Olga Caballero preside la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Córdoba desde hace apenas seis meses. Llegó a este órgano en plena pandemia del coronavirus, con una Semana Santa ya suspendida y la vista puesta en la siguiente. La incidencia del virus provocó, como ya se temían en estas corporaciones, que las procesiones tuvieran que ser canceladas por segundo año consecutivo.

Las consecuencias, reconoce Caballero, son nefastas y las arcas de las hermandades están prácticamente «vacías» después de haber dedicado gran parte de sus ingresos a la labor social y tras reducirse el dinero que viene del convenio con el Ayuntamiento a la mitad, algo que todavía está pendiente de resolverse.

Los proyectos en cartera, o al menos los que Caballero llevaba en el programa con el que se presentó a la presidencia de la Agrupación, siguen adelante a pesar de la situación actual. Entre los más destacados se encuentran la nueve sede para la organización cofrade, el centro de interpretación de las cofradías o las posibles mejoras a aplicar en la carrera oficial, que podría verse condicionada por la decisión judicial de reponer la conocida como segunda puerta de la Mezquita-Catedral.

-¿Cómo viven las cofradías este segundo año sin procesiones?

-Teníamos más o menos asumido que era muy difícil que se celebraran. Aun así, se está viviendo de diferente forma que el año pasado, ya que en el 2020 se quedó todo muy paralizado y este año las hermandades están haciendo todos sus cultos. La Cuaresma ha tenido más vida.

-¿Se echa de menos el ambiente cofrade de la calle?

-Sí, porque lo que estamos viviendo ahora es algo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados. Sabemos que la Semana Santa está, la Cuaresma se está viviendo como se puede, en la vida real se está viviendo lo mismo. Tenemos que acatar la normativa sanitaria, esperemos que pronto todo se normalice y se pueda hacer como siempre.

-¿Esperan con ganas entonces la Semana Santa del 2022?

-Si Dios quiere y si va bien la vacunación, esperemos que para el año que viene tengamos otras perspectivas y otra ilusión.

-Lleva seis meses como presidenta de la Agrupación, ¿ha conseguido alguno de los objetivos que se marcó a corto plazo?

-Llevo poco tiempo, pero en ese poco tiempo se ha podido solucionar un poco el convenio con el Ayuntamiento, se han hecho todos los actos previstos en Cuaresma, como se hacía en años anteriores, ha habido citas como la Exaltación a la Saeta, tenemos el pregón de Gloria el 10 de abril, se ha hecho el pregón de Penitencia, se ha hecho todo lo previsto. Ahora estamos gestionando, administrando, que es lo único que hasta ahora hemos podido hacer, porque tampoco hemos tenido más tiempo. No hemos podido hacer más actos porque económicamente no estamos bien, creemos que la obra social es ahora más importante que los actos, también por eso no nos hemos movido en exposiciones ni en cosas de ese tipo, porque ese dinero es mejor para la obra social. Estamos contentos y esperamos que sigamos así y que tengamos la esperanza de que el año que viene todo se solucione. Continuaremos como podamos.

-En cuanto a la subvención por parte del Ayuntamiento, han cobrado la mitad de lo firmado, ¿confían en alcanzar ese total de 300.000 euros?

-A finales de mes nos tienen que contestar. Tengo la ilusión de que sea así y creemos que así va a ser. Espero no llevarme un chasco, pero creo que no, esto va a ser positivo, hay que tener paciencia y esperemos que las hermandades puedan recuperar el fallo económico que han tenido porque estos dos años, queramos o no queramos, han sido un palo. El primero por no haber tenido nada y el convenio, además, a la mitad, y el segundo porque no ha habido nada presencial. Además, las hermandades vivimos de la devoción del pueblo. El no entrar nada, ni Feria, ni Cruces de las que se pueda echar una mano, nos hace estar mal económicamente. Para colmo, las cofradías, por su madurez, por su religiosidad y por su forma de actuación, se han volcado mucho con las obras sociales. Han participado en todo lo que habido. Entonces sus arcas se han quedado más vacías y eso hay que remediarlo.

-¿Qué pasaría si no se consigue el 100% de la financiación del convenio con el Ayuntamiento?

-Sería un palazo porque no llegamos, como se suele decir en una casa: “No tengo ni para pan”. Habrá que gestionar, movilizarnos, hacer algo, pero aún así espero que no tengamos tan mala suerte, yo creo que eso se va a recuperar y que las hermandades van a continuar actuando como siempre lo han hecho. Tengo esa fe y creo que lo conseguiremos.

-¿Entiende que el convenio que se alcance este año tendrá una cuantía menor?

-En la última reunión que tuvimos con el Ayuntamiento la idea era llegar a la misma cantidad. Solo habrá que cambiar el concepto para que se pueda justificar de la forma que dice Intervención. Lo que queremos es firmar el convenio, por la misma cuantía, incluso subiendo la parte que se dedica a las obras sociales, pero hacerlo de forma que, cuando lo justifiquemos, Intervención esté de acuerdo con eso.

"No hemos podido hacer más actos porque económicamente no estamos bien"

-En el programa que presentó con su candidatura hablaba de potenciar la colaboración con entidades privadas, ¿es ahora esto más necesario que nunca?

