Los hoteles de Córdoba capital tienen, en estos momentos, sus plazas ocupadas al 65% para toda la Semana Santa. Así lo ha detallado a este periódico el presidente de la Asociación de Empresarios del Hospedaje de Córdoba (Aehcor), Félix Serrano, que ha recordado que la encuesta para conocer esta cifra se hace entre más de cien establecimientos hoteleros de la ciudad que abarcan todas las categorías.

Serrano ha concretado que la media del 65% se registra desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, con picos que se darán el Jueves y el Viernes Santo, no tanto el Sábado Santo, ya que al no haber procesiones no tiene tanto tirón.

Desde Aehcor esperan, eso sí, que el turismo de última hora anime unas reservas que ahora mismo se mantienen un 15% por debajo de las alcanzadas en el 2019, año en el que se celebró la última Semana Santa con procesiones antes de que llegara la pandemia del coronavirus.

En esta cifra de ocupación que se antoja escasa también tiene mucho que ver la falta de turismo internacional, según recuerda Serrano, que es escaso y que ahora mismo se ve fuertemente influenciado por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

La hostelería augura buenas reservas, pero con una caja mermada

Otro sector que tiene en la Semana Santa una buena época es el de la hostelería. El presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, cuenta que las reservas para estos días de Pasión son buenas, sobre todo para el último tirón de la semana, es decir, Jueves, Viernes y Sábado Santo y Domingo de Resurreción.

De la Torre recuerda, eso sí, que la climatología tendrá mucho que decir en este sentido, y apostilla que a pesar de unas buenas reservas no se espera un alto volumen de negocio. La razón, según asegura el presidente de Hostecor, es que los hosteleros no han querido subir los precios a los clientes.

"Veníamos ya de una subida de precios desde principios de año", recuerda De la Torre, que añade que esa subida se ha visto incrementada por los últimos acontecimientos, como la huelga de transportes, la subida de la factura energética o la guerra en Ucrania.

El sector hostelero nota además esa falta de turismo internacional, que en fiestas tan señaladas como la Semana Santa suele ser clave.