RESUMEN DEL 2022

'Anormal' vuelta a la nueva normalidad

La preocupación por la situación sanitaria dio paso en el primer trimestre a otras inquietudes como el impacto de la guerra de Ucrania, la inflación o los altísimos costes de la energía | Pero también, de Semana Santa a Navidad, al ansia por disfrutar de las fiestas, la cultura y todo tipo de eventos sociales

Convocatoria contra la Guerra en Ucrania el 24 de febrero en Córdoba.

Convocatoria contra la Guerra en Ucrania el 24 de febrero en Córdoba. / FRANCISCO GONZALEZ

Juan M. Niza

Juan M. Niza

Nada más importante que la salud. Y más al empezar el 2022 tras dos años de pandemia. Ciertamente, en toda la provincia de Córdoba no ha dejado de haber muertes por covid en ninguna de las semanas del año que termina. Y además, tras un 2020 y un 2021 de mascarillas e higiene extrema, al final nos encontramos debilitados cuando bajamos la guardia ante virus oportunistas. Acuérdense de la viruela del mono y su primera víctima mortal en Córdoba, conocida el 30 julio, aunque tres semanas después ya decayese el brote con un balance de 19 contagiados en total. O recuerden también esos gripazos que se adelantaron a la temporada, además de la reciente bronquiolitis, que está siendo una pesadilla para tantos padres, o aquel virus del Nilo que se registró por primera vez en Córdoba el 25 de octubre, en Montalbán.

Actos del 8M, con motivo del Día de la Mujer.

Actos del 8M, con motivo del Día de la Mujer. / MANUEL MURILLO

Así que, insistimos, la salud era, es y será lo más importante. Aunque en el 2022, al contrario de los dos años pasados, pronto empezaron a importar también otras muchas cosas. De hecho, en este diciembre hay que hacer un auténtico esfuerzo para recordar lo muchísimo que nos afectaba en el día a día la pandemia hace apenas doce meses, como si nuestro consciente o subconsciente, tanto colectivo como individual, quisiera borrar la reciente experiencia.

Nochevieja de 2021 en Las Tendillas, aún con mascarillas.

Nochevieja de 2021 en Las Tendillas, aún con mascarillas. / FRANCISCO GONZALEZ

Sin ir más lejos: este viernes 31 de diciembre se cumplen doce meses de la suspensión de la pasada fiesta de Nochevieja en Las Tendillas, donde solo se pudieron seguir los doce rasgueos de guitarra de Sabicas en el reloj de la plaza. Pero ni un acorde más. No se celebró el típico espectáculo en torno a las campanadas por el temor a la desbocada variante omicrón del covid.

Igual daba ómicron que omicrón

Porque, por cierto, ¡cómo arreó omicrón! U ómicron. Le cambiaron la tilde a la palabra griega con la que se denominó esta cepa del covid-19, pero que contagiaba con todo el acento del mundo esdrújula o agudamente, indiferente a cómo se pronunciase. De hecho, Córdoba fue una de las provincias en donde, en enero, se temía el colapso de numerosas empresas por el contagio que registraban simultáneamente plantillas enteras de trabajadores.

Ahora bien, gracias a las vacunas tanto la virulencia de la enfermedad como las medidas sanitarias decayeron pese al contagio. Mientras, despegaba la economía y recibían oxígeno sectores tan castigados como el turístico o el ocio, con los carnavales viviéndose aún con mascarillas en el Gran Teatro. También, por aquellas fechas, hubo ensayos de costaleros sanitariamente imposibles, si recordamos todo lo que se le pedía a las cuadrillas: tests previos, mascarillas, gel hidroalcohólico en las trabajaderas. Ni siquiera estaba claro en febrero cómo se iba a celebrar este año en abril la Semana Santa y si tendría un formato normal. Aunque así fue. Como se descubrió en un Domingo de Ramos (10 de abril) multitudinario.

Las mascarillas dejaron de ser obligatorias

Pero no nos adelantemos tanto. Ya a principio de marzo no eran obligatorias las mascarillas en la calle y cuatro semanas después en interiores. El covid comenzaba a preocupar menos que otras amenazas más cercanas y palpables, sobre todo en la cartera, como el disparado precio de los carburantes y de la electricidad o la falta de materias primas y componentes por el desabastecimiento en los puertos en el 2021.

Huelga de transporte a la altura de Lucena

Huelga de transporte a la altura de Lucena / Juan Antonio Fernandez

Y todo ello mucho antes de que sirviera como excusa el ataque de Rusia a Ucrania, el 24 de febrero, que propició una tercera crisis postpandemia: la de materias primas, con la histeria acaparadora del aceite de girasol, el disparado precio de los piensos (por los cereales ucranianos) o el de los abonos. Si a todo ellos se le sumaba la larga y contundente huelga del transporte de marzo. Aquello parecía ser la tormenta perfecta para un desastre económico en cualquier sitio, Córdoba incluida.

