GINECOLOGÍA

Test de Papanicolau: el avance que ha reducido las muertes del tercer cáncer femenino

Cada año se diagnostican más de 600.000 casos de cáncer de cérvix a nivel mundial y más de 2.300 en España. Pueden prevenirse con una citología cada tres años, desde los 21 hasta los 65

Estos son los principales avances en prevención y tratamiento del cáncer de cérvix

Estos son los principales avances en prevención y tratamiento del cáncer de cérvix / FREEPIK

Lo primero que destacan los especialistas en oncología de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) es que el cáncer de cérvix es una enfermedad que se puede prevenir.

Su causa fundamental es la infección por alguno de los virus oncogénicos de la familia del virus del papiloma humano (VPH), una infección de transmisión sexual. 

Tras la infección y su posterior cronificación, generalmente hay una larga evolución hasta la aparición de la lesión premaligna y el desarrollo del cáncer invasor. Por ello, las mejores armas que tenemos para el tratamiento y erradicación de este cáncer (al igual que otros) son dos:

  • La prevención
  • La detección precoz.

Anualmente se diagnostican más de 600.000 casos de cáncer de cérvix a nivel mundial y más de 2.300 casos en España, según la estimación recogida en el informe Las cifras del cáncer en España 2023, presentado por SEOM con motivo del Día Mundial del Cáncer. 

  • En el año 2020 fallecieron en el mundo más de 340.000 mujeres por cáncer de cérvix, y casi 700 en nuestro país.
  • La supervivencia a cinco años es del 65%.
  • En España es el tercer tumor ginecológico en incidencia y mortalidad, por detrás del cáncer de endometrio y ovario

Síntomas del cáncer de cérvix

Como indican los especialistas en oncología uno de los problemas de este tipo de tumores es que en sus inicios no da la cara, y generalmente la paciente no experimenta ningún tipo de molestia. 

En el caso de que aparezca, los síntomas iniciales suelen ser: 

  • Sangrado irregular.
  • Sangrar después de tener relaciones sexuales o tras un examen ginecológico.
  • Mal olor del flujo. 

Cuando la enfermedad está más avanzada, aparece más síntomas: 

  • Dolor pélvico o lumbar.
  • Molestias al orinar.
  • Necesidad continua de defecar. 
  • Sangrado ginecológico tras la menopausia.
  • Dolor durante las relaciones sexuales. 
  • Sangre en la orina o en las heces.
  • Pérdida del apetito y de peso.
  • Hinchazón en las piernas. 
Cada año se diagnostican más de 2.300 casos en España.

Cada año se diagnostican más de 2.300 casos en España.

Test de papanicolau, el gran avance en la detección precoz

Uno de los descubrimientos decisivos para ir reduciendo el porcentaje de fallecimientos por este cáncer es el test de Papanicolau, más conocido como citología.

Este procedimiento ha permitido que desde 1940 el porcentaje de muertes haya disminuido un 70% en países desarrollados. 

Consiste en recolectar células del cuello uterino, el extremo inferior del útero que está arriba de la vagina, para detectar cambios en las células que indican que en el futuro podría formarse cáncer.

Es, por tanto, el primer paso para detener la posiuble aparición de un cáncer cervical.

Los médicos suelen recomendar que las mujeres comiencen a realizarse esta prueba a los 21 años y la repitan cada tres hasta cumplir los 65.

Esta prueba se realiza generalmente junto con un examen pélvico, y lo más habitual hoy en día es combinarla con el test que permite detectar el virus del papiloma humano (VPH) una enfermedad de transmisión sexual muy extendido pero para la que ya hay una vacuna eficaz.

Test VPH

Otro de los grandes avances para el diagnóstico precoz fue el test VPH (virus papiloma humano), aprobado por la FDA en abril de 2014 y que ha demostrado su eficacia a la hora de disminuir la mortalidad de este tumor. El desarrollo de test VPH rápidos y la mejora de la especificidad optimizarán esta valiosa técnica.

Los especialistas recomiendan que las mujeres se realicen estas pruebas con cierta periodicidad.

En el caso de la citología la recomendación es hacerla cada 3-5 años desde los 25 años. 

En el caso de los test de VPH mediante PCR, la recomendación es para mujeres asintomáticas, desde los 30/35 años. 

La vacuna del Virus del Papiloma Humano (VPH)

La cronificación de la infección por VPH es un problema epidemiológico de considerable envergadura. Tanto que se asocian a la infección:

  • Más del 90% de los cánceres de cuello de útero
  • El 60% de los cánceres orofaríngeos
  • El 91% cáncer de pene
  • El 75% cáncer de vagina
  • El 69% de los cánceres de vulva. 

Uno de los grandes avances científicos de nuestra era en la prevención primaria de este tumor es el desarrollo de vacunas frente al VPH.

Y en nuestro entorno la vacunación a niñas en edades entre 11-14 años se ha incluido ya en el calendario vacunal.

Las vacunas bivalentes frente a los serotipos 16 y 181 (CERVARIX) y tetravalente (6,11,16 y 18) 2 (GARDASIL) fueron las primeras vacunas que se desarrollaron. Y aquí también se han producido grandes avances, ya que la última vacuna desarrollada actúa sobre 9 tipos del virus del papiloma humano. 

Su efectivada es tal que ha demostrado que su aplicación permitiría disminuir la incidencia del cáncer de cérvix hasta en un 73%. 

Tratamientos menos agresivos

En el ámbito de los tratamientos ha aplicar cuando la enfermedad ya ha aparecido, también se han producido grandes avances. En especial en las técnicas quirúrgicas, que han permitido ofrecer cirugías más conservadoras a mujeres con estadios iniciales sin factores de riesgo y/o deseo gestacional, con menor morbilidad y mejor calidad de vida.

Además, los avances tanto en laparoscopia convencional, desde finales de los 80, como laparoscopia asistida por robot desde el año 2000 ofrecen la misma radicalidad que técnicas convencionales con significativa menor morbilidad. 

Los especialistas de la SEOM también consideran un avance con mayúsculas:

  • "El tratamiento concomitante de quimioterapia basada en platino con radioterapia para tumores localmente avanzados, que supuso una supervivencia libre de enfermedad a 5 años del 58%, con un incremento de la supervivencia global a 5 años del 6%”. 

La mejora tecnológica en técnicas de planificación y tratamiento radioterápico es también un avance en el cáncer de cérvix, ya que permite administrar dosis más altas al tumor, evitando toxicidad a los tejidos sanos, con significativa mejoría en calidad de vida y aumento en supervivencia.