Tras los soleados días de comienzo de la Semana Santa 2018, la Buena Muerte fue la primera del Viernes Santo, en su madrugada, en enfrentarse al frío y una altísima probabilidad de lluvia con la llegada de una borrasca. Ya la noche del Jueves Santo el frío sorprendió a una calles repletas de público, y hasta la carrera oficial se fue vaciando de ateridos asistentes aún antes de terminar el paso de las cofradías de ese día. para colmo, empeoraron las previsiones meteorológicas dando lluvia sobre las 4 o 5 de la Madrugá cordobesa. Así, la Buena Muerte decidió salir, aunque su paso camino de la Catedral fue prudentemente ligero hacia una carrera oficial casi sin espectadores.

Al empeorar las previsiones meteorológicas y, contando con la ‘ventaja’ de la soledad con la que procesiona la Buena Muerte, que no cruza su recorrido con ninguno de los otros cortejos y menos a esas horas, la corporación tomó la decisión de dejar la Puerta de Santa Catalina y, por la Puerta del Perdón, acortar el trayecto de vuelta a su templo.

Una fría y destemplada noche que, afortunadamente, será compensada este año con el amplio programa de actos de culto, sociales y culturales con motivo del 75 aniversario de la fundación de la hermandad que ha preparado la cofradía.