Como afirma el dicho, "para la que está cayendo, hay que darse con un canto en los dientes". La popular expresión resume mejor que nada la situación de las 36 hermandades de penitencia de la Semana Santa cordobesa, unas corporaciones que están logrando capear con cierta fortuna el temporal en el tercer año de la crisis global, según la consulta de Diario CORDOBA a cada hermano mayor.

Incluso, puede señalarse un grupo de hermandades en pleno ascenso (Esperanza, Paz, Nazarenos, La Cena, etcétera), que han aumentado entre ligera y moderadamente el número de hermanos, cofradías que de no haber llegado la crisis, eso sí, seguramente habría multiplicado sus altas en los últimos tres años.

Sin embargo, todas las corporaciones reconocen tener menos ingresos, particularmente aquellas que más dependen de las recaudaciones de cruces o Feria tras la lluviosa primavera del pasado año. También la práctica totalidad de hermandades están dando facilidades para pagar las cuotas a miembros que atraviesan por momentos duros.

En general, puede decirse que las cofradías que más sufren la crisis son las de barrios con muchos hermanos de la zona (La Estrella, El Resucitado, Buen Suceso, Pasión, Piedad, etcétera). El problema es mayor aún para cofradías de barrio del Centro Histórico, por su baja y envejecida población, y para las corporaciones de carácter familiar , en donde padres e hijos pertenecen a una misma hermandad, lo que hace que pagar tantas cuotas de golpe se convierta ahora en todo un problema familiar.

Eso sí, nadie renuncia a su obra social, a pesar de que las necesidades de Cáritas Parroquial y de hermanos en apuros se han multiplicado. Más claro aún lo tienen las hermandades con proyectos de colaboración internacional e inversiones plurianuales, ya que todo lo que se ha gastado no serviría para nada si se falla un año en la aportación.