Desde el pasado 11 de abril del 2016, los cofrades de Caridad nos hemos sentido huérfanos de nuestro Señor, soledad en la que hemos estado acompañados por nuestra bellísima Dolorosa.

Se trató de una espera que, conforme se iba acercando ese ansiado 28 de marzo del presente año, se iba convirtiendo en nerviosismo por descubrir cuál sería el nuevo aspecto de la imagen del Señor de la Caridad.

Ha sido largo el camino, pero gracias a la ayuda de todos los hermanos y devotos, este Jueves Santo hemos podido disfrutar del esplendor del Hijo de Dios.

En su nueva imagen se observa todo el Amor que Cristo nos tiene a cada uno de nosotros. En su nueva imagen contemplamos nuestra salvación, pues es en su figura y en sus llagas donde podemos ver la Caridad de Jesús, la que cada día nuestra hermandad plasma en nuestra sociedad cordobesa.

Se trata de una Caridad compartida con todo el que lo necesita.

En definitiva, una Caridad que se nos entregó hace siglos y que hoy en día tenemos el deber de continuar, empezando por conservar nuestro patrimonio, para que en las próximas décadas todo aquel que necesite comprobar cuanto es amado por Dios se pueda acercar a nuestro Titular y tener la certeza que por él Jesús se entregó.

*Vocal de Evangelización de la hermandad de La Caridad.