Para el carácter recogido, sobrio, silencioso y sobrecogedor de Remedios de Ánimas, la aglomeración vivida ayer en la Cruz del Rastro, que incluso no dejaba pasar a la cofradía, tuvo que ser una experiencia que, como mínimo, hay que calificar de «traumática». Quizá fuera la hermandad que más padeció un problema que hay que atajar en esta zona clave para la nueva Semana Santa cuanto antes. Pero tampoco sería justo que el incidente empañe el hito histórico cofrade que supuso la entrada del Cristo de Remedio de Ánimas en la Catedral. Sin duda una de las imágenes para el recuerdo de este año, que ya es decir si se tiene en cuenta lo cargado de novedades que está siendo debido al traslado de la carrera oficial. Y por cierto, hablando de novedades, Ánimas tuvo que salir ayer aún con sol sobre San Lorenzo... y muchos comprobaron que el Cristo de Ánimas, a la luz del día, no pierde ni un ápice de su sobrecogedora belleza y espiritualidad.