La Semana Santa de Aguilar se caracteriza por el fervor popular, su larga trayectoria histórica y su singularidad. Durante la Cuaresma se inicia una apretada agenda cofrade que implica a las distintas hermandades del municipio con la celebración de numerosas actividades.

El primer acto de este año fue la presentación del cartel de la Semana Santa, que este año ha realizado Rafael Ángel Gómez, y que protagoniza la Hermandad de la Caridad. Poco después comenzaban los primeros actos cofrades. El 4 de marzo tuvo lugar el Vía Crucis de Apertura de Cuaresma, presidido por la imagen de Nuestro Padre Jesús del Silencio Cautivo o el nombramiento del cofrade ejemplar, que reconoció la labor de Francisco Córdoba, en una celebración que se organizó en la iglesia del Hospital.

Por otra parte, el sábado 2 de abril tuvo lugar el pregón de la Semana Santa, que en esta convocatoria correspondió a Carlos Flores. Por otra parte, el 30 de abril será el conocido pregón de Gloria, a cargo de José Galisteo. Entre los actos, se celebrarán las jornadas Los sábados de El Caído, con numerosas exposiciones y reflexiones cofrades, o el pregón del costalero de la Cofradía de la Veracruz. La representación teatral también se suma a la celebración cofrade, con Testigos de la Pasión o las Siete palabras de Cristo en la cruz.

Historia

La Semana Santa de Aguilar fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional el 8 de junio de 1999. Tiene su origen en el siglo XVI con las primeras cofradías penitenciales de la Vera Cruz, Soledad de Nuestra Señora y Jesús Nazareno. Entonces, las procesiones recorrían las calles de la población durante el Jueves y Viernes Santo. Las cofradías alcanzaron una gran difusión en la primera mitad del siglo XVI. Tenía lugar entonces el Sermón de Disciplina en la Vera Cruz.

Por otra parte, el nacimiento de la cofradía de la Soledad de Nuestra Señora de Aguilar, también conocida con el nombre de Nuestra Señora de las Angustias, se documentó a comienzos de la década de los ochenta del siglo XVI. La cofradía contaba con hermanos de luz y azote que realizarían la estación de penitencia con los pasos de la Soledad y el Santo Sepulcro.

La de Jesús Nazareno surge durante los primeros meses de 1593 y despierta muy pronto un intenso fervor popular que aún pervive. Sus miembros procedían de todas las capas sociales. La procesión en la madrugada del Viernes Santo llevaba varios ciegos que rezan la Pasión, acompañados de una trompeta. El grueso del cortejo estaba formado por hermanos de luz y penitentes descalzos con cruces de madera.

Virgen de los Remedios: Imagen anónima del siglo XVII. Córdoba

Durante la etapa de auge barroca, la preparación de los fieles se inicia con la Cuaresma. La hermandad de la Vera Cruz desfila entonces con cinco imágenes: el Señor Amarrado a la Columna, el Ecce Homo, San Juan, Santa María Magdalena y María Santísima de los Remedios. La Cofradía del Nazareno incorpora, entonces, nuevos elementos barrocos en el desfile procesional, destacando la representación del llamado Sermón del Paso, desarrollado en el Llano del Carmen, y nuevas imágenes. A los de Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores se suman San Juan, Santa María Magdalena y la Verónica.

En el siglo XVII se potencian diversas advocaciones pasionistas como las de Nuestra Señora de los Dolores, Jesús Caído y María Santísima del Mayor Dolor. Jesús Humilde goza de un innegable predicamento popular en la villa de Aguilar durante la segunda mitad del siglo XVIII. Por último, en los siglos XIX y XX surgen nuevas hermandades, se reorganizan las antiguas y son momentos que llevan al verdadero auge y fervor aguilarense.

Imágenes

Por lo que se refiere a iconografía, destacan la imagen del Nazareno, vinculada al taller de los Mora (1596), o Jesús Preso, atribuida a Alonso de Mena. Además, resalta la imagen yacente de Nuestro Señor Jesucristo en su Santo Sepulcro, obra de Tomás de Risco. El Santísimo Cristo de la Expiración está vinculado a Pedro de Mena. Sobresalen también la imagen de la Virgen de los Remedios, que es de autoría anónima del siglo XVII; Nuestro Padre Jesús de la Humildad data del siglo XVIII y Nuestra Señora de la Antigua, que es del siglo XVI.

Hay imágenes de renombrados escultores andaluces, como la de Nuestro Padre Jesús en su Entrada Triunfal a Jerusalén, que es obra del artista cordobés Juan Martínez Cerrillo y está fechada en 1951. La Virgen de la Palma es obra del escultor cordobés Francisco Romero Zafra (2003). Las imágenes de Jesús Orando en el Huerto y María Santísima del Rosario son obras del escultor cordobés Miguel Arjona Navarro y datan de 1994. Nuestro Padre del Silencio Cautivo, Nuestra Señora de la Concepción Reina de los Ángeles y San Juan Bautista las esculpió Francisco Romero Zafra a finales del siglo XX. Por su parte, Nuestra Señora Reina y Madre de los Desamparados es obra de José Romero de Tena, de 1912.

Jesús Caído es una imagen del siglo XVIII, atribuida recientemente a Blas Molner. Nuestra Señora de la Paz es una dolorosa del año 2001, realizada por el escultor sevillano Juan Ventura. Jesús del Calvario es una talla del imaginero Ricardo Llamas León (1993) y el Santísimo Cristo de la Vera Cruz es del siglo XVI. El Santísimo Cristo del Amor fue adquirido, en 1946, en Madrid. La imagen dolorosa de María Santísima de la Amargura pertenece a la escuela granadina de finales del siglo XVII. Estudios recientes la acercan al taller de José de Mora. El Cristo de la Salud, por su parte, data de finales del siglo XVI y la Virgen de la Piedad es obra de José Mena, de principios del siglo XX. Además, la imagen del Cristo Resucitado es obra del imaginero valenciano Pío Moya y las imágenes del misterio son obra del escultor cordobés Martínez Cerrillo.

