En las últimas semanas, coincidiendo con las altas temperaturas ocasionadas por la ola de calor que está asolando España, se han declarado múltiples incendios en distintos puntos de la geografía española. De hecho, los expertos señalan que es la temporada de fuegos más devastadora desde hace al menos 15 años. 

Estos grandes incendios conllevan graves consecuencias para la población, tanto económicas como sociales y personales. Y es que, tal y como señalan desde el Consejo General de Psicología de España,

  • "Las situaciones vividas como la destrucción y pérdida del hogar, de las pertenencias, las amenazas a la seguridad personal y a la de los seres queridos, pueden tener consecuencias significativas en la salud mental".

Los psicólogos explican que, cuando se desata un incendio forestal, entre la población afectada “pueden generar sentimientos de confusión, ira, miedo y pérdida en las personas”. 

De hecho, tal y como explican desde el Consejo:

  • "Diversos estudios han encontrado una mayor tasa de problemas de salud mental después de un incendio forestal tanto en la población adulta como en la pediátrica (principalmente, trastorno por estrés postraumático, depresión y ansiedad generalizada), con una serie de factores de riesgo asociados, siendo los más significativos las características del trauma del incendio forestal en sí". 

Tal es el impacto psicológico que provoca este tipo de incendios que, en los últimos años, han surgido términos nuevos en la literatura psicológica al respecto.

Por ejemplo, la angustia psicológica por la pérdida de un paisaje valioso debido a un incendio forestal se denomina como solastalgia.

Vegetación afectada por el incendio forestal en el norte de Tenerife, a 24 de julio de 2022, en Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, Canarias, (España). El incendio forestal que se declaró el pasado 21 de julio en el norte de Tenerife y que afecta a cinco m Europa Press

Respuestas emocionales más comunes ante un incendio forestal

Tal y como señala la APA (American Psychological Association), lo primero para sobrellevar la respuesta emocional entre las personas que se vean afectadas es comprender sus sentimientos, pensamientos y comportamientos. 

De acuerdo con lo que plantea la APA, una vez superado el shock inicial que provoca el fuego en la población más cercana, y teniendo en cuenta que cada persona reacciona de forma distinta, las respuestas más comunes son las siguientes:

  • Se puede experimentar una mayor irritabilidad, incluso cambios de ánimo muy bruscos. 
  • Los pensamientos y los patrones de comportamiento también se ven afectados. “Es posible que tenga recuerdos repetidos y vívidos sobre el incendio. Esos flashbacks pueden ocurrir sin motivo aparente y provocar reacciones físicas como aceleración del ritmo cardíaco o sudoración”, explican los expertos del Consejo General de Psicología de España. 

Como consecuencia de ello, la concentración, el sueño o el apetito pueden verse también alterados. 

  • Una vez pasado el peligro, pueden seguir produciéndose reacciones emocionales ante determinados “desencadenantes”. Ver humo o cenizas, o escuchar la sirena de un servicio de emergencias puede provocar ansiedad. 
  • La irritabilidad y los cambios de ánimo pueden llegar a afectar a las relaciones interpersonales (aislamiento, discusiones, tensión…).
  • También pueden aparecer determinados síntomas físicos provocados por el estrés del incendio (dolores de cabeza, náuseas y dolor en el pecho, que requieran atención médica). 

Además, si la persona ya sufría una patología previa, esta puede agravarse a causa del estrés provocado por la catástrofe. 

¿Qué podemos hacer para enfrentarnos psicológicamente a un incendio forestal?

Lamentablemente una vez desatado el incendio en el entorno natural, solo podemos confiar en el trabajo de los servicios de extinción para acabar con él. 

Mientras y con el fin de afrontar emocionalmente la catástrofe, la American Psychological Association ofrece algunas recomendaciones que también recogen los psicólogos españoles: 

  • Lo primero es darse un tiempo para adaptarte. En algunos casos el incendio puede provocar situaciones muy difíciles, como tener que abandonar el hogar por motivos de seguridad. Ante esto, "permítete llorar las pérdidas que has experimentado y pide apoyo a las personas que se preocupan por ti y que escucharán tus preocupaciones".
  • Como ocurrió al inicio de la pandemia, los expertos en psicología recomiendan limitar el exceso de información sobre el incendio. “Estar sobreexpuesto a las noticias puede elevar tu estrés”. Y siempre, informarse a través de las fuentes oficiales. 
  • Dentro de los operativos de extinción siempre hay un grupo de psicólogos para la atención a los afectados. Pedirles ayuda va a resultar especialmente útil.
  • Mantener hábitos saludables y no dejarse llevar por el estrés que, lógicamente, provoca la situación.
  • "Si tienes problemas de sueño, las técnicas de relajación pueden ser de gran utilidad. Evita el alcohol u otras drogas, porque pueden reprimir tus sentimientos en lugar de ayudarte a manejar o reducir tu angustia, y contribuyen a intensificar tu dolor emocional y/o físico", insisten los expertos.

Incendio forestal estabilizado en Mijas a 27 de julio de 2022 PLAN INFOCA

¿Y qué hacer con los niños?

Si un incendio forestal produce un estrés excesivo en los adultos, pensemos en cómo puede afectar a los niños, cuya capacidad de comprensión y miedo es mayor. 

"Tanto el comportamiento (retraimiento social, irritabilidad, problemas de sueño y/o pesadillas…) como el rendimiento escolar pueden verse afectados", explican los expertos.

En estos casos, con el fin de ayudar a aliviar las consecuencias emocionales del incendio, la asociación americana da algunas pautas para padres y cuidadores.

  • Pasar más tiempo con ellos en los meses posteriores al incendio. “El afecto puede ser reconfortante para los menores que han experimentado un trauma”.
  • El juego es esencial para aliviar la tensión entre los más pequeños. Una forma ideal de que expresen sus miedos o sus impresiones de lo ocurrido es dibujar, sobre todo en los de menor edad, ya que su capacidad comunicativa está todavía poco desarrollada. 
  • Compartir sentimientos y pensamientos entre niños y mayores. 
  • Probablemente hagan muchas preguntas para tratar de aclarar su confusión ante lo ocurrido. Hay que contestarles de forma comprensible para ellos y siempre empatizando con sus miedos y preocupaciones. 
  • Siempre que sea posible, hay que mantener las rutinas diarias con el fin de darles seguridad y normalidad. 
  • Limitar la exposición de los niños a las noticias.