«Esto no es un invento. Eso solo puede serlo para el que no tenga costumbre de leer y documentarse». Así de tajante se muestra Rafael Barón, presidente de la asociación de cuidadores de patios Claveles y Gitanillas e impulsor del proyecto Los Patios en Jueves Santo 2021, que contando con diez de estos recintos populares este jueves dio el primer paso para recuperar una tradición del siglo XIX, perdida a lo largo del siglo XX, en donde la Semana Santa también se vivía frente a los altares de aquellas casas de vecinos y algunas unifamiliares con un sello inequívocamente cordobés. «La idea no es nueva, el profesor Aranda Doncel ya lo ha investigado y cuando charlaba con el poeta Juan Bernier, él mismo recordaba cómo se vivía esa noche en los patios». Incluso hay pregones antiguos de la Semana Santa,d e mediados del siglo XX, donde se recuerda esta tradición, ya entonces camino de perderse, apunta Barón. 

El caso es que siguiendo todas las medidas de precaución sanitarias, de 18 a 22.30 horas, media hora antes del toque de queda, el segundo año de ‘parón’ de las procesiones debido a la crisis sociosanitaria del covid-19 ha servido para recuperar una tradición con ambición de volver para quedarse y convertirse en un atractivo añadido a la Semana Santa Cordobesa, además de recuperar un patrimonio antropológico de primer orden.

Así, las colas volvieron a formarse este Jueves Santo, como si en el mes de mayo se tratara, ante las puertas de los diez patios participantes en la iniciativa (San Juan de Palomares 11, Guzmanas 7, Pastora 2, Mariano Amaya 4, Plaza de San Rafael 7, Pedro Verdugo 8, Isabel II 1, La Palma 3, Siete Revueltas 1 y Aceite 8), eso sí, con mascarillas, guardando la distancia de seguridad y con controles a veces de temperatura corporal en la entrada. Medidas que se mantuvieron incluso cuando había expectación por las actuaciones de dos saeteras y un saetero que ofrecieron sus cantes en los patios participantes.

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Los Patios en Jueves Santo A.J.González/Manuel Murillo

Otro atractivo, por supuesto, fueron los propios patios, con especies de principio de primavera que no suelen verse en el Concurso Municipal de Mayo (del que por cierto se celebra este año el centenario de su primera edición) y los propios altares y capillas, con piezas recuperadas e inéditas para el gran público, tan llamativas como el Cristo barroco que pudo admirarse en San Juan de Palomares 11, cedido para la ocasión por una firma de anticuarios. Toda una fiesta controlada que pudo disfrutarse la tarde de hasta media hora antes del toque de queda

La idea, estudiada desde hace años por el presidente de Claveles y Gitanillas, «ha sido más fácil de lo que creíamos», gracias a la colaboración y el entusiasmo encontrado entre los círculos de cuidadores de patios participantes, una ayuda en ocasiones proveniente de familiares, amigos y hasta de cofradías. Al respecto, la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba está dispuesta para el futuro a colaborar con la iniciativa, como ya ha expresado miembros de la directiva, entre ellos Francisco Almoguera, tesorero de la actual junta de la Agrupación y hermano mayor de la hermandad del Vía Crucis. Precisamente esta hermandad ya consiguió tras un serio estudio antropológico y años de trabajo recuperar la tradición de los altares en casas particulares al paso de las procesiones, logrando que actualmente en el itinerario del Cristo de la Salud, del Vía Crucis, se instalen más de una decena de altares, viniendo a respaldar la nueva iniciativa de los patios. 

Capítulo aparte, Los Patios en Jueves Santo ha nacido con espíritu de institucionalizarse para futura ediciones, aunque adentrándose en el original horario de madrugada del Jueves Santo, justo un tramo de la Semana Santa cordobesa que el mundo cofrade reivindica y que se disfruta plenamente en muchas localidades del resto de Córdoba y de Andalucía, pero que pese a los intentos no se consigue poner en valor en la ciudad.