Viviendo la crisis económica que nos ha tocado padecer en estos últimos años y que seguiremos padeciendo (Dios quiera que no sea mucho tiempo más), la Junta de Gobierno tomó la decisión para este año de no poner precio fijo a la papeleta de sitio que los hermanos recogen para poder realizar la Estación de Penitencia. Entendemos que nuestra demostración pública de Fe no debe verse coartada por una mala coyuntura económica y que acompañar de corazón el dolor de una Madre que llora en Soledad la muerte de su hijo no puede estar condicionado por unas pocas monedas. Estamos en tiempos de crisis, pero ¿es sólo crisis material? ¿Atamos a esa crisis nuestra cobardía espiritual? Los cofrades no debemos tener ataduras materiales. Si bien reconocemos y sobrellevamos esta etapa de carencia pecuniaria, debemos con más ahínco mostrar nuestra fe en las calles y pregonar nuestra creencia desde el ejemplo; destapar nuestra debilidad y aferrarnos con fuerza a una Cruz al lado de la que María pena por un gran dolor.

¿Hay mayor ejemplo de fortaleza y valentía que la de una Madre? ¡Ojalá el gesto de este año nos sirva para acrecentar nuestra fe!