Recuperación de los actos festivos

Sin embargo, la economía y la vida social cordobesa despegaba, en buena parte por la calidad de los contratos de trabajo que se firmaban y por el colchón de ahorro de las familias durante los dos años anteriores. Y lo hacía con una pasión y una alegría, muy bienvenida por la hostelería y el sector turístico, palpable en Semana Santa, la Cata del Vino, las Cruces, los Patios o la Feria. Para el ciclo dedicado a la Virgen de la Salud en El Arenal, casi teníamos olvidado que las mascarillas habían dejado de ser obligatorias en interiores apenas un mes antes.

Victoria del PP en las autonómicas

De hecho, el PP ya celebró a cara descubierta celebró su éxito en las elecciones autonómicas, con 7 parlamentarios populares por Córdoba. Se vivía a final de primavera y principio de mayo una recuperación económica mayor que la más optimista de las previsiones, y que se prolongaría durante el verano. Por cierto, una estación que este año ha sido en Córdoba más verano que nunca. Lo que ya es decir. 

La sequía se puede comprobar en el embalse San Pedro, de Fuente Obejuna.

La sequía se puede comprobar en el embalse San Pedro, de Fuente Obejuna. / MANUEL MURILLO

Calima en primavera y el drama de la sequía

Y es que tras aquellas calimas de marzo y abril y aquel primer episodio de altas temperaturas en plena Feria, el verano se adelantó con una ola de caloren junio que después no daría tregua. No se batieron récords absolutos de máximas, pero sí en duración de episodios de calor intensos o en temperaturas medias nocturnas, hasta incluso septiembre y octubre.

Si a eso le unimos la sequía de este año (las cosechas se salvaron por los pelos por las lluvias de primavera), el déficit hídrico del último lustro y que los embalses cordobeses estaban en julio al 17%, ya pueden imaginar la situación con la que el campo afrontaba el otoño.

El ‘Otoño Cultural’ y el ‘del Caballo’ recuperaron programas y hasta los aumentaron

Unas providenciales lluvias en noviembre y unas milagrosas borrascas en diciembre han devuelto un suspiro de esperanza al campo. Sin tirar cohetes, que el principal cultivo cordobés con diferencia, el olivar, espera acabar produciendo la mitad de la campaña pasada. Los embalses, además, apenas han notado aún estas lluvias.

Otoño 'recultural'

Lo que sí llovió en otoño fue cultura, iniciativas comerciales y sociales y atractivos ciclos de todo género. Los más veteranos y consolidados, además, presentando una programación reforzada y ampliada tras la pandemia, con más fuerza que nunca: Flora, Cabalcor, el Otoño del Caballo, Cosmopoética, Eutopía, Feria de los Municipios Festival de Piano Rafael Orozco, programación del IMAE o la Orquesta de Córdoba. Sin olvidar eventos puntuales socioculturales, algunos llamados a consolidarse también como la muestra del Thyssen-Bornemisza en el C3A o conmemorativos de los 100 años de las peñas, la coronación de la Virgen de la Paz, los 10 años de la declaración de los Patios como Patrimonio de la Humanidad, el primer acto del Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones se celebró con Diario CÓRDOBA, 50 años de la Facultad de Filosofía o el 175 de la de Veterinaria. Sin exagerar, solo nombrarlos todos sistemáticamente ocuparía más de la mitad de este artículo. Un «desparrame» cultural y social en el sentido de la segunda acepción de la RAE: «divertirse desordenadamente», aunque siempre menos caótico que algunas fiestas publicas o privadas que también han padecido los últimos meses y por las que protestaron los vecinos del Centro.

Traslado de la Virgen de la Paz hacia la Catedral para su coronación.

Traslado de la Virgen de la Paz hacia la Catedral para su coronación. / AJGONZALEZ

Navidades 'a tope'

Con estos mimbres, diciembre no podía desmerecer y el Ayuntamiento de Córdoba triplicó su presupuesto para las fiestas navideñas, ya menguadas las carteras familiares, junto a la hostelería y el comercio machacados por los altos costes. Tampoco hay sitio en estas páginas para una cumplida cuenta de una programación navideña, donde entran desde una Chiquilandia en el Vial Norte, de más de una hectárea de modernas atracciones infantiles, a cacharritos de toda la vida en el Gran Capitán, de castizos belenes a modernísimos drones, de proyecciones 3D en fachadas a patios abiertos, desde cánticos a canciones y desde el flamenco a, por resumir, pitos y flautas. Navidad grande, ande o no ande.

Todo ello en un fin de diciembre animadísimo, pero en el que la suerte no solo pasó de largo en el sorteo de la Lotería de Navidad, sino que casi pareció que le hacía a Córdoba una pedorreta de burla. Así, el día 22, mientras que Córdoba ya fiaba sus esperanzas al sorteo del Niño, volvió a ser el día en el que más se repitió esa frase que sirve de consuelo cuando la suerte y el dinero son esquivos: «Lo importante es la salud». Fíjense qué coincidencia, tal y como teníamos clarísimo cuando comenzó el 2022.

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