La imagen de la Virgen de Luna ya está en Pozoblanco y el lunes 17 de febrero, fiesta local, procesionó por las calles del municipio. Atrás quedaban los días previos, cuando se celebraron los ritos que anunciaban la fiesta y el maestro e investigador Antonio García Herruzo pregonó la romería el viernes 14 de febrero.

El domingo, día de la romería, miles de romeros acudieron al santuario para acompañar a su patrona de regreso a Pozoblanco. Este año quienes hicieron el camino se encontraron con la posibilidad de seguir una ruta digital ideada por el Ayuntamiento utilizando el móvil gracias a un lector de código QR que va a estar disponible a lo largo del año. La ruta contiene vídeos explicativos de costumbres, gastronomía y arquitectura del entorno del lugar.

Ya en el santuario, la Virgen lucía hermosa vistiendo nueva indumentaria, regalo de una devota y confeccionada por la Camarería. Durante la celebración de la misa, cantada por el coro romero Voces de la Sierra, se entregó la medalla de oro al cofrade Francisco Navarro Cardador por sus cincuenta años al servicio de la Virgen; las de plata las recibieron Antonio Blanco López y César Molero Ruiz por sus 25 años en la cofradía, y juraron bandera dos nuevos cofrades: Rafael Habas Moreno y Joaquín Calero Agudo. También se distinguió a los mandos Rafael Sánchez Luna y José Luis Torrico García por sus veinticinco años en el cargo. Los hermanos jubilados fueron José María Torrico García y Vicente Castro Galbis. Un día inolvidable para todos ellos, como dejaron patente en sus rostros emocionados.

En torno a las tres y cuarto, la imagen de la Virgen partió hacia Pozoblanco. La rotura de una tubería que anegó las inmediaciones del Ayuntamiento, donde el alcalde debía entregarle el bastón de alcaldesa perpetua, obligó a trasladar el acto unos metros a la calle Real. Finalmente, la Virgen entró en Santa Catalina acompañada por la Banda Sinfónica Municipal de Música.

Por otro lado, esta semana el alcalde, Santiago Cabello, se ha mostrado «muy satisfecho» por el resultado de las fiestas, que congregaron, según cálculos del Consistorio, a más de 30.000 personas en la ermita. Numerosos romeros que viajaban en coche no pudieron entrar en el santuario el domingo y fueron desviados hacia Pozoblanco a primeras horas de la tarde ante la imposibilidad de acceder al recinto y encontrar aparcamiento.