Pasaron calor, del sol y de los corazones de los vecinos de los barrios de Levante, tanto los costaleros, como los cargos y cerca de 300 nazarenos, pregonera juvenil 2015 incluida (Mercedes Luque), más aún saliendo tan temprano. Una estación de penitencia repleta de pequeñas-grandes noticias, como la medalla de la pastoral penitenciaria que lucía La Merced, la reliquia del fundador de la orden Mercedaria (San Pedro Nolasco) como preparación al año del jubileo, los dos profetas y dos santos mercedarios de estreno que completan ya la imaginería de la canastilla... Y mientras Jesús Humilde volvía a lucir una inmensa corona de tallos de acacia alrededor del paso, formando una evocadora y gigante corona de espina que rodeaba claveles violáceos, Rafael Barón había echado el resto en el palio con la flor (rosas de pitiminí, rosas blancas y champán y fresia), encontrando para las esquinas unos narcisos fuera de temporada para recordar el espíritu mercedario. Fragancia a la vez elegante y de barrio de la hermandad marfil. Y, por supuesto, sus bandas lo dieron todo. Por la noche, ya refrescada la ciudad, el Colodro volvió a vibrar íntimamente, todo ello tras un día al calor del sol y de la Merced.