Los próximos meses van a ser de intenso trabajo en el seno de la Hermandad de los Dolores, porque en ellos hay que cerrar toda la programación en la que ya se trabaja para conmemorar en 2015 las bodas de oro de la coronación canónica de Nuestra Señora de los Dolores. Los tiempos que vivimos no son fáciles para nadie y en este marco queremos centrar esta celebración sin desmerecer en absoluto la importancia del aniversario. Como prólogo del mismo está la culminación de la casa de hermandad, en la plaza de Capuchinos, que satisface el anhelo de los hermanos y de los devotos de contar con un recinto para la salida procesional que estuviese a la altura de nuestros sagrados titulares. El camino seguido hasta culminar este objetivo ha sido duro, muy duro, pero creemos que el esfuerzo ha merecido la pena, porque se cuenta ahora con un recinto digno que puede acoger también otro tipo de actividades pastorales.

Por otro lado, quiero desde estas líneas agradecer al cuerpo de nazarenos la calidad adquirida en los últimos años y que así se lo demuestra a la ciudad de Córdoba cada vez que la adversidad meteorológica no nos impide realizar con normalidad la estación de penitencia del Viernes Santo. Su comportamiento es ejemplar y desde aquí les reitero mi felicitación.