El Cajasur Deportivo Córdoba empieza a dar forma a su nuevo proyecto de la temporada 2021-22. El técnico, Juanma Cubero, renovó su compromiso contractual con el club verde tras pelear, hace apenas unas semanas, el ascenso a la máxima categoría del fútbol sala femenino. Así pues, será su tercer capítulo en el banquillo dentro de una escuadra que volverá a militar en la Segunda División por sexta campaña consecutiva.

“Luchar por el ascenso”

Cubero, en una entrevista concedida a los canales oficiales del conjunto cordobés, indicó que “no es fácil enlazar varias temporadas en un mismo equipo”, pero “sí es verdad que el club ha confiado en este proyecto y por nuestra parte tenemos que darle esa confianza al club para seguir trabajando aquí con ellos”. Una parte vital precisamente reside en “mantener esa labor que se está haciendo para conseguir los resultados que creo que vienen de camino”.

El anuncio de su continuidad pretende ofrecer cierta estabilidad y afianzar una base sólida con la que estuvieron a punto de llegar a la élite del deporte de sala. “Este año nos hemos quedado a las puertas de estar con opciones de jugar en Primera División, pero creo que el objetivo se cumplió al conquistar la Copa de Andalucía y siendo después campeonas de la Liga regular”, explicó. Todo ello conduce, presumiblemente, a un intento por “tratar de seguir con el grueso del equipo” y pugnar “por cotas más altas”.

La escuadra deportivista, el pasado 29 de mayo, sufrió un duro revés contra La Algaida que cortó de raíz la ilusión y esperanza por promocionar de categoría. “Al final, ya pensando en frío, tienes que analizar los partidos y claro que se ha pasado página”. Pese a que los primeros momentos fueron “un poquito crueles sabiendo que el equipo demostró durante la Liga mucho más de lo ofrecido aquel día”, el 2-4 recibido en el Palacio Municipal de los Deportes Vista Alegre debe quedar “como un accidente, una experiencia para aprender de los errores”, recalcó.

A partir de ahora, Cubero mantiene cierta cautela para proponerse una meta. “Tenemos que ver la configuración de los grupos. También hablamos de mantener el bloque, pero hay que analizar con las jugadoras qué expectativas tienen, su situación laboral o de estudios, y con eso ver si podemos conservar a la mayoría del equipo”. De haber variaciones, ya se plantearían “algunas altas” y el reseñado objetivo. “Si conseguimos tener una base, una de las metas sería estar arriba para luchar por el ascenso”, subrayó.

Ese es el punto de partida de su próximo planteamiento y el que marcará la planificación del vestuario. “Quienes se vayan saben que siempre tendrán abiertas las puertas para regresar, por lo que trataremos de conformar una plantilla lo más completa posible para tener que incorporar pocas altas y para continuar con el proyecto que se inició hace ya un par de temporadas”, finalizó.