Entrevista | Manuel Calvo Jardinero del Palacio de Viana de Córdoba

"La marquesa de Viana y Angelita Romero de Torres rivalizaban por cultivar las mejores cinerarias"

Manuel Calvo, hijo y nieto de jardineros, tiene 33 años y lleva trabajando en el Palacio de Viana desde los 19

Manuel Calvo, jardinero del Palacio de Viana de Córdoba.

Manuel Calvo, jardinero del Palacio de Viana de Córdoba. / Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

Araceli R. Arjona

No se crió en un patio, pero ha crecido rodeado de plantas. Según cuenta, el padre de su padre llegó a Córdoba después de trabajar en el campo y aprendió el oficio en un momento en el que la ciudad estaba en expansión. Su hijo seguiría sus pasos, dándole aires nuevos y creando una empresa especializada, Jardinacor. Manuel es ahora la tercera generación de jardineros de la familia.

-¿Cuál es la base del diseño de la jardinería de Viana?

-La base es histórica. Viana es una casa museo y el diseño de jardinería se rige según el modelo que existía cuando los marqueses dejaron el palacio. Nosotros no inventamos nada, Viana no se puede cambiar en función del jardinero. Existe un guion y lo deseable es que ese guion se conserve a lo largo de los siglos. Cuando el palacio cambió de titularidad, en torno a 1980, se hizo un informe botánico en el que se catalogó el estado de la casa en ese momento y sobre eso trabajamos nosotros. A partir de ahí y siempre que se cumplan esas líneas generales, cada jardinero enfoca su trabajo de un modo, realiza aportaciones y puede darle su toque personal. Hay que entender que cuando los marqueses vivían en el palacio, esta casa no se exhibía, ahora está abierta al público y se mantiene en gran medida gracias a las visitas, por lo que se intenta que esté lo más bonita posible.

-Dígame un ejemplo de esas bases inamovibles.

-En el patio de recibo, por ejemplo, siempre tiene que haber una palmera en el centro y las paredes deben estar tapizadas con rosa de pitiminí y con buganvilla.

-¿Con qué elementos juegan?

-Usamos mucha planta con flor de temporada como petunias, surfinias, alelí, geranios, gitanillas, begonias... y jugamos con las floraciones para que siempre sea visitable y haya flores sea primavera o sea otoño.

-¿Utilizan más flores autóctonas o foráneas?

-La mayoría de las flores de los patios vienen fuera, incluidas las gitanillas que están muy arraigadas y no son autóctonas de Córdoba. La excepción puede ser el arrayán del patio de las columnas. Desde hace siglos, las plantas se han movido de un sitio a otro. Una planta muy simbólica de Viana es la centaurea, que se cría de forma natural en el sur de Italia y Croacia. Se cree que fue alguien de la Casa de Alba quien la trajo a España y la regaló, como era costumbre entre los nobles, a los marqueses de Viana, que son quienes introducen esta especie en Córdoba hasta el punto de que ahora se la conoce como centaurea de Viana.

-¿Qué parte de su jornada diaria dedica a regar?

-Depende de la época, en primavera o en invierno la cosa está repartida, pero cuando llega el verano, el 70% se va en regar porque se mantiene el riego a mano, como se hacía en el pasado, hay que ir a todos los patios todos los días o un día sí y otro no y hay que ir una a una. Aunque pudiéramos ahorrar tiempo, hay que hacerlo así para que no pierda su encanto. Por eso respetamos muchas costumbres para mantener la tradición. La prioridad de nuestra empresa es que Viana esté siempre lo mejor y más vistoso posible, nunca está perfecto, Viana es inconmensurable, agota a cualquiera, imposible de abarcarlo.

-Cuando tiene dudas sobre el patio, ¿a quién consulta?

-Cada cuidador tiene sus truquillos. Conozco a mucha gente y me llevo muy bien con mucha gente de los patios de Santa Marina y compartimos no solo esos consejos. También intercambiamos esquejes, a nosotros nos piden centaureas y también nos traen de algunas plantas como la gitanilla antigua que ya no se encuentran en viveros.

-¿Hay alguna planta con alguna una historia peculiar?

-Sí, en el invernadero cultivamos una planta temporal que florece a principios de primavera, la cineraria híbrida. La marquesa colocaba esa planta todos los años en el patio de las rejas los Jueves Santo. Existía una sana rivalidad entre ella y Angelita Romero de Torres, la hermana del pintor, a ver quién tenía las mejores flores. En la época de la cineraria, el invernadero solo se utilizaba para seleccionar las mejores cinerarias, que se situaban a la vista de todos el día que salía la Virgen de las Angustias, de la que era muy devota, para que se vieran desde la calle. Esa tradición se abandonó hasta que la Virgen volvió a San Agustín y los Jueves Santo llenamos de cinerarias el patio de las rejas.

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