Muchos ya están de vuelta de las vacaciones y ahora la piel sufre las consecuencias del exceso de sol y la falta de hidratación llegando a todo un clásico del verano: pelarse la piel.

Hay que recordar que lo más importante de conseguir un bonito bronceado es proteger la piel para evitar quemaduras y el posterior pelaje.

Porque no solo resulta antiestético o incómodo, sino que, además, es síntoma de que no hemos tomado las medidas necesarias para tomar el sol.

Si hemos utilizado protector solar en todo momento y evitamos tomar el sol entre las 12 de la mañana y las 16 de la tarde, habremos recurrido a los mejores aliados para evitar que nuestra piel de pele.

Sin embargo, como todavía hay no pocas personas comenzando sus vacaciones en este septiembre. Y como el hecho de que el calor no apriete tanto puede suponer un mayor riesgo de quemarse y pelar, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) proporciona algunos consejos para que lo puedas prevenir, o tratar.

¿Cómo evitar que se pele la piel?

  • Lo primero que tendremos que hacer es hidratarnos al máximo.
  • El motivo de que la piel se escame es que, tras la exposición solar, se desprenden una gran cantidad de células provocando que comience a fracturarse.
  • Beber agua en abundancia ayudará a prevenir este proceso.
  • La mejor manera de aliviar el dolor y prevenir las peladuras es aplicar cremas con aloe vera que ayudarán a calmar la piel tras la exposición solar.
  • Meter el producto en la nevera unos minutos antes de la aplicación aumentará su efecto calmante produciendo un mayor alivio.
  • La alimentación también ayudará a mantener la piel perfecta. Y es muy recomendable introducir en la dieta productos como el pepino, abundante en vitamina E y en agua.
  • También recomiendan incluir productos cítricos con vitamina C como la naranja, el limón o el vinagre de manzana, que previene la aparición de ampollas y la descamación de la piel.
  • Usar un exfoliante ligero que elimine las células muertas de la piel.
  • Los expertos indican que solo debe aplicarse en las zonas donde la piel esté escamada y evitar extenderlo por aquellas zonas aun sanas.
  • Aunque la piel comience a picar, es muy importante que evitemos rascarnos con las uñas.
  • Intenta aliviar el picor con productos calmantes o con un poco de frío, pero nunca frotar la piel con algún objeto áspero, ya que solo conseguiríamos dañarla aún más.
  • A la hora de la ducha, los dermatólogos recomiendan leer bien las etiquetas de geles y champús.
  • El objetivo es evitar todos aquellos que contengan alcohol, y también aconsejar descartar sales de baño y aceites aromáticos. En su lugar, los expertos recomiendan aplicar un gel ligero que proteja el ph natural de la piel.
  • Nunca debemos tirar de la piel. Es otro de los errores más comunes. Comenzamos a tirar de ese trocito de piel que se ha desprendido, y con eso poidemos acabar arrancando parte de la epidermis sana.
  • Además, este gesto puede promover posibles infecciones.
  • Durante unos días después de quemarnos debemos evitar tomar el sol.
  • Si continúas exponiéndote a los rayos solares, tan sólo conseguirás aumentar la tirantez de tu piel.
  • Aplica una crema solar alta, utiliza sombrero, gafas de sol y quédate en la sombra hasta que la piel se recupere por completo.

¿Cuándo acudir al médico?

Las descamaciones que se originan tras un intenso día de exposición solar no suelen requerir una visita al médico.

Sin embargo, desde la AEDV señalan que se debe acudir si la quemadura solar se acompaña de ampollas.

También si hay un enrojecimiento muy llamativo o la superficie corporal afectada es muy grande.

En este caso, el especialista valorará el estado de la piel y, según la gravedad, podría llegar a recetar algún tipo de medicación oral o tópica.