Sin duda la juventud de la hermandad es la responsable de que esta cofradía salesiana no tenga miedo. Ni a la hora de desafiar a las nubes los años de Martes Santo lluvioso, ni a la hora de decidir diseñar una nueva estética, ni cuando se propone ir a la Catedral. Ayer, la hermandad de jóvenes salesianos demostró que con diálogo con las otras cofradías y con decisión cuando se quiere, se puede, y fue la tercera de la jornada que entró casi de forma consecutiva en la Catedral. Estrenaron la primera fase del renovado paso de misterio, así como la túnica bordada en oro fino sobre terciopelo rojo, y obra de Francisco Pérez Artés, para Nuestro Padre Jesús Divino Salvador en su Prendimiento, ofrecida por un grupo de hermanos, muchos de ellos costaleros, con motivo del 25 aniversario de la bendición de la imagen. El exorno del paso del misterio degradaba el color desde el morado con clavel y rosas, mientras que el palio lucía rosas color champán casi blancas y alhelíes en las jarras.