Nunca Nuestro padre Jesús del Buen Suceso se ha visto tantas horas bajo el sol. Nada menos que cuatro horas de claridad para una hermandad que Córdoba estaba acostumbrada a ver de noche. Y es que es otra de las novedades que impone esta nueva carrera oficial, que parece imponer una cierta tendencia a vivir más intensamente. En todo caso, y si se permite el comentario, tampoco la luz de la tarde le sienta mal a Jesús del Buen Suceso. Pero que nada mal. Y a María Santísima de la Caridad, tampoco, que lucieron ayer, respectivamente, exornos de clavel rojo violáceo y, en el palio, rosas de rosa pálido. Y con tanto sol, aún más brillante parecía el rojo del hábito de los nazarenos de San Andrés (otra cosa será el calor que tuvieron que pasar bajo el sol de justicia que imperaba) y, por supuesto, mejor pudo admirarse la talla del paso de Jesús del Buen Suceso, un proyecto de años que poco a poco está culminándose de la mano de Manuel Jurado y Miguel Ortíz.