ENDOCRINOLOGÍA Y NUTRICIÓN

Me han diagnosticado SIBO: ¿cómo debe ser mi dieta? ¿qué puedo comer y qué no?

Aunque se trata de un síndrome de reciente diagnóstico, podría afectar al 22% de la población

La dieta baja en FODMAPs es el tratamiento que se recomienda en los pacientes con síndrome del intestino irritable y también con SIBO

Me han diagnosticado SIBO: ¿qué puedo comer y qué no si tengo este síndrome?

Me han diagnosticado SIBO: ¿qué puedo comer y qué no si tengo este síndrome? / Freepik

En los últimos meses no paramos de escucharlo en las redes sociales una nueva palabra: SIBO. O lo que es lo mismo, sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.

Se trata de un trastorno que se produce cuando hay un aumento anormal de bacterias en este órgano, lo que produce:

  • Una malabsorción de los nutrientes
  • Más gases
  • Eructos
  • Hinchazón abdominal.

Estos síntomas, a menudo crónicos, pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes.

Es un síndrome de reciente aparición diagnóstica, se estima que el 22% de la población presenta alguna de estas alteraciones, llegando a alcanzar un 85% entre pacientes con intestino irritable.

Dieta para SIBO o sobrecrecimiento bacteriano

Una vez que se ha confirmado el diagnóstico de SIBO, el tratamiento es farmacológico combinado con dietoterapia (o terapia nutricional), como explica a 'Guías de Salud' Marta Mercadal, dietista-nutricionista especialista en patologías digestivas.

“La dieta baja en FODMAPs es, como veremos más adelante, un patrón de alimentación que se utiliza para el tratamiento de pacientes con síndrome de intestino irritable y en ocasiones, para tratar otras patologías digestivas como también puede ser el SIBO”.

Esta dieta consiste en tres fases: 

  • Eliminación
  • Reintroducción
  • Personalización. 

En la primera fase se lleva a cabo la eliminación de alimentos con elevado contenido en azúcares fermentables, los llamados FODMAPs, por sus siglas en inglés: oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables.

Para tratar el SIBO es fundamental llevar una dieta libre de carbohidratos fermentables.

Para tratar el SIBO es fundamental llevar una dieta libre de carbohidratos fermentables. / Freepik

Estos carbohidratos que hay que eliminar se encuentran en:

  • Los oligosacáridos de forma general se encuentran en: cereales como el trigo; hortalizas como cebolla, ajo, remolacha, brócoli; en frutas como el plátano, el albaricoque; en legumbres como las alubias, los guisantes; en frutos de cáscara y semillas como anacardos, almendras, pistachos…
  • Entre los disacáridos, más concretamente la lactosa, se encuentra en la leche y derivados lácteos como yogures, helados, quesos.
  • Los monosacáridos se encuentran sobre todo en frutas (manzana, cerezas, melocotón, pera, sandía, mango) y zumos y mermeladas de frutas; en verduras como espárragos o alcachofas; y en miel y productos hechos a base de fructosa.
  • Y los polioles como el sorbitol, manitol, xilitol, maltitol, se encuentran en verduras como la berenjena, col, champiñones, calabaza y en edulcorantes terminados en -ol presentes en productos dulces sin azúcar como: chicles sin azúcar, refrescos zero…

En esta fase lo que se consigue es que las bacterias que han crecido en nuestro intestino no fermenten estos azúcares (“que no se alimenten” de estos) y, por lo tanto, ayudamos a que disminuya la sintomatología tan caractetística del SIBO.

  • Cuando las bacterias fermentan los azúcares se obtienen como productos gas, ácidos grasos de cadena corta y agua. Estos productos son los que ocasionan los síntomas propios de este síndrome, como malestar digestivo con hinchazón, diarrea, eructos…

Se debe mantener esta dieta unas seis semanas. Y, posteriormente, se empezarán a reintroducir los diferentes grupos de FODMAPs de forma paulatina uno a uno con un periodo de “lavado” (es decir, volver a la dieta baja en FODMAPs durante 2-3 días) antes de iniciar la reintroducción del siguiente grupo.

  • “Esto nos sirve para observar la tolerancia del paciente a los distintos azúcares”.

Finalmente, cuando se han reintroducido todos los subgrupos, adaptamos la alimentación habitual del paciente a la tolerancia observada a los distintos FODMAPs.

Si no tolera adecuadamente la lactosa, entonces le “recomendamos no tomar lactosa o tomar solamente la cantidad que se ha observado que tolera sin presentar sintomatología”.

Una dieta adaptada a cada paciente

La especialista recomienda que “esta dieta se lleve de la mano de un nutricionista, ya que se debe adaptar a cada paciente”.

Al tratarse de una dieta con restricción de muchos alimentos, “es fácil caer en la monotonía y en no incluir suficiente variedad de alimentos que nos permita cubrir nuestras necesidades”. Así, con la ayuda de un dietista-nutricionista vamos a poder recuperar una microbiota sana. 

SIBO, un síndrome reciente pero que afecta a una de cada 5 personas

SIBO, un síndrome reciente pero que afecta a una de cada 5 personas / Freepik

  • Es necesario que se investigue qué subyace a la aparición de SIBO en ese individuo, ya que para tratarlo de forma correcta se debe tratar la causa para evitar recaídas".

Así, también se puede descartar un posible TCA. En pacientes que padecen estos trastornos "no va a ser recomendable usar la dieta baja en FODMAPs como parte del tratamiento”.

Porque, como siempre dicen los dietistas-nutricionistas, “en consulta no hay que ver una enfermedad, sino un paciente que padece una enfermedad, una persona dentro de su contexto y circunstancias”.

Es importante recalcar la necesidad de tratar de forma multidisciplinar el SIBO, por parte de un médico, un nutricionista y de ser necesario, un psicólogo que ayude a tratar la patología "brindando herramientas al paciente de gestión del estrés y mejora del descanso".