Hermandad del Santo Sepulcro: La procesión recorre las calles de Aguilar el Viernes Santo por la noche. GEMA ALBORNOZ

Patrimonio Local

La Semana Santa cobra un sentido particular en la música, teniendo un espacio preferente en el patrimonio local. En cuanto a música se refiere, Aguilar cuenta con la Banda Municipal de Música Sebastián Valero, la Agrupación Santa Cecilia, la Banda de Cornetas y Tambores Maestro Valero y las marchas del Imperio Romano.

Pero para conocer la idiosincrasia de la Semana Mayor de Aguilar debemos recordar el patrimonio material e inmaterial del que dispone la localidad. Por una parte, los espacios tan singulares como la Villa, el yacimiento arqueológico del Castillo, la Torre del Reloj, la plaza de San José, el paseo Agustín Aranda, las casas señoriales aguilarenses y las calles por donde procesionan los pasos. Por otra parte, se incluye un rico entorno medioambiental gracias a la Laguna de Zóñar o la Laguna de Rincón.

Por otro, Aguilar cuenta con diversas iglesias, sedes de las imágenes y donde el gentío se congrega a la hora de la salida o entrada, como la iglesia parroquial de Santa María del Soterraño, de estética gótico-mudéjar (siglos XV-XVI); la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen, fundada en 1590 y la iglesia parroquial del Santísimo Cristo de la Salud, levantada en 1611. Del mismo modo, destaca el monasterio de San José y San Roque, joya del barroco cordobés, fundado por Rodrigo de Varo y Antequera en 1671 y que ahora celebra un cuatrimestre jubilar por su 350 aniversario fundacional. No hay que olvidar la iglesia de la Concepción (Hospital), vinculada a la ermita de Santa Brígida y al hospital de la Caridad y reedificada en el siglo XIX; la iglesia de la Veracruz, levantada a mediados del siglo XVII, y la iglesia de la Candelaria, construida en 1540.

Citas especiales

Este año, la Cuaresma abre paso con sus altares, el embellecimiento y acercamiento a las capillas de cada cofradía, así como con ese fervor personal. Además, una de las primeras citas más especiales para los aguilarenses, tras el Corpus, es la bendición de Jesús Nazareno durante la noche del Viernes de Dolores. A las puertas de la iglesia del Soterraño se reúne el pueblo, después de la función principal de su quinario, para la bendición más esperada por el pueblo. La Semana Mayor comienza el Domingo de Ramos, donde acontece la procesión de las palmas. Parten de la parroquia del Carmen hasta la parroquia del Soterraño para celebrar la eucaristía.

El Lunes Santo se produce la subida al trono de Nuestro Padre Jesús Nazareno en su preparación para el Viernes Santo. Otro momento especial es el paso de las cofradías de Nuestro Padre Jesús Caído y de Nuestra Señora de la Paz por la plaza de San José, iluminada con antorchas durante el Miércoles Santo. La tradicional visita a los Sagrarios, durante la tarde del Jueves Santo, es otro de los momentos que no pueden pasar desapercibidos. Todas las cofradías se preparan para visitar los monumentos instalados en las parroquias del Soterraño, Carmen, Cristo de la Salud e iglesia conventual de las Descalzas. Rinden culto y llenan de color las calles con sus túnicas e insignias.

El Jueves Santo también tiene lugar la petalada a Nuestra Señora de los Remedios a su paso por el Llano Alto. A mediodía del Viernes Santo, en la Plaza Octogonal se pronuncia el Sermón del Paso ante las imágenes de Jesús Nazareno y la Virgen de la Amargura. Al finalizar este sermón, el Nazareno bendice al pueblo. El Sermón del Paso ya se celebraba en el siglo XVII. Al igual que el Auto Sacramental del Descendimiento, que data del siglo XVII, se realiza en la tarde del Viernes Santo, en el que se desciende de la cruz a la imagen del Santo Sepulcro para trasladarlo a su urna, con posterior salida procesional. Por otra parte, el desfile procesional del Santo Entierro es algo singular debido a las colas de hermanos, el sonido de la carraca y el acompañamiento del miserere con la Capilla Musical del Santo Sepulcro.

Por último, otro de los momentos únicos y especiales es el encuentro de Nuestra Señora de la Antigua con Nuestro Padre Jesús Resucitado en el paseo de las Coronadas, a mediodía del Domingo de Resurrección, entre bailes, algarabía y pétalos, mientras se celebra la alegría de la resurrección. A la semana siguiente, el domingo se celebra la Semana Santa Chiquita, donde 24 pasos, ocho banderas y seis vía crucis recorren las calles con dos bandas de música, como en el año 2019, por ejemplo, con 450 niños y niñas que lo acompañaban.

Por último, en la gastronomía de Cuaresma hay que disfrutar de los escaparates de las pastelerías, que se engalanan con leche frita, borrachuelos, gañotes, roscos fritos y los dulces tradicionales, como las merengas de café, los risaos, las brevas o el tocino de cielo.

Resucitado: La imagen fue realizada por el valenciano Pio Moya y se acompaña con tallas de misterio ejecutadas por el cordobés Martínez Cerrillo. Gema Albornoz