Después de un lapso de 20 años, en que estuvieron a punto de desaparecer las hermandades en Fuente-Tójar a causa de desacuerdos, una nueva hermandad surge a mediados de los años ochenta del siglo pasado, concretamente en 1982: la del Crucificado o del Silencio, cofradía integrada por jóvenes dotada con su banda propia de tambores, ya que también los acompañamientos musicales habían dejado de existir.