de palio de orfebrería de Angulo (Lucena), restaurada y enriquecida por Talleres Lama (Córdoba), con la imagen la Virgen de la Esperanza, de Venancio Marco Roch, el insigne imaginero valenciano de principios del XX. Sale de la iglesia de La Asunción a las 21.00 y su cruz de guía regresa a las 1 de la madrugada.

El Jueves Santo, la Humildad, que sale de la ermita del Calvario y se fundó en 1976, es otro caso de hermandad ‘moderna’, si ello se puede aplicar a una corporación que se acerca al medio siglo, pero que recoge legados del pasado (como la de la propia hermandad de La Pasión) y del presente, permitiendo así, por ejemplo, admirar obras que forman un todo a pesar de distar en el tiempo cuatro centurias. 399 años justos para ser precisos. Todo ello entre el Ecce Homo atribuido a Juan de Mesa el Mozo, quizá de 1601 (la talla del paso es del artista rambleño Sebastián Salado Ruiz) y el grupo de María Santísima de las Angustias y el Santísimo Cristo de la Misericordia, del cordobés Enrique Ruiz Flores (año 2000), toda una maravilla de la imaginería contemporánea, y que ahora sucede a otras tallas que fueron titulares y a las que no les faltaba mérito, como una Virgen del siglo XIX de la misma advocación. La anécdota: éste último paso es el único portado por costaleras. El cortejo procesional sale de la ermita del Calvario a las 19.00 horas y su cruz de guía regresa a las 22.45 horas.

Jueves Santo, La Humildad: Las Angustias, obra de Enrique Ruiz Flores. R. Casas

Llegado el Viernes Santo, la Semana Santa rambleña estalla de madrugada. Apenas cinco horas después de que la Humildad regresase a la ermita del Calvario, sale a las 4 de la madrugada de la iglesia del Espíritu Santo el Jesús Nazareno que tallara Juan de Mesa poco después del Jesús del Gran Poder de Sevilla, y que llegó a La Rambla en 1622, lo que ha propiciado un intenso programa conmemorativo en este Año Jubilar Nazareno.

El Señor de La Rambla, alcalde honorífico desde este año y blanco de las promesas de creyentes y hasta no creyentes de la localidad desde hace siglos, sale en el impresionante paso del sevillano Manuel Guzmán Bejarano, con candelabros de guardabrisas de Camacho Vega y que fue dorado y policromado por Cristóbal Cubero en Priego. Detrás, el paso de Nuestra Señora de la Amargura con San Juan Evangelista, que talló Francisco Romero Zafra en 1991 y 2006, respectivamente, y que cuenta con hitos como la mesa metálica de Hermanos Aguado, bordados de Antonio Villar y orfebrería de los Hermanos Santos.

El cortejo procesional regresa con el sol en lo más alto, a las 13 horas, dando un respiro a La Rambla por la tarde antes de la salida de La Expiración desde el convento de la Santísima Trinidad, a las 20.00 horas. La corporación también tiene tallas anteriores a su propia fundación oficial, en 1719, con la imagen del propio Cristo de la Expiración, talla anónima del siglo XVII de la escuela sevillana atribuida al círculo de Juan de Mesa, y la Virgen de los Dolores en un segundo paso, del mismo siglo y autor anónimo puesta en valor en su día desde la antigua ermita de la calle de La Trinidad.

El Sábado de Gloria es el turno de la hermandad del Santísimo Cristo Yacente y Nuestra Señora de la Soledad, fundada en 1738. Es otra de las veteranas hermandades de La Rambla con amplísima historia, fruto de anexiones y refundaciones (como la de 1974) y con al menos una imagen incluso anterior a la primera fundación, concretamente el Cristo Yacente, de finales del siglo XVI, mientras que la Virgen de la Soledad es obra del valenciano Venancio Marcos, que también talló la Esperanza de La Rambla hace un siglo.

Por último, el Domingo de Resurrección no es de ninguna corporación concreta, sino la propia Agrupación de Hermandades de La Rambla la que procesiona desde la ermita de San José el Resucitado, que talló Miguel Arjona Navarro en 1997, siguiendo una tradición que va mucho más allá del mero gesto. Así, y sin hábito nazareno, la comitiva lleva una representación de tres hermanos por cada una de las cofradías rambleñas, una demostración palpable de la unión de la localidad en torno a una Semana Santa única… con o sin cifras.

Viernes Santo, la Expiración: Cristo de la Expiración, talla anónima del s. XVII. R. Casas