Cada vez es más frecuente que a las consultas de Aparato Digestivo acudan personas con reacciones adversas a la ingesta de alimentos. Pero no todos los pacientes saben que se clasifican en tres tipos:

  • Alergias.
  • Intolerancias.
  • Toxiinfecciones alimentarias. 

Según el doctor Francesc Casellas Jordá, responsable del Comité de Nutrición de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona):

"Nuestro organismo obtiene los nutrientes necesarios a través de los alimentos y éstos no deben provocar molestias, pero no siempre es así. En ciertas ocasiones, la ingesta, contacto o inhalación de alimentos provoca una respuesta anormal".

Entonces, ¿en qué se diferencian estos tres trastornos? 

Alergia alimentaria

Tal y como explican desde la FEAD, una alergia alimentaria es una reacción adversa mediada por el sistema inmunológico. Esto les ocurre a ciertas personas (los alérgicos) al ingerir determinados alimentos (los alérgenos). 

Los alérgicos no nacen siéndolo, sino que se hacen alérgicos, explica el doctor Casellas. Y, para ello, es necesario que el paciente haya tenido contacto con el alimento alergénico.

No hay que olvidar tampoco, que la alergia alimentaria es más frecuente en personas que tienen familiares de primer grado (padres o hermanos) alérgicos, o en individuos que tienen dermatitis atópica.

¿Qué ocurre cuando un alimento nos da alergia? Pues que el organismo desarrolla anticuerpos denominados inmunoglobulina E (IgE) contra proteínas del alimento causante de la alergia. 

El diagnóstico de las alergias alimentarias se realiza mediante pruebas cutáneas (conocidas como pruebas intraepidérmicas o prick-test) o con un análisis. 

No obstante, aunque estas pruebas resulten positivas, no son suficientes para diagnosticar una alergia, avisa el experto, y "deben acompañarse de una reacción clínica sugestiva de la alergia tras la ingesta del alimento sospechoso".

Una de las características de las alergias a determinados alimentos es que los síntomas provocados por la alergia a alimentos suelen aparecer rápidamente (máximo hasta 30-60 minutos). 

Los síntomas más habituales son: 

  • Cutáneos.
  • Digestivos.
  • Respiratorios.
  • Generales a todo el organismo. 

En cuanto a los alimentos que suelen provocar más reacciones varían según la edad, la zona geográfica y hasta con las costumbres alimentarias de los pacientes. 

  • En lactantes, las causas más frecuentes son la leche y los huevos.
  • En niños más mayores son al pescado, los frutos secos y el marisco.
  • Y en adultos, los más habituales son la ingesta de frutas, frutos secos y marisco.

La intolerancia a la lactosa es por un azúcar que se encuentra en la leche y sus derivados

Intolerancia alimentaria

 La intolerancia alimentaria es una reacción adversa que no tiene un origen inmune.

Se produce por la digestión incompleta o inadecuada de un alimento, y de hecho puede aparecer por diversas causas (metabólicas o farmacológicas). 

Como explica el doctor Casellas:

"Las intolerancias tienen que ser valoradas por un profesional sanitario, que descartará la existencia de síntomas de alarma (sangre en las deposiciones, pérdida no justificada de peso, etc.) o de una potencial enfermedad subyacente. Y también determinará si los síntomas se deben a otras causas (Síndrome del Intestino Irritable (SII), Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), enfermedad celíaca, etc.)".

Los tipos de intolerancias más frecuentes son: 

  • A la lactosa, un azúcar que se encuentra en la leche y sus derivados.
  • A la fructosa, otro azúcar, este muy común en alimentos como la miel o frutas como la manzana, la pera, la ciruela o el dátil. 
  • Al sorbitol, un azúcar alcohol que se encuentra de forma natural en frutas como la pera, la manzana, la ciruela, el melocotón, los albaricoques, etc. y que se utiliza también como edulcorante en alimentos industrializados. 
  • A la histamina, una sustancia que produce nuestro organismo y que está presente en alimentos como la carne y el pescado.
  • Favismo o reacción en forma de anemia aguda tras el consumo de habas.

Ante una intolerancia, desde la FEAD recomiendan adaptar la dieta para evitar los síntomas que provoca la intolerancia alimentaria. 

Pero, como norma general, hay que evitar las exclusiones alimentarias sin la guía de un profesional sanitario, así como evitar eliminar innecesariamente alimentos saludables de la dieta. 

  • "Hay que adaptar el consumo a la tolerancia o reemplazar los alimentos intolerados por otros mejor tolerados", subraya el especialista.

Toxiinfección alimentaria

A diferencia de las alergias e intolerancias, la toxiinfección alimentaria se produce como consecuencia de la ingesta de un alimento contaminado por gérmenes patógenos o sus toxinas. 

Y afecta a cualquier paciente que consuma ese alimento en mal estado o contaminado.

Según explica la FEAD, hay tres tipos:

Infección: es cuando la enfermedad se debe a la ingesta de alimentos contaminados por bacterias o virus.

Intoxicación: en el caso de que la causa sea porque el alimento está contaminado por toxinas. 

Infestación: Es como se llama cuando consumimos productos con parásitos.

La alergia y la intolerancia a los alimentos no son lo mismo

"La manifestación principal de una toxiinfección alimentaria es la diarrea, de aparición aguda y consistencia líquida", indica el doctor Casellas. También puede aparecer fiebre. 

Cuando la diarrea es lo suficientemente importante, es probable que el paciente sufra de deshidratación. Por eso los expertos de la FEAD recomiendan utilizar la hidratación oral siempre que la situación clínica lo permita y no existan vómitos.

Y, además del tratamiento, la prevención es también clave en las toxiinfecciones alimentarias. 

Los 10 consejos de la OMS para evitar las toxiinfecciones alimentarias

Como explican desde la FEAD para evitar tanto infecciones como intoxicaciones o infestaciones alimenticias, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda: 

  • Consumir alimentos que hayan sido tratados o manipulados higiénicamente.
  • Cocinar correctamente los alimentos.
  • Consumir los alimentos inmediatamente después de ser cocinados. 
  • Conservar los alimentos cocinados a temperaturas seguras.
  • Calentar suficientemente los alimentos cocinados.
  • Evitar el contacto entre los alimentos crudos y cocinados.
  • Asegurar una correcta higiene de la persona que va a manipular los alimentos y una limpieza adecuada en todas las superficies de la cocina.
  • Mantener los alimentos fuera del alcance de insectos roedores y animales de compañía.
  • Utilizar exclusivamente agua potable. 
  • No consumir alimentos perecederos que estén expuestos a temperatura ambiente.