El hambre es necesaria porque, de no sentirla, posiblemente moriríamos de inanición. Pero hay enfermedades, fármacos y circunstancias personales que desequilibran esa sensación y nos hacen sentir hambre de más o de menos.

Hoy vamos a ver qué puedes hacer si sufres hambre por ansiedad o necesitas reducir un poco tus raciones en el plato por salud.

Alimentos que te llenan enseguida

Una vez sabes que sientes hambre en exceso por el motivo que sea o que necesitas bajar de peso, pero el hambre te lo impide, es cuando salen en tu ayuda los siguientes alimentos para engañar al estómago y al cerebro. Te va a sorprender que no solo haya frutas y verduras.

Huevos duros

Los huevos son uno de los alimentos más nutritivos que existen y, a la vez, hipocalóricos. Un huevo cocido mediano aporta unas 75 kcal., aunque lo más interesante si sufres de hambre nerviosa es su poder saciante.

Puedes comer un huevo duro o dos sin remordimientos, solos o con alguna especia. Tras la ingesta, espera unos minutos para sentir saciedad. Si crees que no vas a poder aguantar, bebe agua o una infusión, para hacer tiempo mientras el estómago comienza a digerir las proteínas del huevo y manda la señal de que ya estamos llenos.

Fruta y verdura, preferentemente cruda

Sigue siendo una opción válida para engañar al estómago, sobre todo si eliges alimentos crudos: manzanas, naranjas, lechuga, zanahorias… El poder saciante es superior si los consumes a mordiscos en lugar de licuados.

Copos de avena

No son hipocalóricos, pero sí logran saciar el hambre durante horas con una ración de unos 40 gramos. Los copos de avena se convierten así en un salvadietas para esos ataques de hambre que no se deben solo al aburrimiento y que no puedes apagar hasta dentro de unas horas, cuando te toque comer.

Y, hablando de comidas, es mejor que hagas cinco comidas antes que tres. En las ensaladas, puedes añadir copos de avena o legumbres cocidas.

Frutos secos y chocolate negro

No nos hemos vuelto locos, no. Pese a su mala fama, la fibra y las grasas saludables de los frutos secos consiguen terminar con el hambre entre horas, con un puñadito que no aporta tantas calorías como parece. Por su parte, basta un cuadrado de chocolate negro, con un 85 % mínimo de cacao, para dejar tu boca con la sensación de continuar saboreándolo, como si hubieses comido más. El truco está en saborearlo despacio, dejando que se derrita en la boca o con mordiscos muy pequeños.