En una población donde la esperanza de vida es cada vez mayor, nos encontramos con enfermedades cada vez más frecuentes por estar asociadas a edades avanzadas. Problemas como el Alzheimer suponen un reto a la sociedad, pero también lo es el deterioro cognitivo natural que se produce por el envejecimiento, sin llegar a ser una enfermedad como tal.

¿Podemos conservar nuestras facultades mentales y nuestra memoria durante la tercera edad?

El neurocientífico que nos explica cómo conservar la memoria por muchos años

Richard Restak es un médico estadounidense que ha publicado en su libro The Complete Guide to Memory: The Science of Strengthening Your Mind (La guía completa de la memoria: La ciencia del fortalecimiento de la mente), entre otras cosas, las claves para conservar la memoria desde la juventud. Estas mismas claves ayudan a frenar el avance de enfermedades como el Alzheimer en las etapas iniciales de las mismas, permitiendo al paciente más tiempo con autonomía y mejorando la carga emocional para los familiares.

Lo novedoso es que The New York Times se ha hecho eco de esta publicación de Richard Restak, lo que pone de manifiesto la importancia que tiene para nuestra sociedad contar con individuos con una mente razonablemente joven y funcional. Por supuesto, el fin último de la guía de Restak es ayudar al lector, al individuo particular y a su entorno. Creemos que no se esperaba semejante repercusión.

Entrenamiento diario

La memoria debe entrenarse cada día desde que somos jóvenes. En realidad, muchas veces lo hacemos sin darnos cuenta, sobre todo mientras somos estudiantes. El problema aparece cuando la tecnología nos libra de tareas sencillas como recordar una lista de la compra leve y nos acostumbramos a no esforzarnos en recordar.

Pero no solo trabajamos la memoria al estilo tradicional, reteniendo una lista de palabras. Hay muchos juegos de tablero que precisan que prestemos atención y recordemos imágenes durante un tiempo. Aprender un nuevo punto de bordado y lograr volver a realizarlo transcurridos unos meses es otro ejercicio estupendo para la memoria.

Novelas y relatos

Por último, la lectura de novelas y relatos cortos puede servir para ejercitar la memoria si vamos añadiendo ejercicios del tipo "recordar qué hizo el personaje que aparece en la página X 10 páginas más tarde".

 

Entendamos el cerebro y la memoria como un músculo, aunque no lo sea, porque sí se puede entrenar o, por el contrario, atrofiar si no lo ejercitamos. Las enfermedades neurodegenerativas precisan de atención médica y tratamiento, aunque estas mismas rutinas puedan incorporarse a la rehabilitación cognitiva.