Dicen cofrades expertos que La Sentencia camina con su seriedad hacia ese silencio que marca la segunda parte de la jornada del Lunes Santo, donde, tras hermandades popularísimas, procesionan otras como Ánimas y el Vía Crucis de estricto silencio.

Algo está claro: la que quizá sea la más emblemática hermandad del Centro, como dice el argot cofrade, tiene potencial para encaminarse hacia donde quiera. ¡Hasta los 120 roquetes que llevaron ayer en el cortejo, algunos sin haber dejado aún el chupete, hacían honor a ese carácter de la hermandad! Y eso sin hablar del millar de hermanos y los casi 600 nazarenos que pusieron ayer en la calle. Pero sin ir tan lejos, La Sentencia volvió a ser ayer el fiel preciso de esta jornada entre pasiones y silencios del Lunes Santo, en la que la hermandad lleva procesionando 64 años. Dos ejemplos: la minuciosidad de la cuadrilla de David Arce al salir del templo con el paso de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia o la seriedad, estilo de la casa, del paso de María Santísima de Gracia y Amparo, a cargo de una cuadrilla de los 700 costaleros que dirige este año Luis Miguel Carrión Curro. Que si ayer no se le nombró en la crónica del Huerto, ya va tocando. Que una Semana Santa actual sin Curro o no es Semana Santa... o está mal contada.