RESUMEN DEL 2022

Más guerra

Muertos en el centro de Jersón.

Muertos en el centro de Jersón. / UKRAINIAN PRESIDENTIAL PRESS SERVICE

Putin cumplió su amenaza e invadió Ucrania. Para liberarla de fascistas, dijo. Se veía venir. Y en la Europa comunitaria se desató una ola de solidaridad y apoyo al pueblo ucraniano mientras que los países satélites aceleraban su entrada en la OTAN. Cuando las barbas del vecino… ya saben. Con las heridas aún abiertas de la guerra de Afganistán y la atropellada salida del país de las fuerzas multinacionales, el autócrata ruso decidió que era su hora, la hora de Rusia. De su Rusia. Manos a la obra. Desplegó las tropas por el granero de Europa y empezó a devorar territorios ucranianos a la vez que sembraba de muertos el paisaje. Cosas de la guerra. De todas las guerras. Pero la indignación del mundo civilizado (¿?) dio paso al rearme del ejército de Zelenski , un aprovisionamiento de material bélico encabezado por Washington y Londres y ampliamente secundado por Occidente, España incluida, y a una batería de medidas económicas y embargos para presionar a Moscú. Parece que los muertos ya no importaban tanto como la defensa de Ucrania. Es lo que tienen las guerras: al cabo de un tiempo los muertos se dan por amortizados, no importan ni molestan tanto como al principio. Y las tropas rusas comenzaron a perder terreno conquistado y a replegarse, ante la satisfacción general de Occidente y particular del lobby de su industria militar. ¡Vamos a hacer caja! En los presupuestos públicos de muchos países, España también, la partida de Defensa, de gastos militares y otros oscuros apartados comenzó a hincharse más que el gasto en pensiones, por poner una comparación, oigan. Y así estamos cuando llega la hora de despedirse de este aciago 2022. Zelenski viaja a Estados Unidos y Biden le recibe anunciándole  el regalo de Navidad, los Patriot, ese sistema de misiles que ahce las delicias de los amigos de la guerra. El presidente ucraniano sale de la Casa Blanca con un alijo de armamento y Putin se dispone a subir un peldaño más en la escalera de la barbarie. Igualemos la apuesta, carajo.

En España, y como si no hubiera problemas –los acumulados y los nuevos-- a corto, medio y largo plazo, como para hincarles ya el diente, nuestra dilecta clase política sigue primando lo suyo: la conquista (PP) y el mantenimiento (PSOE) del poder. Y para conseguir ambos objetivos, nada mejor que la escalada verbal y el titular definitivo y resultón, que aquí (casi) nadie lee más allá de 140 caracteres; y las cesiones, cesiones de tributos y competencias, y reformas ad hoc de leyes que devienen en un choque entre poderes (¡Ay, Montesquieu!) del Estado y presagian, dicen, el fin de España y hasta el de la civilización occidental (a saber: sedición, malversación, solo sí es sí, bienestar animal, ley trans…), que en este país somos muy dados a la algarada.

Termino. Los muertos de verdad se nos acumulan, ahora toca en Ucrania. Ya no cuentan. No se pueden "monetarizar". No les hacemos caso. Será que también estamos muertos y no lo sabemos.

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