-Sí, ya teníamos firmados varios convenios. El problema es que los convenios con las entidades bancarias, por ejemplo, suelen ser para obras sociales o en especies, para cursos de formación y demás. Ahora hemos hecho uno con Sabadell para cursos de formación, otro firmado con La Caixa para obra social, otro con Cajasur… Es verdad que esa colaboración es más para obra social y que el convenio con el Ayuntamiento es el que más repercute directamente en las hermandades. También hay que tener en cuenta que al no tener palcos ni sillas la cantidad que entra merma y al final es la pescadilla que se muerde la cola. Tenemos orfebres, doradores, floristerías, cera... todo eso merma al no salir a la calle, todo va bajando y se entra en un bucle.

-¿Cuándo esperan las cofradías que vuelva la normalidad?

-Pertenecemos al mismo pueblo, a la misma ciudad, y las cofradías son una parte bastante grande de todo eso. Si la economía de la ciudad se levanta y todo vuelve a la normalidad, imagino que todo tendrá un buen final.  

-En ese programa también se hablaba de dotar de una nueva sede a la Agrupación, ¿sigue en pie?

-Todo lo que presenté en el programa se está trabajando. Se trabaja en los estatutos, en la nueva sede, en el convenio con el Ayuntamiento, en la formación… Pero tampoco me ha dado tiempo en cuatro o cinco meses a presentarlo. Se ha metido la Cuaresma enseguida, pero cuando pase el verano, que empieza un curso nuevo, empezaremos con todo. Todo lo que recogía el programa está presente ahora.

-¿Se tiene alguna idea de dónde podría ir la nueva sede?

-Se está haciendo el proyecto de estudio y hablando e intentando buscar un sitio. Una vez tengamos todo proyectado con el Ayuntamiento se contará.

-¿Y el centro de interpretación de las cofradías?

-También se encuentra en fase de estudio.

-Habla de los nuevos estatutos, ¿cuáles serán los cambios?

-Se ha presentado un borrador, había que rematarlos. Los estatutos se hacen, se estudian, se llevan a la asamblea general de hermanos, los hermanos mayores ponen sus enmiendas y cuando se arreglan se votan y se llevan al Obispado, que dice sí o no. Calculo que los tendremos para final de año.

-Otro proyecto futuro es un posible cambio en la carrera oficial, para mejorarla.

-En las carreras oficiales, aunque estén marcadas desde hace mucho tiempo, siempre hay algo que mejorar, como en la vida misma. Siempre hay algunos flecos que se quedan sueltos y esos se mejorarán.

"Sería un 'palazo' para las cofradías no llegar al 100% del convenio con el Ayuntamiento"

-El cambio podría venir dado directamente por los tribunales, con la denominada segunda puerta y la posibilidad de que haya que reponer la celosía.

-Eso ahora mismo es mejor dejarlo estar. Los abogados del Cabildo están en ello, a nivel legal ahora está parado y es mejor no tocarlo.

-Ha hablado mucho de la labor social de las cofradías, ¿cómo ha cambiado el coronavirus la realidad a la que se enfrentan en este ámbito?

-Están trabajando a tope. Es tal la cantidad de asociaciones a las que hemos ayudado, no solo nosotros desde la Agrupación, sino en privado, cada hermandad se ha volcado en sus barrios. Se han quedado con las arcas vacías. Han ayudado en todo lo que han podido.

-Y más allá de la herida económica, ¿ha provocado daño esta crisis al sentir cofrade, a la salud religiosa?

-Al contrario. Esto ha hecho que la gente se una mucho más, tanto en las hermandades como en general. Se ha hecho un bloque, todo el mundo está por la labor de ayudar, se vuelcan. Se va a demostrar en Semana Santa en la Catedral, por ejemplo, cómo se van a unir por sus actos religiosos.

-¿Ha habido bajas por la imposibilidad de pagar las cuotas?

-Cuando pasa esto, cuando un hermano te dice que se quiere ir de la hermandad por un tema económico, normalmente, la hermandad habla con él, le pregunta el porqué, se le dan plazos y a quien no ha podido comprar una papeleta de sitio la hermandad le ha ayudado. Indiscutiblemente, habrá personas que no tengan para comer y prefieran darle de comer a sus hijos antes que pagar una papeleta. Pero las hermandades se hacen cargo de eso. Aun así, no serán ni un 1% los que se hayan ido y volverán.

"Para mí la Semana Santa y la Cuaresma no significan solo salir a la calle"

-¿Qué tal ve a la nueva savia cofrade?

-Se mueven estupendamente, hay una buena cantera. Son el futuro de los cargos importantes de las hermandades, no de aquí a seis años, pero sí más adelante. La gente joven de Córdoba está haciendo una buena cantera para el futuro de las hermandades, me siento muy orgullosa.

-Ya formaba parte de la Agrupación en el anterior mandato, pero ahora es presidenta, ¿cómo ha sido el cambio?

-El trabajo lo hacemos todos, trabajamos en bloque. Antes pertenecía a Penitencia y ahora estoy en Presidencia, pero en todos los ámbitos trabajo por igual. Cuando estoy metida en un sitio me vuelco a tope y ahora es igual. No hemos podido hacer grandes cosas por la economía y por el tiempo, también porque había cosas más primordiales que atender. Esto es un grupo de personas y todas trabajamos a una. Todos tienen el mismo trabajo y yo soy una persona que cuando trabaja con gente todos somos los mismos. Veo a la gente ilusionada. A pesar del momento malo que hay, la ilusión nunca se pierde. Esto no me coge de sorpresa. Para mí la Semana Santa y la Cuaresma no significan salir a la calle, sino mantener los cultos, la convivencia, otros sentimientos que son más importantes. Salir a la calle es hacer la catequesis para los demás, pero la tuya la haces contigo mismo.