Con sus casi cuatrocientos nazarenos, a los que muchos se les adivina jovencísimos, la cofradía fue un año más, y llevan medio siglo, la encargada de llevar el espíritu salesiano por el Centro de la ciudad y a la Catedral, a la que se presenta desde el 2008. Seriecitos cuando hay que estarlo y todo alegría y bulla cuando se acercan de regreso (un poco más en la intimidad de la noche) al Santuario de María Auxiliadora, y eso que ayer el capataz Carlos Herencia, que ya se había dejado la voz con la Vera Cruz el día anterior, se le escuchaba mucho más ronco, aunque disfrutando también de la jornada. Alhelíes blancos para el paso de la Virgen de la Piedad y para Jesús en su Prendimiento un exorno de flores variadas, predominando el morado y el rojo, combinación que no es nueva y que resalta el conjunto. Junto al misterio, la Agrupación del Cristo de Gracia, mientras que con el palio estuvo la jiennense banda Ciudad de Porcuna.