Grupo de mujeres vestidas con la tradicional mantilla ayer a las puertas de la iglesia de San Agustín.

Como en jornadas anteriores, las seis hermandades del día, más la de la madrugada del Viernes Santo, expusieron este jueves a sus titulares a la veneración pública de los fieles. No fue una jornada nueva para la mayoría de estas cofradías, porque no podemos olvidar que no es la primera vez que se quedan en sus templos para recibir la visita de los fieles, ya que por estadística el Jueves Santo es uno de los días que más veces ha llovido en Semana Santa.

Se abría una jornada marcada por el calor y las ‘bullas’ alrededor de los templos para no perderse ni un momento de esta atípica Semana Santa. Una jornada que comenzó bien temprano. Así, desde primeras horas de la mañana ya había colas en algunos templos para contemplar las imágenes. Unas colas que fueron multiplicándose por la tarde, sobre todo en barrios como San Agustín, donde además de la cola para ver a la Virgen de las Angustias y la propia para el Nazareno, se unieron las colas de los patios de la zona que bajo el título Patios de Jueves Santo este jueves abrieron sus puertas en una iniciativa patrocinada por el Ayuntamiento en la que se rescata una tradición de hace casi un siglo.

A lo largo del día también fue protagonista la mantilla, una prenda muy poco vista por las calles en Jueves Santo, si bien en esta ocasión fueron varios los grupos que se pudieron ver visitando las cofradías y los tradicionales monumentos del Jueves Santo.

En lo que respecta a las hermandades, la primera en abrir sus puertas fue la hermandad del Señor de la Caridad. El Crucificado estuvo ubicado en un lateral del altar mayor sobre un calvario de clavel rojo.

Poco después le siguieron hermandades como el Nazareno, cuyos titulares recibieron el cariño de los cordobeses en su capilla.

Muy cerca, en la iglesia de san Agustín, la Virgen de las Angustias, ubicada en el altar mayor del templo, estuvo recibiendo miles de visitas durante toda la semana y especialmente este jueves.

12

Jueves Santo. Hermandad de las Angustias Antonio Jesús González

En San Cayetano los titulares de la hermandad de Jesús Caído estuvieron sobre sus pasos procesionales exornados como si de un Jueves Santo normal se tratara, el Señor Caído con rosas rojas.

13

FOTOGALERÍA / Hermandad del Caído A.J. GONZÁLEZ

Un Jueves Santo que también vivió en la intimidad de su templo la hermandad del Cristo de Gracia. El crucificado estuvo expuesto en su capilla de Trinitarios sobre un calvario donde sobresalían las esterlicias, flor característica de su paso.

Y en el barrio de Poniente, concretamente en la parroquia del Beato Álvaro de Córdoba, se pudo ver el altar que la hermandad de la Cena ha instalado para venerar a sus titulares, la Virgen de la Esperanza del Valle y el Señor de la Fe.

A esta nómina de cofradías de Jueves Santo se unió la hermandad de la Buena Muerte, única de la madrugada, cuyos titulares estuvieron expuestos en san Hipólito. El Cristo de la Buena Muerte, en el altar mayor del templo, y la Reina de los Mártires, vestida con el terno de salida en la capilla donde recibe culto.

20

Jueves Santo. La Buena Muerte Manuel Murillo

Te puede interesar:

Y como en jornadas anteriores, las cofradías del día, a las que se unió la hermandad de la Buena Muerte, acudieron a la Catedral para el acto penitencial conjunto, que de nuevo estuvo presidido por el obispo, Demetrio Fernández. El prelado volvió a agradecer a las cofradías el trabajo que realizan. Un mundo, el cofrade, que «es capaz de sacar los mejores sentimientos del ser humano». Asimismo, el obispo alentó a los cofrades «a seguir haciendo el bien».

Se cerró así un intenso día con mucha bulla alrededor de los templos, un Jueves Santo de buscar a las sagradas imágenes entre cera y flor en la penumbra de las iglesias, un Jueves Santo sin música en las calles pero con mucha ilusión por recuperar lo antes posible una Semana Santa que la pandemia nos está robando.