Piña, sandía, melón, mango… La variedad de fruta ya cortada que podemos encontrar en los lineales de los supermercados es casi infinita. Y la falta de tiempo, el estrés y las prisas hacen que muchos consumidores elijan cada vez más este tipo de productos que, normalmente, suelen tener un precio superior.

Pero la piel de la fruta es su capa protectora natural.

Y con la llegada de las altas temperaturas, si las frutas están sin su protección natural y ya cortadas, puede provocar la entrada de microorganismos y bacterias que pueden comprometer nuestra salud.

Por ese motivo, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) incluye una "alerta" en su último informe

El almacenamiento de la fruta cortada por la mitad a temperatura ambiente durante tiempos cortos, explica el organismo, no parece tener una influencia significativa sobre el desarrollo de patógenos de transmisión alimentaria. Pero siempre que se acompañe de una refrigeración inmediata posterior y que el producto se consuma en un tiempo suficientemente corto. 

  • Lo más importante, destaca la AESAN, es que este tipo de alimentos estén a una temperatura por debajo de 25 ºC y durante un tiempo menor a 3 horas.
  • Deben conservarse en un lugar suficientemente ventilado y preservado de luz solar, seguido de un almacenamiento continuo en refrigeración a temperatura por debajo de 5 ºC. 

“Para minimizar el riesgo sanitario que puedan suponer estas prácticas, se recomienda descartar para el corte las frutas con un excesivo grado de madurez, o que presenten heridas o hendiduras en su superficie, ya que pueden ser foco de contaminación”, matiza la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. 

Sin embargo, el comportamiento microbiano varía en función del tipo de producto.

El melón, sandía, papaya y piña son las frutas que toleran el crecimiento de patógenos, mientras que la piña no permite dicho crecimiento, debido fundamentalmente a los niveles más bajos de pH.

Así, se concluye que “el almacenamiento a temperatura ambiente del melón, sandía, papaya y piña cortadas por la mitad puede suponer un riesgo sanitario".

Claves para reconocer una fruta contaminada Eco bag with different fruits and vegetables. Shopping at the supermarket . Healthy food .

Recomendaciones para comprar fruta cortada

La AESAN señala que la venta de fruta cortada es legal y saludable, ya que “no suponen un riesgo microbiológico significativo”.

No obstante, para que su consumo no sea perjudicial, hay que seguir una serie de medidas que eviten la proliferación de bacterias.

  • La fruta debe conservarse a temperaturas por debajo de 25º C.
  • El tiempo de conservación no debe superar las 3 horas.
  • Debe refrigerarse a temperaturas inferiores a 5 º C.

Claves para reconocer una fruta contaminada

La salmonela, según la Organización Mundial de la Salud, es una de las cuatro principales causas de enfermedades diarreicas. Y aunque la mayoría de las infecciones que provoca son leves, la gravedad de la enfermedad "depende de factores propios del huésped y del serotipo de Salmonella".

La Salmonella es un género bacteriano de la familia Enterobacteriaceae. Sin embargo, su presencia no degrada el aspecto de frutas y verduras: ni desprende mal olor, ni presenta signos evidentes de estar contaminado. Lo mismo ocurre con la bacteria E. coli, que comparte síntomas con la salmonelosis, como náuseas o vómitos, fiebre, diarrea y cansancio.

Para reducir los riesgos de intoxicación podemos tener en cuenta varios aspectos:

  • Descartar las frutas y verduras con daños visibles, ya que tienen mayor probabilidad de estar contaminadas.
  • No dejarlas en remojo porque podría ayudar a que alguna bacteria que se encuentre en la superficie se infiltre en los tejidos internos de los vegetales.
  • Lavar bien las frutas y verduras antes de consumirlas.
  • Evitar el contacto directo con otros productos como carnes, pescados o huevos para evitar la contaminación cruzada.