Dos de los elementos claves que la hermandad de la Soledad pretende trasmitir en su estación de penitencia del Viernes Santo son el espíritu de San Francisco de Asís y el reflejo del amor al prójimo. La sencillez, la austeridad y los símbolos franciscanos cohesionan nuestro guión penitencial, que ha sido precedido este año por una réplica de la cruz a la que oró el Santo de Asís. Hábito franciscano en nuestros penitentes de principio a fin y austeridad francisca en la propia configuración del paso y vestimenta de Nuestra Sagrada Titular, huyendo de metales de valor.En la tarde del Viernes Santo en la que nuestro Señor da la vida por nosotros asumimos con fe unas de las últimas palabras que dirige Jesús a sus discípulos durante la última cena: "Amáos los unos a los otros como yo os he amado". Esta frase es la fuente de la caridad y si no damos testimonio del amor a los demás, no se trata de un testimonio cristiano.El sentido de nuestra estación de penitencia tiene significado por las acciones de amor a los demás que se llevan a cabo en la hermandad a través del protagonismo de su obra social que lleva varios años creciendo y tratando de sustentar nuestra expresión de fe por las calles de Córdoba.