A la hermandad le ocupaba la responsabilidad de ser la primera en tener que decidir el Viernes Santo si salía o se quedaba en el templo ante los inquietantes pronósticos del tiempo. En principio, La Expiración pidió media hora de cortesía para tan difícil acuerdo. Y todo ello con tímidos claros, para hacer aún más difícil la decisión, que se abrían entre nubes oscurísimas y amenazantes. Hasta que a las 19.11 horas llegaba la comunicación oficial de la Agrupación de Cofradías de la suspensión de la estación de penitencia. Tras un acto penitencial para los hermanos, el templo abrió a las visitas de 20 a 21.30 horas.

Quedaba sin poderse admirar este año en las calles de Córdoba al Santísimo Cristo de la Expiración, a la Virgen del Rosario Coronada, todo el magnífico guión de esta cofradía o los sones de la Agrupación Musical Ecijana (Amueci), que cumplía un cuarto de siglo acompañando a Nuestra Señora del Rosario en Semana Santa. Un ejemplo de cómo la hermandad cuida sus raíces y sus tradiciones en todos los aspectos.